Nicos Poulantzas | Vengamos
ahora al examen de los nuevos conjuntos salariales que se designarán con el
término de nueva pequeña burguesía:
nueva en el sentido de que no está en modo alguno, a semejanza de la primera,
destinada a declinar; sino que es la reproducción ampliada incluso del modo de
producción capitalista, y su paso al estadio del capitalismo monopolista, los
que condicionan su desarrollo y ampliación. Se examinará aquí el conjunto de
los componentes de su determinación estructural de clase, con el fin de venir a
los efectos de esta determinación sobre el plano de la práctica política; para
esto, será preciso referirse al puesto de esos conjuntos no sólo en las
relaciones económicas, sino en el total de la división social del trabajo.
Detengámonos, sin embargo, en primer lugar, en la cuestión
del puesto de estos conjuntos en las relaciones
económicas, lugar que desempeña el papel principal en su determinación de
clase; se
advierte, de primera intención, que estos conjuntos no pertenecen a
la burguesía, en la medida en que no gozan ni de propiedad económica ni de
posesión de los medios de producción. Por otra parte, se trata, en su caso, de
un trabajo asalariado, es decir,
remunerado bajo forma de salario. La cuestión fundamental que se plantea por lo
tanto, aquí, es la de su relación con la clase
obrera, cuestión que puede formularse, bajo un primer aspecto, como la de las fronteras y de la
delimitación de la clase obrera en las relaciones de producción capitalistas.
En efecto, el criterio de la propiedad de los medios de
producción no reviste sentido sino en la medida en que corresponde a una relación de explotación determinada:
relación de explotación, esta misma, que se sitúa en las relaciones de los
productores directos −de la clase explotada propia de cada modo de producción−
con los medios y el objeto del trabajo y, por este rodeo, con sus propietarios.
Ahora bien, como lo dice Marx, en cuanto al capitalismo, si bien todo agente
perteneciente a la clase obrera es un asalariado, no todo asalariado pertenece
forzosamente a la clase obrera. La clase obrera está delimitada no por un
simple criterio negativo “en sí” −su exclusión de las relaciones de propiedad−,
sino por el trabajo productivo: “Todo trabajador productivo es un
asalariado, pero no todo asalariado es un trabajador productivo.”
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