9/7/15

El retorno de Marx

César Rendueles    |    En los años noventa, en lo más crudo de la postmodernidad, yo estudiaba en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense. Entre otras cosas, me interesaba lo que, a grandes rasgos, se podría denominar la tradición materialista: un conjunto de autores de muy distintas disciplinas –desde la historia a la teoría literaria pasando por la economía– que se consideraban a sí mismos afines al legado intelectual y político de Marx.

En aquel momento, era un área de estudios crepuscular. El juicio unánime sobre la economía marxista era que se trataba de un cadáver conceptual que sólo interesaba a un puñado de académicos que lo mismo podían haberse dedicado a discutir sobre los epiciclos ptolemaicos. La sociología de Marx, se decía, no recogía ni la complejidad de las relaciones laborales del capitalismo postindustrial ni la autopercepción de la mayor parte de la gente, que se veía a sí misma como de clase media. En términos políticos, el marxismo parecía incompatible con los nuevos movimientos sociales relacionados con la identidad cultural, el género o el medioambiente. Y, por supuesto, para la mayor parte de los filósofos se trataba de una doctrina groseramente esencialista que había quedado superada tras el fin de los grandes “metarrelatos”.

Actualizar y diferenciar el enfoque marxista del Estado

Foto: Ernest Mandel
Alain Bihr   |   En su obra más destacada, El capitalismo tardío, cuya edición original data de 1972/1, Ernest Mandel (1923-1995) desarrolla un análisis magistral de la fase de desarrollo del capitalismo que siguió a la gran crisis estructural de los años treinta del siglo pasado. En su conjunto, la obra muestra la riqueza de la tradición marxista clásica en la que se sitúa, pero también algunas de sus limitaciones. Estas aparecen en particular en el capítulo XV del libro, titulado El Estado en la era del capitalismo tardío/2. En él se plantea, en efecto, un análisis del Estado de carácter básicamente funcionalista en su enfoque tanto del Estado capitalista en general como de las diferentes formas que adopta en el curso de las sucesivas fases de desarrollo del modo de producción capitalista.

Mi intervención en este foro, organizado con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de Ernest Mandel, tiene por objeto poner de manifiesto tanto las limitaciones generales de dicho análisis funcionalista como las omisiones a que conduce en la presentación de El Estado en la era del capitalismo tardío y más allá, en la fase actual de su desarrollo. Las restricciones impuestas a esta intervención, sin embargo, me obligan a formular unas tesis cuyo desarrollo argumentativo únicamente podré esbozar en esta ocasión.