Francisco Umpiérrez | Me hice con el libro del reciente Premio
Nobel de Economía, Robert J. Shiller, titulado Las finanzas en una sociedad justa. El título y el hecho de que su
autor fuera Premio Nobel de Economía me generaron grandes expectativas. Pensé
que Shiller sometería al capitalismo financiero a una dura crítica y propondría
cambios sustanciales para lograr una sociedad justa. Pero me quedé con las
ganas. Voy por la mitad del libro y siento un enorme vacío. Sabía que los
economistas vulgares eran superficiales, pero el caso de Shiller es extremo.
Los economistas vulgares se limitan a sistematizar las ideas que se hacen los
agentes prácticos de la economía en su quehacer diario, y no van más allá; de
manera que terminan por convertirse en apologistas del sistema capitalista.
Pero en el caso de Shiller su apología del capitalismo financiero llega a un
extremo inimaginable.
Uno de los primeros aspectos que observo en el pensamiento de Shiller es que quiere crear un mercado para todo. Cree que el mercado lo resuelve todo y, por consiguiente, todo debe tener forma mercantil. En el capítulo dedicado a los traders y operadores de bolsa, podemos leer lo siguiente: “La crisis de las hipotecas subprime, que promovió la grave crisis financiera iniciada en 2007, fue