17/11/13

De Karl Marx a Pierre Vilar | ... y del Quijote a la Sociedad Rural Argentina

Pierre Vilar ✆ H Sammy
Don Quijote & Sancho
✆ Jules David
Federico Bernal  |  La crisis española de nuestros días es política, económica, social y cultural. Hunde sus raíces en lo profundo de su historia y pasa de ser la primera de este tipo. Vive y padece, nuestro queridísimo pueblo español, los tiempos del Quijote, como en aquella España del 1600, tan perfectamente retratada por el magnífico historiador hispano-francés Pierre Vilar en célebre ensayo de 1956 titulado "El tiempo del Quijote". En la España del 1600: aumento de la pobreza y del hambre; notable descenso demográfico causado por la peste, la emigración a América y la expulsión de los moros. Invasión desenfrenada de mercancías extranjeras en detrimento de las manufacturas nacionales.

Enormes gastos del Estado en favor de las clases aristocráticas y la monarquía, endeudamiento descontrolado, etc. La coincidencia con la España del siglo XXI no es simple coincidencia. Una vez más, padece el pueblo español los tiempos del Quijote. El referido ensayo de Vilar, fundamental para comprender la presente crisis española así como la debacle de la Argentina agroexportadora de 2003 a esta parte (que tampoco es la primera desde 1810). Ambas crisis íntimamente vinculadas aunque con una
diferencia estratégica: la crisis de la Argentina semicolonial no es la crisis del pueblo sino producto de su progreso, su despertar y su grado de independencia.

Introducción a ‘El Tiempo del Quijote’

'Crecimiento y desarrollo' (2001) es un libro fundamental dentro de la obra de Pierre Vilar. Reúne, además de sus trabajos teóricos más ambiciosos, algunos de sus más notables estudios sobre la historia de España, muchos de ellos incorporados en su magistral Historia de España. Pues bien, en Crecimiento y desarrollo, donde analiza el problema de la formación del capitalismo y el rol de la historia económica, figura un pequeño ensayo titulado "El tiempo del Quijote". Dice Vilar en su introducción sobre la novela de Cervantes: "Este libro universal, este libro eterno, sigue siendo antes que nada un libro español de 1605, que no cobra su sentido más que en el corazón de la historia". El análisis de Vilar se dirige, más que a la novela y a su autor, a la crisis de la España de comienzos del siglo XVII: "La crisis ha suscitado un intérprete de su talla."  El Quijote representa pues, el drama de una sociedad, pero de una sociedad feudal en descomposición. Y lo que es más grave aún, peculiaridad  y especificidad sólo españolas: descomposición en simultáneo con ausencia de un orden social alternativo (burgués) que hubiera podido superarlo hasta extinguirlo. 

La crisis española del Quijote

Para Vilar, la crisis de España de comienzos del siglo XVII (específicamente 1598-1620) fue una crisis económica. Sin embargo y a partir de 1609, con la expulsión de los moros (la Reconquista) se adosa a la problemática económica una grave crisis social. En tercer lugar y sumado a las dos anteriores, aparece una crisis política, sobre todo del aparato estatal y vinculado al fracaso de los poderes políticos en Cataluña de resolver la crisis de forma progresiva (burguesa) y revolucionaria. La victoria de Madrid sobre Barcelona es preludio de secesiones futuras, las cuales no han cedido ni siquiera cuatro centurias después sino todo lo contrario. Finalmente, tenemos que la declinante situación económica, política y social tuvo su lógico impacto en el terreno ideológico. Se sacudieron formidables conciencias, las cuales se abocaron al análisis profundo de los males y remedios de España. Entre sus emblemas y sobre los que Vilar basa su ensayo, descuellan la figura de González de Cellorigo y, por supuesto, Cervantes, que da forma literaria a las ideas del primero. Ahora bien, por encima de las referidas y superpuestas crisis, Vilar coloca una causa principal, madre y origen de todas ellas: el carácter feudal de la sociedad española de 1600. El feudalismo como raíz de sus problemas y su decadencia. El feudalismo en descomposición sí, pero con la suficiente fuerza y poder como para doblegar el surgimiento y la consolidación de un orden alternativo superior, tal como ocurría en todo el norte europeo. ¿De dónde obtuvo esa fuerza y ese poder el feudalismo español, que lo prolongaba en el tiempo? 

La etapa suprema del feudalismo español

La tesis económico-social del historiador marxista Vilar y que responde el interrogante anterior es la conquista de América y su doble y paradójico efecto: benéfico sobre el norte de Europa y perjudicial sobre España. Resumimos la dualidad, porque ya hemos analizado en columnas anteriores esta cuestión. El dinero barato proveniente de América y que se fugaba de España (por momentos ni la tocaba) permitió la acumulación primitiva del capital en la Europa occidental, lo cual a su vez contribuyó, conjuntamente con la conformación de un mercado mundial acelerado por el encuentro de América, a destruir el orden feudal en el norte de Europa creando allí una sociedad nueva de tipo burgués. Las fuerzas productivas y las relaciones sociales capitalistas se ponían en marcha en todos lados menos en España. En un comienzo, el oro y la plata provenientes de América con rumbo a España más que destruir el feudalismo y crear un nueva sociedad burguesa, vinieron a reforzarlo. ¿Por qué? Por un lado, porque el dinero americano no se invertía en actividades productivas, ni se mejoraban las manufacturas nacionales. Por el contrario, se empleaba en gastos suntuarios y en la financiación de las empresas políticas españolas en Europa, como, por ejemplo, en las guerras de Flandes (retratada por la superlativa obra cinematográfica El molino y la cruz). En fin, el tesoro americano "no habría servido para enriquecer a España, sino para empobrecerla y sumirla en la miseria". La riqueza americana, más que para los españoles y españolas, según Vilar sirvió para la reacción monárquica y aristocrática. Cellorigo, citado por Vilar, sintetiza la nefasta paradoja de esta suerte: "Y ansí el no haber dinero, oro ni plata, en España es por haberlo, y el no ser rica es por serlo". Vilar nos dice que la conquista del Nuevo Mundo se realizó a imagen y semejanza de la Reconquista, esto es, "ocupando tierras, reduciendo a los hombres a servidumbre y arramblando los tesoros". El imperialismo español fue, en función de este esquema, una variedad del feudalismo o, parafraseando a Lenin como él mismo hace: "la etapa suprema del feudalismo". 

De Marx a Vilar... y del Quijote a la Sociedad Rural

Para Marx, la sociedad feudal representada por el Quijote agoniza al chocar con el naciente mundo burgués. Para Vilar, la médula de la cuestión pasa por la ausencia de una sociedad burguesa en España (no así en la Europa occidental) cuando el feudalismo comienza su larga y sufrida declinación. No hubo burguesía emergente; no hubo industrias en expansión; no hubo choque de sistemas sociales, y mucho menos triunfo de las nóveles clases emergentes. El ocaso feudal será más que centenario. "La polarización de las fortunas, en diversos niveles, no cristaliza en nada que no se evapore rápidamente. Las grandes rentas feudales o coloniales permiten unas vidas de loco artificio: si las rentas bajan el señor se carga de deudas", explica Vilar sobre la injusta España del 1600, extrapolable a la España actual así como a la Argentina en poder de la reacción. Y cabe preguntarse si la genética de ese atraso, de esa reacción sigue codificando nuevos genes y procederes en la España actual. Cabe preguntarse, en igual sentido, si esa misma genética y esos procederes, importados a la América de la conquista por herencia sanguínea y social, no siguen vigentes en las clases y sectores que en la Argentina del bicentenario se oponen a su Segunda Independencia. ¿Estamos equivocados si entendemos a la oligarquía criolla como anacrónico y suramericano resabio de esa fase superior del feudalismo español? ¿Y sus bases de sustentación? 
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