27/12/13

Nuestra obsoleta mentalidad de mercado (1947) | La civilización debe encontrar un nuevo modelo de pensamiento

Foto: Karl Polanyi
Karl Polanyi  |  El primer siglo de la Era de la Máquina está llegando a su fin entre miedo e inquietudes. Su fabuloso éxito material se debió a la voluntaria, incluso entusiasta, subordinación del ser humano a las necesidades de la máquina. El capitalismo liberal fue, efectivamente, la respuesta inicial del ser humano a los desafíos de la Revolución Industrial. Con el fin de permitir un amplio uso de una compleja y potente maquinaria, transformamos la economía humana en un sistema de mercados autorregulados y forjamos nuestros pensamientos y valores en el molde de esta singular innovación.

Hoy comenzamos a dudar de la verdad de algunos de esos pensamientos y de la validez de algunos de esos valores. Al margen de en los Estados Unidos de América, es difícil afirmar que el capitalismo liberal siga existiendo. Cómo organizar la vida humana en la sociedad de la máquina es una pregunta a la que volvemos a enfrentarnos. Por detrás del desgastado tejido del capitalismo competitivo se entrelaza el presagio de una civilización industrial, con su paralizante división del trabajo, la estandarización de la
vida, la supremacía del mecanismo sobre el organismo, de la organización sobre la espontaneidad. La propia Ciencia está hechizada por la locura. Ésta es la preocupación continua.

English
Ninguna mera reversión a los ideales del siglo pasado puede enseñarnos el camino. Debemos desafiar el futuro, aunque pueda implicarnos un intento de cambiar el lugar de la industria en la sociedad, de forma que pueda ser asimilado el hecho extraño de la máquina. La búsqueda de la democracia industrial no es solamente la búsqueda de una solución a los problemas del capitalismo, como la mayoría de la gente imagina. Es la búsqueda de una respuesta a la propia industria. Aquí reside el problema concreto de nuestra civilización.

Un régimen como éste requiere una libertad interior para la que estamos mal preparados. Nosotros mismos nos encontramos anquilosados por la herencia de una economía de mercado que nos ha trasmitido perspectivas simplificadas de la función y rol del sistema económico en una sociedad. Para que la crisis pueda ser derrotada, deberíamos recuperar una visión más realista del mundo humano y dar forma a nuestros objetivos comunes a la luz de ese reconocimiento.

El industrialismo es un vástago precariamente injertado en la existencia secular del ser humano. El resultado de este experimento está sopesándose todavía. Pero el ser humano no es un ser sencillo y puede morir de más de una forma. La cuestión de la libertad individual, tan apasionadamente planteada por nuestra generación, es sólo un aspecto de este angustioso problema. En verdad, forma parte de una necesidad mucho más amplia y más profunda: la necesidad de una nueva respuesta al desafío total de la máquina.

Traducción por Arturo Lahera Sánchez
 


http://revistas.um.es/








Otras publicaciones de ‘Nuestra obsoleta mentalidad de mercado’

Universidad Nacional del Comahue, Argentina



Universidad Nacional de Colombia

>> Texto completo | PDF


University of California at Berkeley
http://www.ocf.berkeley.edu/

Text in PDF | English