5/4/16

Nietzsche, ¿lector oblicuo de Marx? — I

Nietzsche ✆ Amarildo 
Nicolás González Varela   |   Decía Max Weber no sin razón que el Mundo en que nosotros existimos espiritualmente, es en gran medida el Mundo que formaron las ideas de Marx y Nietzsche. La paradoja es que los autores que acuñaron espiritualmente el Mundo burgués, por izquierda y por derecha, en apariencia jamás se comprendieron intelectualmente. Pero nada más alejado de la realidad y de sus textos. Es verdad: Nietzsche nunca citó a Marx en sus trabajos públicos, pero este diktatum hay que aligerarlo. Nietzsche debía confrontarse a Marx, no podía, como gran pensador reactivo-revolucionario, ignorar su trascendencia filosófica y política, su marca indeleble en la agenda de la Gross Politik. Pero no hay que realizar este trabajo de exégesis bajo la forma hermeneútica forzada de los “paralelismos”. En realidad Nietzsche sí leyó a Marx, no lo hizo desde una obra concreta sino oblicuamente, a través de fuentes de segunda mano, indirectas, o transferts de diferentes autores y comentaristas. Una polémica e indirecta apropiación, que le permitió utilizar muchas categorías críticas en su lucha mortal contra la Modernidad burguesa.

    A la (falsa) idea de un Nietzsche apolítico, impolítico o no-político,[1] se le suma la aparente constatación del desinterés de Nietzsche por la Economía Política in toto, por los factores económicos y en última instancia su desdén olímpico por Marx. Uno de los biógrafos más serios y piadosos, Curt Paul Janz, concluye su primer volumen de su todavía insuperable biografía con la afirmación que Nietzsche “no percibía, ni percibió nunca, la llamada ‘Cuestión Obrera’ como un problema inmediato”. Janz concluye que “toda esa temática estaba muy alejada del círculo de sus ideas, y por eso, en su obra como en sus cartas, sus tomas de posición frente a la ‘Cuestión Social’ son más bien escasas y se caracterizan por una información unilateral.”[2]