Foto: Eugen von Böhm-Bawerk & Karl Marx |
Jesús Rojo | Entre las muchas corrientes de pensamiento
económico que han intentado persistentemente incluir al marxismo en el
obituario de las teorías fracasadas, la escuela austriaca es quizás la más
seria en lo que a su crítica se refiere. En efecto, «el más encarnizado adversario del marxismo es precisamente la escuela
austriaca» (1). En este sentido, dado que esta escuela nació con
posterioridad al marxismo y, de alguna manera, como reacción a este, la batalla
se presenta en una situación ofensiva para los austriacos y defensiva para los
marxistas.
La sonada crítica proferida por Böhm Bawerk contra Marx fue
fugazmente respondida por Hilferding quien, con mucho tino, trató de desmontar
los argumentos fundamentales que el primero sostenía principalmente respecto a
los libros I y III de El Capital.
Pocos años más tarde, durante su estancia en Viena, Bujarin completó (de manera
menos lúcida) el proceso de respuesta a la crítica que había iniciado su
compañero alemán. La participación de figuras como Rothbard y otros autores del
liberalismo (así como del socialismo, pero ya de menor calado) mantuvo la
polémica viva hasta el final del siglo XX.