Karl Marx ✆ F-K Woechter |
Juan Capel | Hace
poco, en un número de La Revue du Vin de
France, planteaba Corinne Lefort, la historiadora particular de esa
publicación, una tesis tan peregrina como impropia sobre la relación entre
gusto e ideología, a propósito de un artículo dedicado a la afición e
inclinaciones de Karl Marx y Friedrich Engels para con el vino y su mundo. A
nuestra historiadora no le parecía nada bien, desde luego, que los autores del
Manifiesto Comunista hubiesen sido a la vez auténticos conocedores,
admiradores, degustadores y divulgadores de los grandes vinos de su tiempo:
Burdeos, Champaña, Oporto y Madeira, Jerez, Rin y Mosela. Tampoco es que les
criticase el gusto, a sabiendas de las pocas dudas estéticas que admiten esos
vinos...
Lefort se limitó simplemente a poner en tela de juicio la razón ética, el derecho de unos 'rojos' confesos a codearse con vinos de tanto rango y pedigrí so pena de caer en graves contradicciones internas. Y ello por considerar contraria y hasta excluyente, desde una óptica caduca y clasista, la relación entre grandes vinos y conciencia proletaria, apartando por definición al pueblo llano y los trabajadores de la degustación de ese cáliz y confundiendo por lo demás el culo con las témporas. Lo más curioso es que lo hiciese desde una publicación que lleva ya más de 70 años haciendo enormes esfuerzos