30/11/16

El marxismo y la antigüedad clásica griega

Transición a la época clásica de Grecia y su colapso desde la lupa del marxismo

Santiago Daniel García

Es una realidad que la escuela del marxismo en su análisis de la historia y los procesos de lucha de clases han centrado su atención en los años de existencia del capitalismo. Desde la aparición de la burguesía en el seno del feudalismo del siglo XIII hasta el siglo XX donde esta es protagonista de la fusión del capital bancario con el industrial que le da origen al monopolio y este a la fase superior del capitalismo, el imperialismo, que sigue hasta nuestro días. Y es precisamente porque es el sistema al que los marxistas le queremos poner fin. Pero esto no quita el hecho de que para analizar el sistema que impera hoy es necesario tener en cuenta el periodo de las polis clásicas y transición al feudalismo. Como lo ha hecho Perry Anderson, un historiador marxista inglés, profesor y editor de la revista New Left Review.
Transición a la Polis clásica
Desde la invasión de un pueblo indoeuropeo, los minios o proto-griegos, a las islas de Asia menor entre el 2000 y 1900 a.c.; podemos ver una cierta homogenización del territorio de la Grecia Continental. Empezamos a tener palacios micénicos con la sala del trono en el centro, una fortaleza rodeada de muros que resguarda al rey, sus familiares, jefes militares y dignatarios de palacio. Este con una función predominantemente defensiva y de preservación del tesoro real. 

En contraposición con el de los pueblos cretenses, que también ingresaron por oriente a la Hélade, que no estaban fortificados y finalmente perecen ante el modelo palacial micénico. La escritura en esta época tenía una función plenamente burocrática donde contabilizaba recursos, esclavos, carruajes de guerra (que fueron introducidos por estos pueblos desde oriente y significo un gran avance científico y militar), etc.

En la cúspide de la pirámide de la división social estaba el Ánax, un rey con control militar (equipamiento de carros, movimiento de unidades, etc.), de la economía y también la vida religiosa. Delegaba responsabilidades a sus dignatarios de palacio que llevaban su poder a donde fuera necesario. En contraposición tenemos a los Basileus o reyes vasallos (dependientes del rey Ánax). Eran guerreros aristocráticos con posesión de tierras y personajes célebres como Agamenón o Menelao, de los que hablaba Homero, son parte de esta clase.

Respecto a la esclavitud podemos inferir que si bien existió en esta época y era el estrato social más bajo de la sociedad. No formaba el pilar de emancipación de clase para los ciudadanos libres, siguiendo la idea de Perry Anderson en Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo, que pasaría a ser con la era clásica.

Perry Anderson
Sintetizando tenemos una sociedad con dos claros polos de poder. El Ánax con sus dignatarios y la aristocracia guerrera Basileus, por sobre el resto de la ciudadanía (trabajadores libres, esclavos, etc.). Hay varias teorías de por qué cae este modelo. Lo que podemos inferir es que la expansión de los dorios en el Peleponeso, Creta y Rodas hizo desaparecer los dominios del Ánax. Y este nuevo contexto daría paso a la era de los Basileus. Lo que no sabemos, pero consideramos probable al ver que la historia de la humanidad ha sido la historia de la lucha de clases, es si hubo choques entre el Ánax y el grupo de los Basileus que solían rendirles tributo y esto ayudó también a su caída.

A partir del 1200 y hasta el 1100 a.c., tenemos lo que se conoce como Época Oscura. Al caer el modelo palacial micénico y perderse la escritura tenemos poca evidencia pero creemos que fue la época de los basileus. En este contexto se da la guerra contra Troya donde triunfan los aqueos (griegos) y una liga de reyes iguales que se enfrentaron a esta.

A partir del 800 a.c. se da la consolidación de urbanizaciones regidas por una aristocracia que en la época previa había logrado derrotar a la monarquía. Se recupera la escritura con el ingreso del alfabeto fenicio y se reanuda el comercio con siria y el oriente próximo, apareciendo las primeras monedas.

Los núcleos urbanos eran en esencia residencias para agricultores y terratenientes. El consejo como organismo de gobierno era exclusivamente aristocrático. Pero este orden empieza a quebrarse con la aparición de los llamados Tiranos. Eran representantes de una nueva clase poseedora, hija de la acumulación de capital, que supo conectar sus demandas con la de los sectores oprimidos. “La presión combinada del descontento rural por abajo y de las nuevas fortunas por arriba quebraron el estrecho dominio aristocrático en las ciudades”, siguiendo a Perry. Dando lugar en los siglos VII y VI a la irrupción de los tiranos en el poder. Una vez ahí se vieron obligados a emprender una serie de reformas en favor de los oprimidos. Desde Pisístrato a Clístenes y con las famosas reformas de Solón (a pesar de que este último no era un tirano, más bien era un reformista que buscaba mediar entre los aristócratas, nuevos poseedores y trabajadores libres) no se cuestionaron las bases del poder aristocrático, se dieron situaciones de ampliación de los derechos ciudadanos como por ejemplo la aparición de la Ekklesia o asamblea popular y la división de la ciudadanía en 10 demos con elección de un General. Se desvió el descontento de los oprimidos y se empezó a consolidar una Grecia con una base económica de medianos propietarios rurales.
Época Clásica
La consolidación de la polis clásica la tenemos en el marco de las Guerras Médicas (500 a 479 a.c) donde la Liga de polis Phanelinica derrota a los persas en la batalla de Mícola en Jonia. Pasamos de tener aristocracias guerreras a hoplitas, que eran ciudadanos de la clase media que se armaban a sí mismos e iban a la guerra. Pasamos de venerar los triunfos individuales y el destacar de los héroes homéricos a condenar estas formas, por poner en peligro al conjunto de los guerreros.

La financiación de este triunfo griego vino de los Kakoy (poseedores que no integraban a la aristocracia). Lo que con el conocido como ciclo de oro de Pericles, debido precisamente a las reformas que este impulso, integraron a este grupo social en el gobierno, que termino por sustituir una casta gobernante por otra. Y llevaron a la liga de Delos, con Atenas a la cabeza a ser una fuerte economía de corte mercantilista. En oposición a la Liga del Peloponeso con Esparta a la cabeza, la cual nunca tuvo la transformación de las demás polis en democracia y mantuvo una monarquía dual, con aristocracia incluida e importante participación de la gerusia (consejo de ancianos).

Pero el suceso que le dio a Atenas y a la Grecia de aquel entonces un desarrollo económico y florecimiento urbano sin precedentes, fue la incorporación de grandes cantidades de esclavos. En palabras de Perry Anderson: “Las comunidades relativamente igualitarias de campesinos pueden congregarse físicamente en ciudades, pero lo que no pueden crear, en la simplicidad de su estado, es una brillante civilización ciudadana de tipo que la Antigüedad iba a presenciar ahora por primera vez.” Tal fue la importancia del modelo de producción esclavista para la emancipación de clase que otorgó a los ciudadanos que los momentos de mayor desarrollo filosófico, político y de las artes fue cuando el número de esclavos era mayor y en algunos casos hasta superior al de los estratos libres.

La salvación que tuvo el campesinado con la cancelación de la servidumbre por deudas fue gracias a la importación de esclavos que logró cubrir la ausencia de mano de obra. El costo de compra que tenían era bajísimo, al igual que el costo de “mantenimiento”, esto hace que se generalice el uso incluso para los ciudadanos libres más humildes.

El desarrollo de la democracia griega con sus instituciones clásicas, bule (consejo de 400 con representantes de cada estrato), Ekklesia y Areopagus (corte suprema), que dio a los ciudadanos participación política en un sistema democrático directo también fue gracias al sistema esclavista que los eximió del peso de las deudas y la opresión que tenían antes de él.

El periodo clásico de Atenas culmina con la Guerra del Peloponeso (431 a 404 a.c) que enfrentó a las ligas que lideraban Esparta y Grecia y que termina con la sumisión de esta última a Esparta como estado vasallo. Si bien hubo intentos de restauración democrática a partir de este suceso las castas gobernantes hicieron uso de su poder en favor de otra polis dominantes y más de delante de la Roma que empezaba a consagrarse como nuevo polo de poder. Con el apogeo de Roma el modelo esclavista recibirá un impulso aún mayor debido a que esta polis basaba su producción agraria en enormes latifundios privados y concentraciones enormes de tierras que necesitaban mucha mano de obra, en contraposición a la Atenas predominantemente “clase mediera”.

Como conclusión no está de más resaltar la utilidad del análisis marxista para comprender la historia de la antigüedad. Para así poder tener una caracterización más certera de un presente donde, si bien no somos esclavos, lo único que nos diferencia de ellos es que tenemos la posibilidad de, y no en todos los casos, elegir qué mano nos oprime o con que soga nos asfixian.

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