22/11/13

Historia de un no debate | La trayectoria de la teoría marxista de la dependencia en Brasil

Fernando Correa Prado  |  El debate acerca de la dependencia en América Latina fue inmenso. En los años 1960 y 1970 un conjunto de intelectuales y militantes, de diversos orígenes y filiaciones políticas, ha tratado del tema de la dependencia, generalmente utilizando esta categoría como característica central de sus análisis sobre las regiones periféricas y, en particular, sobre América Latina. Si en el inicio de la década de 1950 la cuestión del desarrollo y del subdesarrollo fue puesta en el centro del debate mundial, con impactos significativos para la esfera política e intelectual de la región, a partir de mediados de la década de 1960 la cuestión de la dependencia ya empieza a ganar terreno y se convierte en una categoría en disputa, cargada de diferentes matrices teóricas y políticas. Por cierto, es posible decir que la vitalidad de los análisis acerca de la dependencia latinoamericana deriva precisamente de la amplia controversia por detrás del tema, impulsada, a su vez, por la coyuntura específica por la cual pasaba América Latina entonces – una coyuntura que, entre tantas expresiones, vivía el impacto de la Revolución Cubana de 1959; era escenario del auge de la ideología
nacional-desarrollista; veía el ascenso de las luchas de masas, interrumpida, en el caso de Brasil, por el golpe civil-militar de 1964, que, entre otras atrocidades, forzó el exilio de diversos intelectuales hacia Argentina, México y, principalmente, Chile, país éste que, a su vez, luego viviría la llegada de Salvador Allende y la Unidad Popular al poder, siendo también el país sede de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y del Centro de Estudios Socioeconómicos (CESO) de la Universidad de Chile, dos núcleos importantes de análisis sobre el subdesarrollo y la dependencia; todo eso en una América Latina que fue igualmente protagonista de las luchas trabadas mundialmente en 1968.

Ahora bien, la amplia controversia de la dependencia ha existido y fue riquísima, repercutió en muchos intelectuales y movimientos políticos de todo el mundo, generó una base teórica firme para construir una interpretación crítica del papel de América Latina en el sistema mundial capitalista y, claro, contribuyó para pensar los caminos políticos adecuados de superación de las contradicciones características de la condición periférica y dependiente. Eso se dio en la mayoría de los países de América Latina y también en otras partes del mundo, por lo menos hasta el fin de la década de 1970. Sin embargo, en Brasil esta historia fue diferente.

En este país, en realidad, hubo lo que se puede llamar de un no-debate, y en su lugar hubo una lectura por lo menos unilateral en relación a las contribuciones vinculadas al marxismo y la lucha revolucionaria latinoamericana. Tales contribuciones, además de haber sido blanco de la censura y de la persecución política dictatorial, sufrieron un sistemático trabajo de detracción intelectual, en el cual el ex-presidente y sociólogo Fernando Henrique Cardoso tuvo un papel central, contando también con la complicidad de diversos intelectuales importantes y con una tenaz inercia intelectual, que sólo recién ha sido parcialmente superada.

En Brasil, se fue construyendo una especie de “pensamiento único” acerca del tema de la dependencia, centrado en larga medida en la perspectiva defendida por Cardoso, de tal modo que se ha establecido un relativo desconocimiento – e incluso deformación – de los aportes inscriptos en la tradición marxista, dentro de la cual estarían las obras de Andre Gunder Frank, Theotônio dos Santos, Vânia Bambirra y, principalmente, Ruy Mauro Marini. Revelar en líneas generales como eso ha sido producido y reproducido en diversas e influentes publicaciones es la principal intención de este artículo.

Para ello, en el segundo apartado, tras esta introducción, será presentado primeramente el comienzo de lo que se puede llamar de verdadero “boicot” intelectual a la teoría marxista de la dependencia, apuntando algunas referencias de textos en que Cardoso trata de pautar sistemáticamente el debate sobre el tema en Brasil. En el tercer punto, el artículo pasa a presentar otras referencias también reveladoras de como el buen debate nunca se dio entre diversos importantes intelectuales brasileños, señalando que, en la más indulgente de las hipótesis, existe una “inercia intelectual” en el sentido de llevar adelante la repetición de las interpretaciones ofrecidas por la pluma nada equilibrada de Cardoso. El cuarto apartado, que trata de la “inercia intelectual” y las “resonancias actuales”, abre con un resumen de las principales críticas dirigidas a las obras de Andre Gunder Frank, Theotônio dos Santos y Ruy Mauro Marini, críticas estas que, como se verá también en el cuarto apartado, siguen siendo repetidas siempre que posible, eso cuando no se crean nuevas críticas insostenibles. Por fin, en lo que sería una conclusión provisoria – pues este tipo de trabajo de “limpiar el terreno del debate” es colectivo y, claro, no termina aquí –, señalamos algunas consecuencias políticas para el caso brasileño del histórico “no-debate” teórico acerca de la estructura dependiente y periférica de América Latina dentro del sistema mundial capitalista, dejando en abierto la necesidad de seguir y ampliar la recuperación crítica y prospectiva de la teoría marxista de la dependencia, como una de las posibles formas de apropiarse de las herramientas teóricas adecuadas para la comprensión del papel de América Latina en el actual sistema mundial capitalista.

Antes de seguir, cabe decir que este trabajo forma parte de un creciente esfuerzo de recuperación del pensamiento crítico latinoamericano, que, a su vez, es reflejo de la coyuntura específica de América Latina en la última década. Esta recuperación puede ser observada en diversos libros, tesis y artículos realizados en todo el continente – y ahora también en Brasil –, lo que se da en larga medida como fruto del trabajo de profesores y militantes que, en contraposición a la avalancha neoliberal, siguieron defendiendo el pensamiento crítico latinoamericano.

O debate sobre a dependência na América Latina foi imenso. Nos anos 1960 e 1970, um conjunto de intelectuais e militantes, de variada origem e filiação política, tratou do tema da dependência, geralmente utilizando este conceito como característica central de suas análises sobre as regiões periféricas, em particular a região latino-americana. Se no início da década de 1950 a questão do desenvolvimento foi colocada no centro do debate mundial, com impactos significativos para a esfera política e intelectual da América Latina, a partir de meados de 1960 o mote da dependência já começa a ganhar espaço, tornando-se um conceito em disputa, carregado de diferentes matrizes teóricas e políticas.
 




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