León Rozitchner
|
Karl Marx ✆ Bob Row
|
El enigma que Marx plantea sería el siguiente: ¿cómo
permanece lo fantástico del “meollo” de la esencia cristiana en el Estado
racional, democrático y laico? ¿Cuál es su soporte? ¿Cómo se metamorfosea el
poder visible y encarnado de la Madre Iglesia o del protestantismo para
construir con su esencia el Estado racional laico donde ese fundamento se
desvanece como si no existiera? Para desentrañar este efecto de encubrimiento,
que también señala como “psicológico”, Marx recurre, vimos, a la esencia genérica.
Pero ¿cómo explicar desde el ser genérico, que es sólo un concepto, la
esencia religiosa, que es una fantasía imaginaria? Si no, no habría misterio.
Para comprender la esencia religiosa imaginaria habría que señalar el lugar
imaginario humano previo que ella usurpa para metamorfosearlo de manera
fantástica. Pero en la esencia genérica su fundamento arcaico imaginario
desaparece como sostén del pensamiento racional consciente cuando Marx la
piensa. Marx no retiene la posibilidad de que el origen de la conciencia
adulta sea el resultado de la transformación histórica de una experiencia
infantil imaginaria con la cual el hombre produce, al ser descifrada y
enderezada, su idea del ser genérico. Sin embargo lo materno en el materialismo
marxista sigue estando ahora, que ya lo sabemos, tan ausente como la esencia
imaginaria cristiana en el Estado racional perfecto y en el capitalismo.