◆ Transición
a la época clásica de Grecia y su colapso desde la lupa del marxismo
Es una realidad que la escuela del marxismo en su análisis
de la historia y los procesos de lucha de clases han centrado su atención en
los años de existencia del capitalismo. Desde la aparición de la burguesía en
el seno del feudalismo del siglo XIII hasta el siglo XX donde esta es
protagonista de la fusión del capital bancario con el industrial que le da origen
al monopolio y este a la fase superior del capitalismo, el imperialismo, que
sigue hasta nuestro días. Y es precisamente porque es el sistema al que los
marxistas le queremos poner fin. Pero esto no quita el hecho de que para analizar el sistema
que impera hoy es necesario tener en cuenta el periodo de las polis clásicas y
transición al feudalismo. Como lo ha hecho Perry Anderson, un historiador
marxista inglés, profesor y editor de la revista New Left Review.
Transición a la Polis clásica
Desde la invasión de un pueblo indoeuropeo, los minios o
proto-griegos, a las islas de Asia menor entre el 2000 y 1900 a.c.; podemos ver
una cierta homogenización del territorio de la Grecia Continental. Empezamos a
tener palacios micénicos con la sala del trono en el centro, una fortaleza
rodeada de muros que resguarda al rey, sus familiares, jefes militares y
dignatarios de palacio. Este con una función predominantemente defensiva y de
preservación del tesoro real.
En contraposición con el de los pueblos
cretenses, que también ingresaron por oriente a la Hélade, que no estaban
fortificados y finalmente perecen ante el modelo palacial micénico. La
escritura en esta época tenía una función plenamente burocrática donde
contabilizaba recursos, esclavos, carruajes de guerra (que fueron introducidos
por estos pueblos desde oriente y significo un gran avance científico y
militar), etc.
En la cúspide de la pirámide de la división social estaba el
Ánax, un rey con control militar
(equipamiento de carros, movimiento de unidades, etc.), de la economía y
también la vida religiosa. Delegaba responsabilidades a sus dignatarios de
palacio que llevaban su poder a donde fuera necesario. En contraposición
tenemos a los Basileus o reyes
vasallos (dependientes del rey Ánax).
Eran guerreros aristocráticos con posesión de tierras y personajes célebres
como Agamenón o Menelao, de los que hablaba Homero, son parte de esta clase.
Respecto a la esclavitud podemos inferir que si bien existió
en esta época y era el estrato social más bajo de la sociedad. No formaba el
pilar de emancipación de clase para los ciudadanos libres, siguiendo la idea de
Perry Anderson en Transiciones de la
Antigüedad al Feudalismo, que pasaría a ser con la era clásica.
Perry Anderson |
Sintetizando tenemos una sociedad con dos claros polos de
poder. El Ánax con sus dignatarios y
la aristocracia guerrera Basileus,
por sobre el resto de la ciudadanía (trabajadores libres, esclavos, etc.). Hay
varias teorías de por qué cae este modelo. Lo que podemos inferir es que la
expansión de los dorios en el Peleponeso, Creta y Rodas hizo desaparecer los
dominios del Ánax. Y este nuevo
contexto daría paso a la era de los Basileus.
Lo que no sabemos, pero consideramos probable al ver que la historia de la
humanidad ha sido la historia de la lucha de clases, es si hubo choques entre
el Ánax y el grupo de los Basileus que solían rendirles tributo y
esto ayudó también a su caída.
A partir del 1200 y hasta el 1100 a.c., tenemos lo que se
conoce como Época Oscura. Al caer el modelo palacial micénico y perderse la escritura
tenemos poca evidencia pero creemos que fue la época de los basileus. En este contexto se da la
guerra contra Troya donde triunfan los aqueos (griegos) y una liga de reyes
iguales que se enfrentaron a esta.
A partir del 800 a.c. se da la consolidación de
urbanizaciones regidas por una aristocracia que en la época previa había
logrado derrotar a la monarquía. Se recupera la escritura con el ingreso del
alfabeto fenicio y se reanuda el comercio con siria y el oriente próximo,
apareciendo las primeras monedas.
Los núcleos urbanos eran en esencia residencias para
agricultores y terratenientes. El consejo como organismo de gobierno era
exclusivamente aristocrático. Pero este orden empieza a quebrarse con la
aparición de los llamados Tiranos. Eran representantes de una nueva clase
poseedora, hija de la acumulación de capital, que supo conectar sus demandas
con la de los sectores oprimidos. “La
presión combinada del descontento rural por abajo y de las nuevas fortunas por
arriba quebraron el estrecho dominio aristocrático en las ciudades”,
siguiendo a Perry. Dando lugar en los siglos VII y VI a la irrupción de los
tiranos en el poder. Una vez ahí se vieron obligados a emprender una serie de
reformas en favor de los oprimidos. Desde Pisístrato a Clístenes y con las
famosas reformas de Solón (a pesar de que este último no era un tirano, más
bien era un reformista que buscaba mediar entre los aristócratas, nuevos
poseedores y trabajadores libres) no se cuestionaron las bases del poder
aristocrático, se dieron situaciones de ampliación de los derechos ciudadanos
como por ejemplo la aparición de la Ekklesia
o asamblea popular y la división de la ciudadanía en 10 demos con elección de
un General. Se desvió el descontento de los oprimidos y se empezó a consolidar
una Grecia con una base económica de medianos propietarios rurales.
Época Clásica
La consolidación de la polis clásica la tenemos en el marco
de las Guerras Médicas (500 a 479 a.c) donde la Liga de polis Phanelinica derrota a los persas en la batalla de
Mícola en Jonia. Pasamos de tener aristocracias guerreras a hoplitas, que eran
ciudadanos de la clase media que se armaban a sí mismos e iban a la guerra.
Pasamos de venerar los triunfos individuales y el destacar de los héroes
homéricos a condenar estas formas, por poner en peligro al conjunto de los
guerreros.
La financiación de este triunfo griego vino de los Kakoy (poseedores que no integraban a la
aristocracia). Lo que con el conocido como ciclo de oro de Pericles, debido
precisamente a las reformas que este impulso, integraron a este grupo social en
el gobierno, que termino por sustituir una casta gobernante por otra. Y
llevaron a la liga de Delos, con Atenas a la cabeza a ser una fuerte economía
de corte mercantilista. En oposición a la Liga del Peloponeso con Esparta a la
cabeza, la cual nunca tuvo la transformación de las demás polis en democracia y
mantuvo una monarquía dual, con aristocracia incluida e importante
participación de la gerusia (consejo
de ancianos).
Pero el suceso que le dio a Atenas y a la Grecia de aquel
entonces un desarrollo económico y florecimiento urbano sin precedentes, fue la
incorporación de grandes cantidades de esclavos. En palabras de Perry Anderson:
“Las comunidades relativamente
igualitarias de campesinos pueden congregarse físicamente en ciudades, pero lo
que no pueden crear, en la simplicidad de su estado, es una brillante
civilización ciudadana de tipo que la Antigüedad iba a presenciar ahora por
primera vez.” Tal fue la importancia del modelo de producción esclavista
para la emancipación de clase que otorgó a los ciudadanos que los momentos de
mayor desarrollo filosófico, político y de las artes fue cuando el número de
esclavos era mayor y en algunos casos hasta superior al de los estratos libres.
La salvación que tuvo el campesinado con la cancelación de
la servidumbre por deudas fue gracias a la importación de esclavos que logró
cubrir la ausencia de mano de obra. El costo de compra que tenían era bajísimo,
al igual que el costo de “mantenimiento”, esto hace que se generalice el uso
incluso para los ciudadanos libres más humildes.
El desarrollo de la democracia griega con sus instituciones
clásicas, bule (consejo de 400 con representantes de cada estrato), Ekklesia y Areopagus (corte suprema), que dio a los ciudadanos participación
política en un sistema democrático directo también fue gracias al sistema
esclavista que los eximió del peso de las deudas y la opresión que tenían antes
de él.
El periodo clásico de Atenas culmina con la Guerra del
Peloponeso (431 a 404 a.c) que enfrentó a las ligas que lideraban Esparta y
Grecia y que termina con la sumisión de esta última a Esparta como estado
vasallo. Si bien hubo intentos de restauración democrática a partir de este
suceso las castas gobernantes hicieron uso de su poder en favor de otra polis
dominantes y más de delante de la Roma que empezaba a consagrarse como nuevo
polo de poder. Con el apogeo de Roma el modelo esclavista recibirá un impulso
aún mayor debido a que esta polis basaba su producción agraria en enormes
latifundios privados y concentraciones enormes de tierras que necesitaban mucha
mano de obra, en contraposición a la Atenas predominantemente “clase mediera”.
Como conclusión no está de más resaltar la utilidad del análisis
marxista para comprender la historia de la antigüedad. Para así poder tener una
caracterización más certera de un presente donde, si bien no somos esclavos, lo
único que nos diferencia de ellos es que tenemos la posibilidad de, y no en
todos los casos, elegir qué mano nos oprime o con que soga nos asfixian.
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