1/12/13

La Política de Rebelión Popular de Masas y el Movimiento Democrático Popular (MDP) | Una mirada a la política de alianzas del Partido Comunista de Chile bajo Pinochet [1980-1988]

Claudio Pérez Silva  |  La gran mayoría de los estudios relativos a la historia reciente del Partido Comunista de Chile, centran su mirada en el impacto del golpe militar sobre la trayectoria de éste, en el viraje insurreccional de su estrategia y más particularmente, en el significado y desarrollo de la llamada Política de Rebelión Popular de Masas (PRPM). A partir de lo anterior, nos interesa indagar en la política de alianzas desarrollada por este partido en tiempos de La Rebelión Popular de Masas, concretamente en su apuesta por el Movimiento Democrático Popular, bloque que articuló a tres referentes de la izquierda chilena, el Partido Comunista, el Partido Socialista dirigido por Clodomiro Almeyda y el Movimiento de Izquierda Revolucionario, durante el ciclo 1983-1988.

Escenarios y dinámicas políticas de la dictadura chilena, 1973-1989

El Golpe de Estado de 1973, no fue un cuartelazo, menos el inicio de una dictadura para restablecer a la oligarquía chilena el poder perdido bajo el gobierno de la Unidad Popular. Fue una intervención completa, del conjunto de las Fuerzas Armadas y de Orden, para reconfigurar a la sociedad chilena sobre nuevas concepciones sociales, políticas y económicas. Fue por tanto, una refundación (YOCELEVSKY, 2002; GARRETON, 1981a-1981b; GOICOVIC, 2006).

Para ello, la dictadura llevó adelante una política represiva a través del terrorismo

Reflexiones inéditas de Edward P. Thompson sobre política, historia y el papel de los intelectuales

  • Se reproduce a continuación la versión castellana de un breve texto inédito de Edward P. Thompson escrito en el marco del Programa Historia y Sociedad de la Universidad de Minnesota en el año académico 1987-88  con el título informal de “Reflexiones sobre Jacoby y todo eso”. El ‘working paper’ circuló fotocopiado entre los estudiantes del Programa y parece solicitado como comentario al bestseller de Russell Jacoby ‘The Last Intellectuals: American Culture in the Age of Academe’ [Los últimos intelectuales: la cultura norteamericana en la edad de la academia]. 
Foto: Edward P. Thompson
Se me ha invitado a decir algo sobre las relaciones entre la escritura, la historia y la política conforme a mi propia experiencia. [1] En cierto sentido, hay poco que decir que no resulte obvio. O eso me parece a mí. Uno escribe historia como historiador y se embarca en la polémica política como ciudadano, y una cosa no excluye a la otra. En efecto, los dos papeles pueden solaparse o aun confundirse a veces, pero tampoco significa eso que se precise de llegar a grandes compromisos. Los modos de salir airoso del asunto son menos un problema teórico que un problema práctico. Yo estoy resueltamente en contra de mezclar la docencia con cualquier variante de proselitismo político, porque eso es aprovecharse injustamente de una posición de ventaja sobre los estudiantes. Mi impresión, de todas, todas, es que ese abuso lo suele cometer de manera flagrante, mucho más que la izquierda, una derecha incautamente habituada a suponer que sus puntos de vista constituyen la única ortodoxia posible. Pero eso no debe ser excusa para que la izquierda se ponga a emular abusos de la derecha.

Autonomía | La coleta del Barón de Münchhausen

>> Ponencia presentada en Lebrija, 22 de Noviembre, 2013 | “Jornadas Internacionales de Autogestión”
Barón de Münchhausen
✆ Gottfried Franz, 1896  
Nicolás González Varela  |  Entendemos la “Autogestión” como un movimiento real de acciones e ideas que, desde el mismo nacimiento del Capitalismo, estimula e incita a los trabajadores en sentido amplio a arrebatar al Capital el poder sobre los centros de trabajo y lugares de manufactura para substituirlos, superándolos en nuevas formas de dirección y representación, por la organización de los productores. Marx denominaba a esta nueva organización social como una comunidad de “productores asociados”. Los orígenes históricos de esta idea de organización desde abajo de una región o una nación en base a una institución de clase centrada en la hegemonía de los trabajadores (llámese foro, burgo, cantón, comité, consejo, asamblea, etc.) no ha sido todavía escrita, y no es casualidad. Aunque empecemos aquí con la tradición que nace en Engels y Marx, la idea de la autodeterminación y autogestión de los productores que generan la riqueza social como veremos es antigua, ancestral, nace con la misma división social del trabajo en los albores de la Humanidad.

Autonomía, autogobierno, autogestión, control obrero, democracia directa, sí, pero: ¿de qué hablamos?, ¿un shibbolet?, ¿santo y seña?, ¿una política reformista?, ¿una historiografía?, ¿un subproducto de la composición de clase?, ¿una cualidad de la explotación capitalista?, ¿una tendencia antagonista ontológica de las masas?,… Si sobre la superficie múltiple de todos estos

El marxismo en la época de Gramsci

Antonio Gramsci ✆ Gabriele Cancedda 
Jorge Luis Acanda González  |  Las transformaciones en curso en el último tercio del Siglo XIX y el primero del XX le plantearon al marxismo un profundo desafío teórico. El refuncionamiento y expansión del Estado, la extensión de los derechos de ciudadanía, la constitución del Estado de masas, el corporatismo, etc., colocaron ante el marxismo el reto de construir un sistema teórico que pudiera dar cuenta de las nuevas circunstancias. Lo que puede sorprender a muchos que estudien la historia de las ideas políticas fue precisamente la pobreza conceptual con el que la II Internacional primero, y la III Internacional, después, emprendieron el análisis de los cambios que tenían lugar en el sistema de relaciones políticas y en la relación entre el Estado y la sociedad.

El marxismo de la II Internacional

A partir de su constitución en 1889, la II Internacional y los partidos que la conformaban estuvieron confrontados con la novedad de un panorama político cambiante. El fortalecimiento del movimiento obrero, la constitución de partidos socialdemócratas con pleno disfrute de la legalidad y amplia representación en el parlamento (y en algunos casos también en el gobierno), tenía necesariamente una incidencia sobre el planteamiento estratégico del movimiento obrero. Los