27/12/13

Nuestra hegemónica mentalidad de mercado | Actualidad y límites (democráticos) del pensamiento político de Karl Polanyi

  • Estudio introductorio al texto clásico de Karl Polanyi (1947): ‘Our Obsolete Market Mentality’, Commentary, número 3, páginas 109-117. Posteriormente reeditado en Dalton, George. (Ed.) (1968): ‘Primitive, Archaic and Modern Economies. Essays of Karl Polanyi’, Boston: Beacon Press, páginas 59-77.
Foto: Karl Polanyi
Arturo Lahera Sánchez  |  En 1947 Karl Polanyi (1886-1964) publica en la revista Commentary1 el artículo  “Our Obsolete Market Mentality”, en el que difunde sus propuestas de interpretación sobre el desarrollo de la sociedad de mercado recogidas en su obra más conocida y paradigmática (por su innovador enfoque sustantivista): The Great Transformation (1944). En ese artículo, recogido a continuación en una traducción original para este número de la revista Sociología Histórica, se sintetizan los principales argumentos del programa de investigación social, antropológica, económica y cultural de Polanyi, pero como un llamamiento de acción política, de pensamiento para la acción (Lahera Sánchez, 1999): esta vez, con la esperanza de que, tras la barbarie de la II Guerra Mundial, pero también de las experimentaciones sociales del New Deal estadounidense y de la planificación económica probada en el esfuerzo bélico, se estuviera comenzando a gestar una domesticación política de la esencia ‘destructora de la sociabilidad humana’ que había supuesto la estructuración social de la economía capitalista devenida en sociedad de mercado.

Polanyi vuelve a comenzar señalando en este artículo el carácter ‘artificial’ de los valores del mercado, de la imposición disciplinaria de las instituciones culturales liberales que definen las prácticas económicas del capitalismo, sus instituciones económicas utilitaristas

Nuestra obsoleta mentalidad de mercado (1947) | La civilización debe encontrar un nuevo modelo de pensamiento

Foto: Karl Polanyi
Karl Polanyi  |  El primer siglo de la Era de la Máquina está llegando a su fin entre miedo e inquietudes. Su fabuloso éxito material se debió a la voluntaria, incluso entusiasta, subordinación del ser humano a las necesidades de la máquina. El capitalismo liberal fue, efectivamente, la respuesta inicial del ser humano a los desafíos de la Revolución Industrial. Con el fin de permitir un amplio uso de una compleja y potente maquinaria, transformamos la economía humana en un sistema de mercados autorregulados y forjamos nuestros pensamientos y valores en el molde de esta singular innovación.

Hoy comenzamos a dudar de la verdad de algunos de esos pensamientos y de la validez de algunos de esos valores. Al margen de en los Estados Unidos de América, es difícil afirmar que el capitalismo liberal siga existiendo. Cómo organizar la vida humana en la sociedad de la máquina es una pregunta a la que volvemos a enfrentarnos. Por detrás del desgastado tejido del capitalismo competitivo se entrelaza el presagio de una civilización industrial, con su paralizante división del trabajo, la estandarización de la