Lars T. Lih * |
Mi tesis en Oxford, curiosamente, trataba de Lenin y Maquiavelo. Se
tituló Maquiavelo y Lenin: un estudio de técnica política. Me da miedo
volver atrás y leerla ahora, porque defendía básicamente la visión predominante
sobre Lenin en aquel entonces. A continuación, la tesis doctoral. Recuerdo el
momento. Estaba caminando por la biblioteca y pensaba para mis adentros: sabes,
un tema que aparece una y otra vez en la Revolución rusa es la política de
suministros de alimentos. La Revolución de Febrero, la Revolución de Octubre,
fueron precedidas por una interrupción en el suministro de alimentos.
Lars T. Lih |
Como
ocurrió con la nueva política económica (NEP) y los disturbios en
Petrogrado a principios de 1921. Me dije a mí mismo: Alguien debería examinar
esto, sólo tiene que estudiar todo el proceso y examinar la relación entre la
revolución y el suministro de alimentos. Mi siguiente pensamiento fue: ¿Por qué
no lo hago? Y así empecé. Fue un golpe de inspiración, pero resultó ser muy
buen tema porque me llevó al periodo zarista, tuve que estudiar el período del
gobierno provisional y terminé con los bolcheviques: tres regímenes muy
diferentes. Comencé con un marco temporal mucho más amplio al principio, pero
luego lo reduje al periodo 1914-1921, que es ya lo suficientemente amplio, si
me lo permite, y que se convirtió en mi primer libro.
En ese momento también adopté una metodología que consistía
en mirar una amplia gama de fuentes bolcheviques, y esto, por sorprendente que
parezca, representaba un nuevo enfoque: ir más allá de Lenin y estudiar a otros
dirigentes bolcheviques. Estaba pensando el otro día que probablemente nadie
aun vivo haya leído tanto Kamenev y Zinoviev como yo.
Escribí una serie de artículos sobre este tema que voy a tratar de recoger en
un libro, espero que en la colección británica Historical
Materialism. Actualmente, estos artículos están dispersos en diversas
revistas, desde mediados de la década de 1990 hasta mediados del 2000. El libro
probablemente tendrá por título Sueños diferidos.
Aunque tenía una visión bastante clara de lo que ocurría en
1920, lo que la gente vivía, decía y pensaba, me preguntaba: ¿Cómo encaja todo
esto en una visión de conjunto? En particular, ¿cómo encaja en Lenin y los
estereotipos sobre Lenin? Y recuerdo también que en algún momento, me dije a mí
mismo: Uno de estos días, voy a tener que escribir uno o más párrafos sobre
el ¿Qué hacer?(1902), aunque sea solo para explicarlo en su contexto
histórico. ¿Quién sabe? Tal vez incluso lo convierten en un capítulo de un
libro . La insistencia de Sebastian Budgen y de otras personas me obligaron a
acometer un estudio a gran escala de ¿Qué hacer?, tratando de no
limitarme solo a Lenin, sino de estudiar el conjunto de cosas que ocurrían
cuando escribió aquel famoso panfleto. La primera cosa que hice con este
proyecto fue hacer una lista de todo a lo que Lenin respondía en su libro, de
todo el mundo con los que polemizaba, y tratar de leerlos. Y ese fue
básicamente mi método para situarlo en el contexto. Y entonces, como usted
sabe, el proyecto se desmadró y se acabó convirtiendo en este libro tan grueso.
Para ilustrar mi método historiográfico, usé una analogía:
la pintura del realismo socialista contrastada con ¿Dónde está
Waldo? Es posible imaginar una escena en alguna pintura del realismo
socialista, en la que, por ejemplo, Mao le de la mano a Stalin, y hay un campo
grande de fondo y nadie más, sólo los dos héroes con el viento agitando sus
abrigos. Esto es similar al modelo historiográfico que muchas personas usan.
Así es como mucha gente escribe sobre la historia del movimiento socialista,
con un enfoque exclusivo en la sucesión de personajes: de Marx a Kautsky o
quizás Lenin, que a su vez le suceden Trotsky o Stalin,etc.... Por el
contrario, lo que quiero aplicar es el método de ¿Dónde está Wally?. En
este caso tenemos un cuadro enorme, y si se mira de cerca se puede encontrar a
Lenin, pero también hay un montón de otras personas, y yo quería hablar de
todas esa personas que componen el cuadro, y hacerlo en detalle. Así que eso es
lo que hice en Lenin redescubierto. Después
escribí Lenin, más corto. Primero escribí el libro más gordo sobre el
tema más restringido de ¿Qué hacer? en su contexto, y luego escribí
un libro más pequeño sobre un gran tema, es decir, toda la vida de Lenin.
Soy muy afortunado de tener una audiencia real que me lee y
me provoca, a la que le gusta algunas cosas y no tanto otras, y que me lo hace
saber: una relación de ida y vuelta que me permite interactuar con la
audiencia. Por ejemplo, en Lenin redescubierto, una de las cosas de
las que hablo es la relación de Lenin y Kautsky . Aunque no soy desde
luego el primero en descubrir el vínculo entre ambos, lo he enfatizado de una
manera más radical, subrayando todo lo que Lenin recibió de Kautsky y todo lo
que le debe. Y hubo gente que lo cuestionó, como debían haberlo, porque el
libro se limitaba a un período corto, básicamente de 1900 a de 19034, más o
menos. Mis críticos dijeron: Bueno, todos sabemos que más tarde Lenin se volvió
contra Kautsky, y a medida que avanzó, Lenin rechazó todo lo que Kautsky
defendía y repensó el marxismo. Así que tuve que tomar en cuenta estas
críticas.
¿En qué sentido Lenin rompió con Kautsky? Pudo hacerlo de dos maneras. La primera, que es ahora la visión dominante en la izquierda, es que Lenin rechazó todo aquello que Kautsky defendía, lo repensó todo, y produjo algo nuevo. La segunda es que Lenin pensó que Kautsky había traicionado sus propios principios, que Kautsky era un renegado (que es, por supuesto, el título del panfleto de Lenin contra Kautsky, a pesar de que en sí mismo no es una prueba de que esta segunda manera fuese la verdadera, aunque es una pista). Yo los denomino, respectivamente, el modelo secayódelcielo (que es cuando te das cuenta de que el culto del héroe de esa persona, de su pensamiento, era incorrecto) y el modelo renegado.
En realidad, resultó ser una pregunta bastante sencilla.
Gracias al índice elaborado por los editores soviéticos de las obras completas
de Lenin, pude rastrear fácilmente las referencias de Lenin a la obra de
Kautsky después de 1914. Y resulta que, en primer lugar, hay un montón de
referencias, que ya de por si es muy interesante. Lenin siguió obsesionado con
Kautsky casi hasta el final de su vida. De hecho, "Nuestra
Revolución", uno de sus últimos artículos, un artículo escrito en el
lecho de muerte, tiene un comentario sobre Kautsky. Y el segundo descubrimiento
es que los comentarios de Lenin abrumadoramente se refieren a Kautsky como un
gran marxista mientras lo fue: ¡que lástima que no lo siga siendo! Lenin
critica casi obsesivamente al Kautsky del presente, pero se puede contar con
los dedos de una mano las referencias negativas al Kautskycuandoeramarxista.
He creado una base de datos en internet con todas las referencias que he
entresacado.
Mientras Lenin Rediscovered se centra
principalmente en la relación entre Lenin y Kautsky en los primeros años, antes
de 19034, en la respuesta a mis críticos me interesé en la relación entre ambos
después de este período. Veo su relación como una historia increíble, de
verdad. Porque Kautsky nunca tuvo mayor admirador que Lenin. Nadie admiró a
Kautsky de manera tan intensa, y Lenin siguió así hasta el final de su vida.
Una razón de ello es que Kautsky influenció enormemente las opiniones de Lenin,
o, en cualquier caso, las dotó de autoridad. No estoy diciendo que Lenin
aprendiese todo lo que sabía y pensaba de Kautsky: por supuesto que no, pero
sin duda se sintió validado por Kautsky. Así lo dijo. Como defendí
en Lenin redescubierto, un área en la que Kautsky influenció o apoyó
la opinión de Lenin fue en la cuestión de que es la socialdemocracia
revolucionaria y lo que es el partido: ideas básicas que Lenin nunca cambió y
que, de hecho, nunca fueron controvertidas hasta mucho más tarde.
La segunda manera en la que Kautsky influencia a Lenin fue
con respecto a lo que yo llamo "el bolchevismo propiamente
dicho", que es la hipótesis estratégica que el bolchevismo tenía para la
próxima revolución rusa, sus opiniones sobre la cuestión de los campesinos, y
su compromiso con una revolución democrática radical que abriría el camino
hacia un progreso rápido. Y resulta que Kautsky (y Rosa Luxemburgo) también
fueron sus mentores en este tema. El reciente libro Witnesses to Permanent
Revolution recoge un artículo muy influyente de Kautsky de 1906 sobre este
asunto, titulado "Las fuerzas motrices de la revolución rusa y sus
perspectivas." Tanto a Lenin como a Trotsky les encantó y defendieron que
Kautsky pensaba como ellos. Estos son materiales muy valiosos para comprender
la relación entre Lenin y Kautsky, entre la socialdemocracia rusa y la
socialdemocracia alemana.
La tercera manera en la que Kautsky influencia a Lenin, y
esto es tal vez lo más sorprendente, es que incluso después de 1914, la visión
de Lenin del mundo y me refiero a su visión de la situación mundial, no sólo
"del mundo" en un sentido vago proviene principalmente de Kautsky.
Incluso cuando estaba denunciando a Kautsky como un renegado, Lenin seguía
funcionando en el marco de las ideas del Kautsky marxista . Lenin hablaba de lo
que yo llamo, "el escenario interactivo global revolucionario",
que son las ideas sobre la revolución socialista en Europa, las revoluciones
democráticas en otros lugares, las revoluciones nacionales, la guerra
imperialista, todos estos factores con los que Lenin operaba vienen todos de
Kautsky. Esto lo aprendí de Lenin, porque lo dice él mismo, dice que libros de
Kautsky hay que leer, y yo los he leído y estoy de acuerdo con Lenin sobre el
origen de sus ideas sobre esta cantidad de temas.
Mientras estudiaba todas estas referencias a Kautsky de
Lenin, encontré mi siguiente proyecto. En marzo de 1917, Lenin había tenido
noticias de la Revolución rusa, había escrito algunos artículos las
famosas Cartas de lejos, y luego leyó
un artículo de Kautsky. Sabemos que lo leyó y sabemos que
reaccionó a él, porque esbozó unas ideas en una pequeña nota que
tiene unas líneas sobre el artículo de Kautsky, y la cita de Kautsky
seleccionada es sorprendente. La citadice, más o menos: Lo que más necesitan
los trabajadores rusos es democracia y socialismo. Resulta que esta es la
primera vez, de acuerdo con mi trabajo de investigación, que Lenin utiliza esta
idea de "dar pasos hacia el socialismo." Aquí es donde
Lenin innova, no antes o después, es decir, no en las Tesis de
Abril per se. Hay por lo menos una coincidencia en el tiempo, y mi opinión
es que Kautsky era un catalizador de las ideas de Lenin. Y utilizo esa palabra catalizadoren
el sentido de que las ideas de Kautsky no eran exactamente las ideas
de Lenin, pero lo que decía obligó a reflexionar a Lenin y a pensar este tipo
de escenario.
En cualquier caso, mientras lo investigaba, me intrigó toda
la historia de marzo / abril y las Tesis de Abril,
las historias de los viejos bolcheviques que supuestamente vacilan o
incluso dicen estar de acuerdo con los mencheviques, que no eran
revolucionarios, que querían mantener el gobierno provisional en el poder, pero
Lenin vuelve y rearma al partido con la revolución permanente de Trotsky y, si
no hubiera sido por eso, ni siquiera hubieran intentado derrocar al gobierno
provisional, y así sucesivamente.
Mi interés principal en este momento es desmontar esta
historia. Es lo que yo llamo "situar al bolchevismo de nuevo en la
revolución bolchevique." Stalin y Kamenev son en cierto sentido mis héroes
en esta historia, porque los estoy rehabilitando bueno, ¡al menos
rehabilitando lo que hicieron en marzo de 1917! Una de las razones por las que
la gente no cuestiona toda esta historia es el comprensible deseo de hacer de
Stalin, en particular, un villano ya entonces. Los trotskistas, los antiestalinistas
postsoviéticos de la década de 1950, y, por supuesto, los académicos
occidentales por muchas diferencias que separen a estos grupos, todos tienen
un motivo común para no examinar esta historia muy críticamente. Y
Kamenev que de alguna manera se queda fuera, nadie se preocupa por Kamenev.
Por lo tanto, estoy repensando esta historia: viendo y repensando una cosa
pequeña, pero una cosa pequeña con enormes implicaciones para algo más grande.
Ahí es donde estoy ahora. Se puede ver que en el largo
plazo, he ido avanzando paso a otro, hay continuidad en mi trabajo. He tenido
mucha suerte, desde que publiqué mi primer libro sobre Lenin, de estar inserto
en una comunidad más grande que se preocupa por estas cuestiones. He respondido
a las críticas de esa comunidad. Aun cuando no puedo estar de acuerdo con las
críticas, creo que es importante responder, dar una buena respuesta, sobre todo
porque yo aprendo mucho al hacerlo.
Entre sus estudios en Oxford y Princeton, trabajó en la oficina del Representante Ronald V. Dellums de California, que se considera socialista, ex miembro del Comité Organizador Socialista Democrático (DSOC), fundada por Michael Harrington, y más tarde un vice presidente de los Socialistas Democráticos de América (DSA). ¿Cómo afectó este compromiso político sus intereses académicos? ¿Cómo describiría su propia posición política? Y ¿qué relación hay, en su caso, entre su posición política y su trabajo académico?
Es una buena pregunta y no estoy seguro de tener una buena
respuesta, porque a menudo me hago la misma pregunta. Durante el tiempo que
trabaje con Dellums, aprendí mucho acerca de la política práctica, simplemente
observando. No era una persona importante en la organización. Era una pequeña
oficina. Pero fue un momento muy dramático, de 19701971 a 1977, con el
Watergate, el fin de la guerra, un montón de cosas.
Mi propia posición política, bueno, no pienso mucho en ella, porque estoy demasiado ocupado pensando en el comienzo del siglo XX, ya sabe, así que describo mis puntos de vista como de izquierdas en general. Lo que creo que está bien, porque eso significa que no soy de forma automática alguien que tenga que tomar partido, y creo que eso es bueno para todos. Es bueno para mí, en la medida en la que quiero tener un pie en la comunidad académica y un pie en la comunidad de activistas. Lo que me conecta a la comunidad académica es que estoy muy interesado en los bolcheviques, como parte de la historia de Rusia, que no es el interés principal de los activistas. Sin embargo, los activistas han conseguido que me interesara en la cuestión más amplia del movimiento comunista, la relación con el marxismo, por lo que he tenido que ampliar considerablemente mí enfoque. En particular, he tenido que aprender mucho sobre la socialdemocracia europea, el socialismo europeo y la Segunda Internacional.
En Lenin redescubierto, usted afirma que "la perspectiva de Lenin corresponde totalmente a la corriente principal del movimiento socialista de su época". ¿En qué difiere ese movimiento de los grupos que se consideran leninistas hoy? ¿Qué lecciones, en su caso, pueden aprender los militantes hoy de la socialdemocracia de la Segunda Internacional?
Las técnicas, las prácticas, todo nuestro modo de ver las
cosas están más cerca de la Segunda Internacional de lo que creemos. Esta
continuidad se me hizo evidente al leer el libro Demonstration Culture. El
autor, Kevin J. Callahan, se centra en un tema específico de los congresos
internacionales y similares, pero demuestra que la misma
palabra manifestación, es decir, un acto de masas, es de este período, y
fue un invento más o menos de la izquierda socialista . Todas esas cosas la
idea de la prensa del partido, campañas de firmas, protestas, pancartas y
banderas, más o menos las cosas que la izquierda hace, día tras día , fueron
pensadas y racionalizadas por la Segunda Internacional y su idea de la
política: tenemos un objetivo, y de lo que se trata es de conectar lo que está
sucediendo a nuestro alrededor con ese objetivo más amplio. (He escrito una
crítica del libro de Callahan que aparecerá en el próximo número
del International Newsletter of Communist Studies, donde abordo estos
puntos en más detalle).
Paradójicamente, la Tercera Internacional se convirtió en la
conservadora y divulgadora de esta "cultura de la manifestación". Al
final de la Primera Guerra Mundial toda esta cultura podría haber simplemente
desaparecido. Y en lo que se refiere a los partidos socialdemócratas oficiales,
más o menos la hizo desaparecer. Tendría que investigar más sobre lo que ocurre
con la socialdemocracia después de la Segunda Guerra Mundial en relación con
esta cultura de la manifestación, pero la de los partidos y los regímenes
comunistas de la Tercera Internacional desde luego la mantienen. Es muy
importante. Le da a uno un sentido de nuestro pasado ver estas técnicas que son
increíblemente resistentes. Todavía están presentes hoy. Tal vez los medios de
comunicación sociales la van a cambiar radicalmente, pero tengo la sensación de
que simplemente la modificarán.
Eso es interesante, porque en la narrativa tradicional, hay una ruptura radical entre la Segunda y la Tercera Internacional. ¿Cómo se pensaba la Tercera Internacional en su ruptura con la Segunda Internacional? Porque, en la narrativa tradicional, la ruptura fue mucho más fundamental que el proceso del que estas hablando, es decir, los comunistas acusando a los socialdemócratas de traicionar los objetivos del movimiento y viéndose a sí mismos como los que se mantenían fieles a ellos. De acuerdo con la narrativa tradicional, los comunistas repensaron los objetivos básicos del movimiento.
Bien, vamos a empezar diciendo que sería una buena cosa
examinar lo que la gente de la Tercera Internacional decía o hacia exactamente
en relación con la Segunda Internacional. Tenemos nuestra historia, una
narración sobre lo que dijeron, nuestra narrativa sobre su narrativa, por así
decirlo. Y tengo la sensación de que no es correcta, que nuestro relato sobre
su narrativa, nuestras historias acerca de su historia, se equivocan. Una de
las razones es, por ejemplo, Kautsky: ninguna de los personajes de la época
desmintieron o se avergonzaron de su admiración por el Kautsky de preguerra.
No estaban avergonzados de lo mucho que lo habían admirado en el pasado. Puede
parecer que estoy obsesionado con Kautsky, pero encaja en una visión más
amplia.
Un par de ejemplos. Al comienzo del segundo volumen de las
obras completas de Stalin, tiene un ensayo en el que defiende el artículo de
Kautsky de 1906 que he mencionado antes, el que a Lenin y a Trotsky les gustaba
tanto. Al comienzo del artículo de Stalin, dice: todos consideramos a Kautsky
como una gran autoridad, un "teórico excepcional", un "
investigador minucioso y reflexivo de los problemas tácticos", y alguien
cuyos puntos de vista sobre las cuestiones rusas son muy importantes. Y se
publica esto en sus obras completas durante la era de Stalin. No hay una nota
editorial que diga que Kautsky era un traidor. Stalin no se avergüenza de haber
creído que Kautsky era estupendo. De hecho, parece realmente orgulloso de que
los bolcheviques en aquel entonces estuvieran, en cierto sentido, respaldados
por Kautsky. Lo mismo puede decirse de Kamenev, que escribe en 1910, en alguna
polémica con Martov, el líder menchevique : "Es agradable estar en el
banquillo de los acusados sentado junto a Kautsky ", ya que
Martov criticaba tanto a los bolcheviques como a Kautsky. Y de nuevo,
Kamenev lo reedita en la década de 1920 y todavía piensa que es un motivo de
orgullo.
Así que parece que la forma en que ahora concebimos la
Segunda Internacional, la forma en que usamos este término, "el marxismo
de la Segunda Internacional" que fue inventado por gentes como Karl
Korsch y György Lukács es diferente de cómo los propios bolcheviques
lo entendían. De hecho, no creo que los propios bolcheviques pensaran en
términos de "el marxismo de la Segunda Internacional": para ellos,
era sólo el marxismo. Desde su punto de vista, antes de la Primera Guerra
Mundial solo existía la socialdemocracia, que tenía dos alas: el ala
revolucionaria y el ala oportunista o revisionistas, o el ala izquierda y el
ala derecha, o el ala radical y el ala moderada. Había varias maneras de
expresarlo. El ala revolucionaria se veía a sí misma como "la vanguardia
de la vanguardia", una frase que he tomado de Alexander Bogdanov.
Esta idea del ala revolucionaria de la democracia socialista
como "la vanguardia de la vanguardia", da una idea de lo que los
revolucionarios pensaban antes de la guerra. Pensaban que cuando llegase la
revolución, todos se pondrían de su lado. Por eso a los revolucionarios aunque
desconfiasen de los oportunistas no les importaba trabajar con ellos. Los
héroes de los socialistas revolucionarios eran gentes como Jules
Guesde, Karl Kautsky, Rosa Luxemburgo y Alexander Parvus.
Esos eran los iconos internacionales de la socialdemocracia revolucionaria.
Después de 1914, los revolucionarios dijeron: bueno, no nos
dimos cuenta hasta qué punto había llegado la podredumbre oportunista. Los
oportunistas han ganado, y hay que abandonar el barco a las ratas oportunistas.
Por eso los revolucionarios rechazaron la Segunda Internacional porque creían
que se había corrompido desde dentro, pero utilizando las mismas categorías,
usando el mismo análisis que tenían antes. Simplemente resultó que la
socialdemocracia revolucionaria fue más débil de lo que habían pensaban, pero
seguía valiendo.
¿Por qué fue denunciado Kautsky, incluso por Lenin, como un "renegado", dado que se separó del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), junto con Rosa Luxemburgo y otros, para formar el Partido Socialdemócrata Independiente (USPD), que se opuso a la guerra?
Bueno, acerca de Kautsky, y su destino ulterior en este
relato: en 1914, se le considera como un renegado, como alguien que no estaba a
la altura de los propios principios que tanto había defendido de palabra. Hay
una tercera idea que no me he planteado aun, sin embargo, la idea de un ala
centrista de la socialdemocracia, entre la izquierda y la derecha. Hay que
tener cuidado con esa idea porque algunas personas interpretan Kautsky como si
hubiera sido un centrista siempre, pero esta era una idea que sólo comenzó a
tener sentido en 1910, cuando pienso que la división entre los oportunistas y
los revolucionarios comenzó a ser más amplia. Hay dos reacciones posibles a
esta creciente división. Una: tratar de arreglarla, de seguir adelante juntos.
La otra, es darse cuenta de que la división está teniendo lugar y hay que
gestionarla. Así que el análisis de Lenin fue: Kautsky, sin dejar de estar
ideológicamente con los revolucionarios, quiere llevarse bien con los
oportunistas. Eso es lo que significa en Lenin el adjetivo kautskianstvo. Obsesivamente,
Lenin denuncia a los kautskianstvo, que yo defino como una especie de
verborrea para ocultar las cosas en nombre de la unidad. No fue tanto que lo
que el propio Kautsky decía, al menos en su mayor parte, fuese erróneo: la razón
por la que Lenin pensó que los escritos de aquella época de Kautsky eran tan
destructivos fue porque parecían destinados a facilitarle las cosas a los
oportunistas. Lo que Lenin quería era una ruptura, una nueva Internacional,
para deshacerse de los oportunistas. Creía que eran unos traidores e insistió
en que los revolucionarios no podían ni debían trabajar con ellos.
¿Qué piensas de todo este relato que existe hoy en el "leninismo" sobre la creación por Lenin de un "partido de nuevo tipo" contra de la supuesta opinión "kautskista" del partido como un "partido de toda la clase"?
Ambas frases son inventadas. Es decir, nunca fueron utilizadas ni por Kautsky
ni por Lenin, hasta donde puedo decirlo. No he podido encontrar a Lenin
diciendo "partido de nuevo tipo." En mi opinión, lo que quería era un
partido de tipo antiguo, capaz de estar a la altura de sus propios principios.
Si se lee algo de lo que escribe, esa es la impresión que tendrá, o al menos
esa es la impresión que tengo yo. Quería llevar a cabo el ideal de la Segunda
Internacional. No hay un rechazo de la Segunda Internacional. O más bien,
quería lo que el ala revolucionaria de la Segunda Internacional.
En cuanto al "partido de toda la clase:" no sé
todavía exactamente de dónde viene ni quién comenzó a utilizar esa frase. No es
de Kautsky. No la he encontrado en sus escritos. Nadie dice: "Mira,
Kautsky dice esto", así que creo que es algo que comenzó de alguna manera.
No he encontrado aún quién lanzó esta historia, o quién fue el primero que
dijo: "Kautsky cree en un partido de toda la clase".
Tal vez se generase en la retórica en torno a 1903-1904, en un
debate entre los bolcheviques y los mencheviques entre Lenin y Mártov acerca
de los estatutos y las condiciones de afiliación al Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia. Discutieron de ello en el Segundo Congreso.
Fue una de las cosas que más les dividió: qué era un afiliado. Están muy cerca,
las dos formulas alternativas ofrecidas por Lenin y Mártov, pero la formula de
Lenin fue más restrictiva en el sentido de la definición de
un miembro de la organización como alguien comprometido con la causa
común, mientras que Mártov quería incluir a los simpatizantes, no era
"toda la clase", pero era menos estricto.
En ese punto, Lenin decía sobre la formula de Mártov: si se
sigue la lógica hasta el final, nos encontraremos con un grupo que incluye a
todo el mundo, nuestro mensaje se diluirá, no seríamos una vanguardia, se
arruinará todo el partido, y así sucesivamente. Mártov hizo lo mismo con Lenin:
Si se sigue la lógica hasta el final, vamos a construir una organización
sectaria conspirativa. Leí un artículo de Trotsky, de alrededor de 1907, en el
que explica a gentes de fuera, que no comprendían cómo funcionaban este tipo de
polémicas socialdemócratas: se coge la posición contraria y de desarrolla
lógicamente hasta el final, intentando demostrar que conduce al absurdo.
Trotsky da un estupendo consejo a los historiadores cuando dice: "Es muy
peligroso tomar esas descripciones [de los debates del partido] como
declaraciones precisas de la posición de alguien".
En cualquier caso, ni Kautsky ni Mártov ningún
socialdemócrata hubiera dicho nunca que el partido debería ser un partido de
"toda la clase," cualesquiera que sea el significado de ello. Creo
que leí algo de
Pham Binh el otro día que lo explica muy elocuentemente: "las actividades
cotidianas del POSDR trataban exclusivamente de orientar todas las
formas de la lucha de clases". Había un montón de otras cosas que sucedían
en la clase obrera más allá del movimiento socialdemócrata, y, por supuesto,
todo el mundo era consciente de este hecho elemental. Los socialdemócratas
tenían su mensaje, y estaban realmente convencidos de que con el
tiempo toda la clase lo aceptaría: tanto Lenin como los demás. Así que
esta forma de polarizar las cosas entre el "partido de nuevo tipo versus
el "partido de toda la clase" no es útil para analizar las
diferencias dentro de la socialdemocracia.
Ha escrito también recientemente dos artículos (aquí y aquí) sobre esa frase tan interesante: "centralismo democrático". ¿Podría hablar de eso?
Una vez más, es una cuestión histórica que tiene
implicaciones reales hoy. En primer lugar, Lenin no hizo uso de esa frase a
menudo. No era un concepto esencial. La usó sólo en dos períodos muy concretos.
Uno de ellos fue inmediatamente después de la Revolución de 1905, cuando hubo
posibilidad de instituciones más o menos libres en Rusia, más libres que en
cualquier momento anterior o posterior. El otro período fue después de la
Revolución de 1917, cuando los bolcheviques estaban en el poder y tuvo que
hacer frente a esos problemas. El término centralismo democrático se
utilizó sólo en estos dos períodos específicos, por lo que he podido averiguar,
y significaba cosas muy diferentes en momentos diferentes. De vuelta a 19057,
significaba centralismo democrático, y después de la Revolución de
1917, significó centralismo democrático. Y por lo tanto, deduzco a
partir de estos dos datos que nunca fue utilizada como una frase para decir
algo esencial sobre el bolchevismo.
Después de escribir este artículo sólo por casualidad o porque tenía las antenas puestas he encontrado dos referencias más que realmente aclaran el asunto. Lo más llamativo es algo que Zinoviev dijo en 1923, cuando habla de la necesidad de más democracia dentro del partido. La forma en que lo expresa verbalmente es insistiendo en la necesidad de una "democracia de los trabajadores" (rabochaia demokratiia). Admite que en aquel entonces en Rusia, había demasiadas órdenes desde lo alto, no había un debate lo suficientemente libre desde abajo, como para que la vida del partido fuera saludable. En ese momento, de acuerdo con Zinoviev, el partido se basaba en el principio del "centralismo democrático", y esto era inevitable, dado el bajo nivel cultural de muchos miembros del partido. En otras palabras, parece que en realidad lamentaba la necesidad de depender tanto del "centralismo democrático".
Lo que me sorprendió incluso a mí, sobre todo porque a veces
se dice que fue Zinoviev, no Lenin, quien creó y defendió el
centralismo democrático como teoría. Bueno, pues tampoco le gustaba el
centralismo democrático, aunque sí dijo que era necesario por el momento. Por
lo tanto, para los bolcheviques, el centralismo democrático no era en absoluto
la esencia del bolchevismo, de hecho, era un compromiso forzado, algo que les
venía impuesto por las circunstancias.
Cambiando de tema, además de su trabajo sobre la Revolución Rusa y Lenin, usted ha investigado la presencia de mitos políticos y sociales en la ópera y el melodrama. En el Lenin de 2011 hace hincapié en el romanticismo de Lenin y su visión de la clase obrera como un agente heroico de transformación revolucionaria en el sentido del mito romántico, como si la revolución fuese, en la mente de Lenin, algo parecido a la culminación de una ópera. ¿Podría explicar esto, y tal vez hablar sobre el papel del romanticismo y del heroísmo en las revoluciones, y si merece la pena recuperar el romanticismo revolucionario en nuestra cultura "posmoderna", irónica y antiromántica?
Creo que todo está relacionado en mi trabajo. Miro este
material y trato de encontrar las narraciones. No quiero que se mal interprete,
pero yo trato estos textos revolucionarios en cierta medida de la misma manera
que la gente trata los textos literarios. Es decir, busco los patrones, trato
de encontrar las narraciones, porque la gente piensa políticamente en términos
de narrativas y actúa a partir de ellos. Si se quiere llegar al corazón de las
cosas en política, hay que analizar las narrativas.
Debo decir que también creo que otra cosa que surge de mis intereses literarios es un cierto sentido de analizar las palabras con cuidado, mirando cómo la gente usa esas palabras, en ese momento, en su contexto, y ser crítico con el vocabulario. Esto es lo que algunos de mis críticos llaman "análisis textual árido". Supongo que me regodeo de hecho, me gusta mucho la lectura atenta, pero creo que algo valioso se saca de ello.
Lo he hecho en el caso de Lenin. Aquí es donde creo que mi
director de tesis, Robert Tucker , me puso en el camino correcto. Él
fue el que hizo hincapié en este punto de vista romántico en Lenin. Comprendo
por qué la gente sea escéptica: "Lenin, ¿un romántico?". Porque se
analiza cualquiera de sus escritos y siempre está enojado, cita a sus oponentes
indignado y como diciendo: "¡Pero qué dice! No y no, ¡nada de eso! Es un
polemista permanentemente irritado. Pero si buscas al romántico, lo encuentras,
y una vez que lo encuentras, está en todas partes. Es lo que le hacía atractivo
a la gente. Si siempre hubiera sido el polemista gruñón, la gente no le hubiera
hecho caso y muchas personas le ignoraron y no se las puede culpar. Pero él
tenía un lado romántico, una visión heroica, e incluso gente a quienes no les
gustaba podían conectar con él, podían entenderlo. Y creo que sus críticos más
perceptivos en ese momento se dieron cuenta de su lado romántico. Para ellos,
era exactamente la razón por la qué Lenin fue tan destructivo. Acabo de leer algo
anoche de un tal Wladimir Woytinsky. Fue un bolchevique, pero dejó el partido a
principios de 1917. En una frase llamativa, hablando de Lenin, que acaba de
regresar, dice algo así: Lenin logró apelar a los sueños secretos de su
audiencia, les convocó a ser lo que querían ser. Para entender el fenómeno
Lenin, hay que entender esto.
En lugar de la ópera, hay otro género, el melodrama,
que me parece una analogía más precisa de la estructura narrativa de los textos
revolucionarios. De hecho, he escrito un ensayo que se publicó en un libro
sobre el melodrama ruso titulado Imitaciones de la vida. En ese ensayo,
estudié el período de Stalin. Estoy interesado principalmente en el período de
Lenin, pero he escrito también cosas sobre el periodo posterior. Primero busqué
obras de teatro del realismo socialista, después los juicios a los viejos
bolcheviques como juicios ejemplares, en el sentido estricto de la
palabra. Miré el Pravda de la época de los juicios, y me di
cuenta de que Pravda publicó transcripciones de los juicios que se
leen como si fueran guiones. Así que los juicios fueron una obra de teatro, una
obra con guión, como todos sabemos. Pero si se trataba de una obra de teatro
con guión, ¿cuáles son las herramientas literarias útiles para la comprensión de
estos juicios?
También debo decir que me estudiado la relación de Lenin y
el melodrama. Anatoly Lunacharsky, el comisario bolchevique para la
Ilustración, en otras palabras, el ministro de Educación, tenía una debilidad
por el melodrama. Y el melodrama era un género muy popular, puesto en escena,
del siglo XIX, absolutamente básico, especialmente para las audiencias
populares. Hay una referencia en las Memorias de Krupskaya a Lenin
asistiendo a un melodrama en París, creo. Le gustó y también que tuviese contenido
político (se trataba, si mal no recuerdo, de un marinero acusado falsamente).
¿Y hoy en día? Voy a hacerle una pregunta. Cuando miro atrás a ese período cuando se podía hablar de un movimiento de masas, un movimiento de masas marxista que estaba verdaderamente vivo, ¿qué era lo que le hacía vivir? Era la sensación de tenía una misión histórica mundial, que el proletariado era "el pueblo elegido" esta metáfora se utilizó más de una vez, que este grupo de personas conducirían al mundo a una meta final. Así que eso es lo que me pregunto: ¿Ese sentido de una misión histórica mundial existe hoy, incluso en la izquierda? Esto es lo que te estoy preguntando: ¿Existe un verdadero sentido de grupo con una misión y una comprensión real de que va a pasar? Ese ha sido el niño que la izquierda ha tirado, aunque haya conservado el agua de la bañera: que es muy útil, como el análisis de Marx, el análisis de clase. El agua de la bañera es genial. Sin embargo, el bebé parece haber muerto o desaparecido. ¿Existe ese sentido de una misión histórica mundial y debe existir para que la izquierda vuelva a ser algo parecido a lo que era? Y ¿hay alguna manera de hacer que vuelva a existir si no existe? No se puede insistir artificialmente en que la gente crea en una misión como ésa, o incluso creer uno mismo, si la creencia no existe de verdad.
Y también es la causa de lo que a menudo aparece como el
escaso optimismo real de hoy en día. En cualquier caso, esta hipótesis de la
síntesis del socialismo y del movimiento obrero se caía a pedazos, o para ser
más agnóstico al respecto, se erosionó progresivamente después de 1905 con el
SDP alemán y luego con la guerra y lo que vino después. Por lo general,
consideramos esa degeneración como una serie de traiciones, errores, y la
búsqueda de la vía correcta. Pero si se mira objetivamente, con la idea de que
la síntesis ya no existía, que simplemente no estaba ocurriendo, entonces es
una especie de juego inevitable. Pero hay una forma más útil de ver las cosas:
hubo una división entre el movimiento obrero y el socialismo. Los
socialdemócratas la socialdemocracia de posguerra, lo que hoy llamaríamos
"socialdemocracia" a secas reaccionaron a esa tensión resignándose y
aceptando que la unión del movimiento obrero y el socialismo no volvería a
producirse nunca más. Los comunistas mantuvieron su fe en esta fusión. no
optaron por el movimiento obrero o el socialismo por sí mismos. La síntesis
seguía siendo su meta. Todavía pervivía la idea de que se podía establecer una
conexión entre las tareas actuales y la gran meta. Pero esta creencia de los
comunistas ha sido algo así como un neumático que va poco a poco deshinchando.
Y en un momento dado, la creencia deja de existir. Eso es lo que creo que les
ocurrió a los comunistas en la Unión Soviética, que un día se despertaron y se
dieron cuenta de que ya no quedaban ni las migajas de ese sueño. Hoy en día,
por supuesto, todavía hay mucho entusiasmo, un montón de pensamiento creativo,
así que ¿podemos reconstruir esa síntesis? Ese es el desafío. Lo que hacía
fuertes a aquellas gentes era que no solo decían "yo quiero creer en ello”:
realmente creían, porque podían ver sobre el terreno hechos que les llevaban a
pensar que estaba ocurriendo.
http://www.sinpermiso.info/ |
* Entrevista a realizada a Lars
T. Lih, quien vive y trabaja en Montreal, Canadá. Sus libros y artículos han
supuesto una importante reinterpretación de la historia de la Revolución rusa y
sobre las relaciones entre la socialdemocracia alemana y los bolcheviques
rusos. Esta entrevista sobre su trabajo, realizada por el editor de la revista
canadiense North Star, Darío
Cankovic, se llevó a cabo en junio pasado. Obtuvo un título de postgrado en
Oxford en 1971. Después volvió a la universidad y cursó un doctorado en
ciencias políticas en Princeton en 1984.