11/3/16

Vigencia del marxismo

“No se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva…. Nuestro grito de guerra ha de ser siempre: ¡La revolución permanente!” —  Karl Marx, Mensaje a la Liga de los Comunistas, 1850

Marcelo Colussi   /   “El Amo tiembla aterrorizado delante del Esclavo porque sabe que, inexorablemente, tiene sus días contados”. Esta frase, que no es exactamente de Hegel pero que lleva su cuño, es la fuente inspiradora del joven Marx. Las luchas de clases son el motor de la historia: la Dialéctica del Amo y del Esclavo que esbozara Hegel en su Fenomenología del Espíritu sigue siendo de una precisión meridiana. La simple constatación de nuestro mundo circundante nos pone en contacto con cotidianas luchas a muerte en torno al poder. La conclusión de Marx a partir de esa inspiración no podía ser otra: el mundo está injustamente estructurado, y el trabajo de las grandes mayorías sostiene los privilegios de unos pocos. Por tanto: es hora de transformar ese estado de cosas.