7/2/16

Una nota a la Fórmula Trinitaria (Cap. XLVIII, Tomo III, El Capital) — ¿Será ésta una crítica también a los neoclásicos?

Guillermo Rufino Matamoros Romero [1]    /   Es bien sabido que Carlos Marx únicamente vio publicado el primer tomo de su obra El Capital, y que los dos tomos subsecuentes de ésta fueron organizados y editados por su colega Federico Engels. Es así como el tercer tomo, aquel que requirió un mayor esfuerzo de edición por parte de Engels, contiene capítulos incompletos, con ideas parcialmente desarrolladas e incontables notas haciendo alusión a qué es lo que Engels creyó que quiso decir Marx. No por ello se le tendría que restar importancia a la lectura de este tomo, por el contrario, muchos de sus capítulos son sumamente estimulantes y creativos, sobretodo porque desenmascaran la dinámica de la producción capitalista en su conjunto, como la suma de sus determinaciones. En consecuencia, es en el tercer tomo donde Marx se enfrenta cara a cara con el mundo visible, la economía que es observable a la vista de todos y, en ese sentido, también puede ser enfrentado con las ideas económicas que se limitan a intentar explicar lo aparente, presentando a la economía fuera de su contexto histórico, pensamiento que Marx catalogó comovulgar.[2]