24/1/17

Urnas y calles: Lenin electoral — II

Lenin en la Plaza Roja ✆ D. Nalbandian 
 “Todo análisis científico en Política debe ser un análisis de clase” — Lenin, 1906

 Nicolás González Varela

Por muy desnaturalizado que esté el mecanismo de representación popular en el Parlamento burgués, no obstante para Lenin (y Kautsky) tal mecanismo político proporciona: 1) materiales para analizar las políticas de las diferentes clases en pugna; 2) ayuda a corregir opiniones erróneas y puntos de vista estrechos sobre las políticas de las distintas clases sociales (precisamente es aquí, dirá Lenin, “en donde reside el fundamento de la Táctica”). Lenin reconoce en una editorial del diario bolchevique legal Vperiod (Adelante!) que la fracción socialdemócrata parlamentaria podría ser “de gran utilidad para la causa de la Revolución. Ya habíamos señalado la importancia que le otorga Lenin a revelar de modo materialista la “nomenclatura de clase” que poseen, de manera velada y codificada, todos los partidos políticos. Esta “nomenclatura de clase” tiene grados en el análisis leniniano: puede ser que un partido sea una “organización de clase” cuasi pura, de manera que se encuentra vinculado en forma total con una clase social determinada (sea esta dominante o no); pero también, Lenin señala, puede no estar relacionado en “forma exclusiva” con una clase particular pero aún a pesar de ello, ser “esencialmente expresión general de un interés de clase (ideal)”, con lo que su vinculación tiene una grado intermedio, su pureza clasista se encuentra degradada, como en los casos de partidos semi-burgueses o semi-terratenientes. 

La degradación de los suelos: Élisée Reclus frente a Karl Marx

Philippe Pelletier

La degradación de los suelos constituye uno de los problemas medioambientales de actualidad. Pero entre la negación de la mayor parte de los agro-industriales y el catastrofismo fomentado por otros, como Lydia y Claude Bourguignon, a los que si los escucháramos, nos preguntaríamos cómo puede aún existir algún cultivo (y sin embargo, la agricultura sigue…), conviene examinar la situación con sutileza. La geografía, y también la edafología, de un lugar no son iguales que la de otro. Hay que subrayar también que la cuestión no es nueva en el movimiento anticapitalista. Ha sido motivo de posturas divergentes entre Élisée Reclus y Karl Marx.
El catastrofismo edafológico de Marx
Un pasaje célebre de El Capital (1867) muestra cómo Marx, aunque brevemente, trata la cuestión. “Cada progreso de la agricultura capitalista es un progreso no solo en el arte de explotar al trabajador sino también en el arte de despojar al suelo; a cada progreso en el arte de aumentar la fertilidad por un tiempo le sigue un progreso en la ruina de sus recursos duraderos de fertilidad. Cuanto más se desarrolle un país, Estados Unidos de América, por ejemplo, sobre la base de la industria, más rápido será el proceso de destrucción. La producción capitalista solo desarrolla la técnica y la combinación del proceso de producción social, agotando al mismo tiempo las dos fuentes de las que surge esa riqueza: la tierra y el trabajador”.