Héctor Illueca
Ballester | La Unión Europea pretende anular el
resultado de las elecciones celebradas en Grecia el pasado 25 de enero. Como
era previsible, el Eurogrupo intenta
aprovechar las dificultades financieras que atraviesa el país heleno para
liquidar definitivamente el programa de Syriza y desautorizar su mensaje.
Al
exigir nuevas reformas del mercado laboral y del sistema de pensiones para
desbloquear el último tramo del rescate financiero, medidas absolutamente
ajenas a las necesidades reales del país, la Unión Europea evidencia que su
estrategia de negociación no responde a motivaciones de índole económica, sino
política: se trata, ante todo, de subvertir el proceso democrático y quebrantar
la soberanía de Grecia, enviando al mismo tiempo un elocuente mensaje a los
países de la periferia, y muy especialmente a España, que tiene a la vista las
elecciones generales más importantes de su historia reciente. En este contexto,
cabe preguntarse por la auténtica naturaleza del experimento social y político
al que se enfrentan los pueblos del sur de Europa. ¿Qué está pasando en el
Viejo Continente?