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Iñaki Gil de San
Vicente | La dialéctica materialista es un instrumento
polivalente imprescindible para la emancipación humana. Gracias al nivel de
conocimiento alcanzado hasta la actualidad, podemos, por ahora, discernir
cuatro grandes utilidades de la dialéctica: ser arma intelectual revolucionaria
por excelencia; ser el método de pensamiento racional más adecuado para conocer
y transformar el mundo; ser la concepción atea y materialista más acorde con
las inquietudes humanas, y ser el componente insustituible para que la
existencia humana sea un arte. La propia dialéctica impide que el orden de
exposición aquí utilizado sea siempre obligado y necesario. En estas y otras
muchas cuestiones, son las necesidades concretas, el desenvolvimiento de las
contradicciones, las que dictan en cada situación particular el orden
transitorio de utilización y de priorización de esas aptitudes. Sin embargo, en
la práctica social las cuatro actúan a la vez, simultáneamente. Nosotros hemos
escogido esteorden de enunciación porque, bajo el grado actual de
irreconciliabilidad entre el imperialismo y los pueblos del mundo, así como del
proceso de liberación de Euskal Herria, es su esencia de arma revolucionaria la
que prima en la dialéctica materialista.
De hecho, esta esencia revolucionaria recorre a las otras
tres cualidades citadas, debiendo decirse que ella es su síntesis, su núcleo,
su código genético. Basta ver, por ejemplo, el creciente enfrentamiento entre,
por un lado, el método de pensamiento racional y científico-
crítico y, por otro
lado, el irracionalismo en todas sus formas, desde la más sofisticada de la
ideología racista y sexista del genetismo sociobiológico impulsado por el
imperialismo hasta el irracionalismo más tosco, mentiroso e ignorante como el
creacionismo bíblico, pasando por todos los esoterismos e industrias de lo
para-normal y extra-sensorial, que se lucran cruelmente con la alienación
humana. Veamos también el choque a muerte entre, por un lado, la concepción del
mundo basada en la dialéctica del control conscientes de las fuerzas
productivas y de las relaciones sociales de producción porla humanidad
trabajadora autoorganizada y, por otro lado, la concepción burguesa de la
supeditación servil y pasiva a las fuerzas ciegas e incontrolables de la
acumulación de capital, choque mortal por cuanto está en juego la supervivencia
del planeta. ¿Y qué decir del antagonismo entre, por un lado, la lucha por una
vida bella, alegre, policroma y artísticamente plena de potencialidades
creativas y, por otro lado, la fea, triste, monocroma e impotente e infértil
mal vivencia fetichizada actual? En estos tres enfrentamientos estratégicosque
se libran diariamente en todo el mundo la esencia revolucionaria de la dialéctica
juega un papel decisivo porque en los tres bucea hasta la raíz de las
contradicciones, las saca a la luz y las somete a una implacable crítica
destructiva y creativa a la vez.
Por último, este texto está parte de una reflexión más
amplia y anterior, que está plasmada en otros cuatro textos a disposición
abierta y libre en la Red: “Aprender y
atreverse a pensar bien”. “Algunas consideraciones sobre ciencia, tecnología y
emancipación”. “Algunas relaciones entre capitalismo, globalización y
tecnociencia; y “Emancipación
nacional y praxis científico-crítica”
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