17/10/13

Henri Lefebvre | Para quien quiera adentrarse en los caminos del marxismo más heterodoxo y en la crítica de la alienación de la vida cotidiana

  • "¿Quiere saber cómo he descubierto por mi propia cuenta la alienación? La palabra describe para mí una experiencia múltiple o más bien los aspectos múltiples de una experiencia fundamental: la dificultad de realizar lo posible. En todos los terrenos: amor, pensamiento, arte, poesía." | Henri Lefebvre
Henry Lefebvre ✆ Pablo Secca 
Henri Lefebvre fue, sin duda, uno de los pensadores más interesantes del siglo pasado. Situado siempre en la heterodoxia del marxismo (a pesar de su militancia durante treinta años en el PCF) y a la izquierda de la izquierda, fue uno de los principales renovadores del marxismo, profundizando en la teoría de la alienación y el fetichismo de la mercancía que formuló Marx en sus escritos de juventud y que György Lukács había desarrollado a comienzos del siglo XX, todo ello unido a una teoría de la vida cotidiana que será fundamental para entender el desarrollo de la nueva izquierda a partir de los años sesenta.

En Tiempos Equívocos, libro inclasificable, Lefebvre va más allá de lo que son unas meras memorias o una autobiografía al uso y, a través de una autoentrevista, hace un repaso a su vida y a su obra, sin que sea posible separar una y otra, pues: "En buena medida diré que mi obra, mi sola obra, es mi vida." Lefebvre se presenta a sí mismo como un ingenuo hijo de la burguesía que, con poco más de veinte años y tras graduarse en Filosofía en la Universidad de La Sorbona, empieza a entrar en contacto con el marxismo y las ideas revolucionarias, primero a través del grupo reunido en torno a la revista Philosophies y rápidamente con sus contactos con Breton y los surrealistas, con los que tendrá encuentros y desencuentros, pero a los que le unirá una gran

Apuntes sobre la Metahistoria de Marx

Karl Marx ✆ Catawba College
Joseph Hodara  |  Son tres los propósitos enlazados de este escrito: a) caracterizar los rasgos principales de la metahistoria; b) indicar cómo se traducen en las proposiciones marxistas; c) sugerir condiciones epistemológicas y sociales que pueden procurarle legitimidad teórica. Al cabo señalaré que toda filosofía empirista de la historia contiene una metahistoria a menos que lidie, explícitamente, con el grave asunto de la "objetividad" y la "subjetividad" en la investigación histórica que ampliaré en otra oportunidad.

1. Historia y metahistoria

Algunos especialistas conocidos (Ranke, Fisher, Pirenne) han establecido que una historia particular se refiere a un espacio acotado de la experiencia humana (personaje, época, costumbres) que se verificó en el pasado; no tiene la pretensión de ofrecer un significado general o comprensivo; a lo sumo proporciona un relato interesante o una moraleja bien definida. Ciertamente, la sumatoria de historias particulares puede abrir cauce a una historia universal (del mundo, de una cultura); pero el significado último del ejercicio seguirá siendo empírico, con discretas implicaciones para la existencia presente. El historiador renuncia de

Postmarxismo, discurso y populismo | Un diálogo con Ernesto Laclau

Mauro Cerbino  |  Coméntanos un poco tu tránsito por la teoría marxista. Supongo que ahí empieza tu reflexión en tiempos tempranos para pasar luego al post-marxismo ¿Cómo sucede esto? ¿Estuvo este paso al post-marxismo influido por una crítica no solamente al historicismo sino al marxismo marxiano, así como por la superación del planteamiento de que se llega a una sociedad sin clases y sin Estado?

Ernesto Laclau ✆ Bob Row
Ernesto Laclau: Yo creo que el postmarxismo empezó en realidad en 1848; en esta fecha empezo la historia del marxismo y del tránsito hacia el postmarxismo. Pero desde el punto de vista biográfico, mi primera forma de acercamiento a lo político vino a través de mi familia, que era radical e yrigoyenista, es decir que el sentido de lo popularlo absorbí en la cuna. Después en la universidad, el marxismo era la ideología dominante en el movimiento estudiantil a comienzo de los años sesenta, por tanto yo me adherí a él pero con una serie de reservas, sobre todo porque en esos años, los sesenta, resurgió el peronismocomo nuevo movimiento radical de masas. Entonces, cada vez me resultó más evidente que no era posible interpretar al peronismo sobre la base de categorías estrictamente clasistas. Además, yo nunca abrace esa tendencia; siempre mezclé el marxismo con algunas otras cosas distintas. Y el partido político al que yo ingresé, en el que estuve en la mesa directiva y fui por varios años el director de su semanario Lucha obrera, era el Partido Socialista de la izquierda nacional. O sea, que desde el comienzo no había un marxismo estricto. Para mí, el marxismo estricto nunca fue una alternativa y en esos años fue cuando empecé a leer a Althusser y Gramsci. Althusser presentaba, a través de su concepción de que la contradicción de clase está siempre sobredeterminada, la idea de que hay otras contradicciones que las de clases, y eso fue muy iluminante. Pero la influencia mayor fue Gramsci, con la

La Filosofía y la ciudad

Henri Lefebvre  |  El punto de partida para dar al análisis un criticismo radical, para profundizar en la problemática urbana, será la filosofía. Lo que, sin duda, sorprenderá a muchos, y, sin embargo, a lo largo de las páginas precedentes, ¿acaso no ha sido ya frecuente esta referencia a la filosofía? No se trata de presentar una filosofía de la ciudad, sino, por el contrario, de refutar semejante actitud devolviendo al conjunto de las filosofías su lugar en la historia. Nuestro propósito está en presentar un proyecto de síntesis y totalidad que la filosofía como tal no puede realizar. Después de esto, vendrá el examen de lo analítico, es decir, de los esclarecimientos o recortes de la realidad urbana por las ciencias parcelarias. Al rechazar proposiciones sintéticas basadas sobre los resultados de estas ciencias especializadas, particulares y parcelarias, estaremos en condiciones de plantear mejor –en términos políticos- el problema de la síntesis. A lo largo de este recorrido, reencontraremos rasgos que ya han sido significados, problemas que ya han sido formulados, y que reaparecerán con una claridad mucho mayor. En particular, la oposición valor de uso (la ciudad y la vida urbana, el tiempo urbano) y valor de cambio (los espacios comprados y vendidos, la consumición de productos, bienes, lugares y signos) nos aparecerá en toda su desnudez. Para la mediación filosófica que buscaba una totalidad mediante la sistematización especulativa, es decir para la filosofía clásica, desde Platón a Hegel, la Ciudad fue, mucho más que un tema secundario, un objeto entre otros. Los lazos entre el pensamiento filosófico y la vida urbana se descubren