31/8/13

La truculencia con el neoterrorismo de Obama y el retorno de Marx

✆ Etten Carvallo
Joaquín López Mujica  |  ¿Podemos pensar que el “alivio planetario” o global que significó la victoria de Obama, es comparable a ese pequeño sorbo de agua que se le proporciona a un navegante luego de un severo naufragio? Ese pueblo norteamericano que es el hijo permanente de la guerra y hostilidad hacia otros países; que subsiste en una economía desigual construida por una opulencia nacida del sometimiento a otras regiones; instaurada en una escala de valores de odio, violencia y la tragedia, sabe que la paz no es el laberinto de la agresión sionista.

¿Cómo construir el camino de paz? Ha habido un historia cruenta: devastadas las poblaciones originarias; el latifundio que estranguló a México, la condena a las tempranas emancipaciones de Cuba y Haití, las tantas invasiones en América y el Caribe, el insólito y absurdo bloqueo a Cuba, las conspiraciones y la hipoteca a las conciencias de miles de intelectuales y periodistas.

Nuevamente la falacia de la existencia de un ataque con armas químicas invade con descaro la historia contemporánea. ¿Contra su propio pueblo? ¿Quiénes creerán eso?, solo fingiendo en la existencia de un ataque químico del Gobierno sirio contra el pueblo, simulando una mentira más –como cuando Iraq- de la maquinaria mediática de Wasington, Londres y París, países que corean otra guerra, ya que el marketing de la masacre entre pueblos se les cae. Somos de los que creemos que se trata de un globo de ensayo: una agresividad socialmente expuesta. Todo para precipitar las respuestas de Rusia e Irán, que son alianzas que tiene Siria y que dificultan el ataque.

Entre tanto hay pruebas de montaje, confesiones de un alto funcionario; es público y notorio el consentimiento de Siria para permitir que los inspectores de la ONU inspeccionen la zona; presentación de fotos vía satélite con disparos desde la zona de los rebeldes. China, Rusia y el Papa desde el Vaticano plantean una reunión urgente con Obama, e Irán –con su paciencia contenida-trata de persuadir al neoterrorismo de USA, Francia e Inglaterra.

En fin, ¿cuántas veces ha sido violado el suelo terráqueo y jurídico de los pueblos? Con todo eso y con su desproporcionada riqueza aun en los emporios económicos ya comienza a aflorar la vergüenza. Quizas porque en el mundo de hoy, se nos muestra con mayor eficiencia y visibilidad el escenario atroz de las nuevas formas de enajenación, tanto en el cuerpo social, el espacio individual, la estructura jurídico-política, la superestructura cultural, el espacio mediático y virtual, es por esas razones y otras, que pueda resultar interesante evaluar la potencialidad de la concepción materialista de la historia frente a lo que sería una fase terminal del capitalismo que vive Obama y que fue enfocada por Hugo Chávez como la raíz de los males: el neoliberalismo.

Si partimos de los datos empíricos, el alto y creciente indice de pobreza ; desempleo mundial, el descalabro socio-económico; resulta hasta alarmante que sean los países altamente industrializados, donde se muestran claramente las anomalías del neoliberalismo. Pero, algo más grave, es que ha ocurrido una barbarie, el fenómeno impune, por el hecho de que el poder financiero global logró casi derrumbar el Estado Social –europeo –aquella lejana tierra de la ilustración- “al socializar” las pérdidas de los bancos, trasladando insólitamente al ciudadano común, el peso de sus acreencias, estructuradas en base a la desregulación, los negocios fraudulentos, las burbujas inmobiliarias, el reflujo de capitales electrónicos errantes en la autopista de la información, vulnerando a los ciudadanos. Los llamados rescates, anunciados día a día en los noticieros mundiales, en el capitalismo tardío, han sido un largo filme de truculencias y atentados a la soberania del Estado-nación.
Una deuda que es de los bancos, en complicidad con las democracias corruptas, un corpus jurídico justificador del neoliberalismo, disparó a Grecia, Portugal, España e Italia. Se trasladó a los ciudadanos, una inaudita bomba mata-gente, tiene su raiz en el Tratado de Lisboa, un marco regulatorio que constitucionalmente –paradójica y contradictoriamente sin proceso constituyente- convirtió al neoliberalismo en la religion absoluta e irrefutable. La tragedia histórica –como se refiere el camarada Presidente Maduro- es el epicentro de los niveles de barbarie alcanzados en Europa –en España, sobre todo- allí se han suicidado tres ancianos promedio por mes, ante el inminente desalojo de sus viviendas.

Si una teoría social como la marxista –adaptada a los tiempos presentes- puede develar y dar cuenta de estas afectaciones del cuerpo social global, por ello resultó oportuna y comprensible, la convocatoria que hizo el Comandante Supremo Hugo Chávez, en aquella reunión multitudinaria, en pleno Foro Mundial de Sao Paulo, al proclamar el Socialismo –que denominó del Siglo XXI- .Esta directriz más que bienvenida, es figura antagónica de lo establecido. Hoy es tarea de multitudes y en nuestro contexto del intelectual orgánico, o militante revolucionario, o científico social con práctica de compromiso; es expandir la identidad parcial ante el objeto que estudia, y proceder al análisis de las facetas de esa degeneración, y mostrar en su praxis, su naturaleza e interioridad. La teoría marxista logra precisar la estructura de ese todo de lo político, social, económico, cultural y mediático por ello el eterno retorno a Marx.

En dos zonas bibliográficas encontramos importantes postulados metodológicos. Uno: en su obra máxima El Capital, allí activa como premisa fundamental: el trabajo –reivindicado por el presidente Maduro- como la mediación inicial del hombre con la naturaleza, la cual le atribuye ser fuente creadora universal, que en el devenir del tiempo de trabajo productivo, supone un progreso lineal de las condiciones sociales y sus representaciones ideológico-culturales y simbólicas.

Un segundo postulado, a la altura de su famoso Prólogo a la Contribución de la Economía Política donde se figura al hombre –entendido como ser genérico- que se relaciona con los otros hombres e interactúa en la producción social de la base de la sociedad, en la cotidianidad de las relaciones, que son de producción, autónomas y heterónomas, voluntarias e involuntarias, naturales e históricas, cambiantes en el desarrollo del tiempo y que están circunscritas a una etapa del desarrollo de la humanidad.

Una situación revolucionaria, deviene inmediatamente con una crisis del capitalismo global como es la actual, es la culminación de un proceso, descrita en su perfil como antagonismos de clase, si cambia la base económica, según Marx, entonces cambia la sociedad, ello como periodización, ha ocurrido constantemente en las diferentes etapas de la humanidad : esclavismo, feudalismo, capitalismo.

Lo cierto es que el debate contemporáneo focaliza los nuevos agentes históricos y de cambio, más allá del clásico choque entre dos clases ; se manifiestan en determinadas prácticas en el hecho cotidiano, como alguna vez expresaron Gramsci, Althusser o Foucault al sobrevalorar prácticas intelectuales, culturales, sexuales, creativas o raciales, etc. La grave situación que vive en este momento Europa y Estados Unidos, situación inimaginable en otras ocasiones, que parte del hecho de la conmoción polivalente y policlasista que aqueja a una multitud indeferenciada de profesionales; estudiantes, artistas, obreros, exemprendedores, exempresarios al verse inesperadamente sin futuro.

La rebelión de los indignados y el movimiento 99%, por ejemplo, hizo resucitar las teorías del bloque histórico de Gramsci. Esos grupos, a pesar de no tener líder visible, han hecho renacer a la política y lo contestatario, se trasmite de generación en generación, en el tiempo de la instantaneidad cibernética, las redes sociales e Internet.

La valoración del movimiento de los indignados supone la restauración del ciudadano, hoy sometido a la desconstrucción del Estado Social –la restauración de sus condiciones objetivas, como expresaría la teoría marxista del trabajo- ajenos a la inclusión social, inequidad y falta de oportunidades- podrían constituirse en un acontecimiento vital para la historia de la humanidad, y no una mera versión utilitarista como han querido expresar sus detractores.

Marx hoy enfrenta a Obama en combate perpetuo. En su teoría como un momento de la praxis, levantó el reclamo como condición fundamental de toda historia, de la eliminación de la explotación del hombre por el hombre, la producción de la vida material; creación de un instrumental tecnológico; para así cubrir la necesidad básica y más allá impulsar el ritmo regular de la reproducción y la capacidad para que los hombres y mujeres vivamos felices en sociedad.