31/10/13

La Historia en el pensamiento de Marx

Karl Marx ✆ Friedrich Ebert-Stiftung
Marilena Chaui  |  Marx puede elaborar el concepto de modo de producción cuando demuestra que la distribución de los componentes del proceso de trabajo determina la forma de la producción, es decir, que las relaciones de producción determinan las fuerzas productivas, y que la distribución, presupuesto del proceso productivo, es repuesta por este como un momento que le es inmanente. De esta manera, el modo de producción se define como la determinación de las fuerzas productivas por las relaciones de producción y por la capacidad del proceso productivo de reponer como un momento suyo, interno y necesario, aquello que inicialmente le era externo Es el concepto de modo de producción el que permite comprender una distinción que opera en el tratamiento dado por Marx a la historia: la distinción entre devenir y desarrollo. El devenir es la sucesión temporal de los modos de producción, o el movimiento por el cual los presupuestos de un nuevo
modo de producción son ciertas condiciones sociales que fueron establecidas por el modo de producción anterior, y serán repuestas por el nuevo modo. El desarrollo es el movimiento interno que un modo de producción realiza para reponer su presupuesto, transformándolo en algo dado; se refiere, por lo tanto, a una forma histórica particular o, más precisamente, es la historia particular de un modo de producción, cuyo desarrollo se dice completo cuando el sistema tiene la capacidad para reponer internamente y por entero su presupuesto. Una forma histórica se considera desarrollada cuando se ha vuelto capaz de transformar en un momento interior a sí misma aquello que inicialmente le era exterior (por provenir de una forma histórica anterior), es decir, cuando consigue realizar una reflexión, de tal manera que la exterioridad es negada como tal para ser puesta como interioridad en la nueva formación social.

El devenir temporal se refiere al surgimiento de las fuerzas productivas, por lo tanto, a los cambios en las relaciones de los hombres con la naturaleza, y puede ser pensado como lineal, sucesivo y continuo. El desarrollo inmanente de una forma histórica se refiere a la reflexión realizada por el modo de producción, es decir, al movimiento cíclico por el cual retoma su punto de partida para reponer sus presupuestos. Sin embargo, justamente por tratarse de una reflexión realizada por la forma histórica, el retorno al punto de partida lo modifica, de tal manera que el desarrollo no constituye un eterno retorno de lo mismo, sino que es dialéctico: actividad inmanente transformadora que niega la exterioridad del punto de partida al interiorizarlo para poder conservarse, e impone, al hacerlo, una nueva contradicción en el sistema.

La distinción entre devenir y desarrollo no significa que Marx no los haya pensado juntos. El devenir depende del desarrollo, o sea, de aquello que hace que la forma completa de un modo de producción pueda establecer los presupuestos del modo de producción siguiente: la forma completa termina su desarrollo cuando, al reponer completamente sus presupuestos, fija una nueva contradicción interna que ella no es capaz de resolver sin destruirse. Esa contradicción irresoluble es impuesta por la forma completa del modo de producción, y se convierte en un presupuesto en la forma social siguiente. El desarrollo completo revela la finitudde la forma histórica y la expone a la infinitud del devenir. En otras palabras, es imposible pensar el devenir sin el desarrollo y este sin aquel, pues la sucesión temporal de las formas históricas o de los modos de producción depende de la reflexión de cada una de ellas, es decir, de su desarrollo completo. El entrecruzamiento necesario del devenir y del desarrollo explica la afirmación: “lo nuevo nace de los escombros de lo viejo”.