Karl Marx ✆ Maximilian Jungwirt |
Ariel Mayo |
La producción teórica de Marx opacó su actividad política, que ha
permanecido en un segundo plano frente a los innumerables estudios dedicados,
por ejemplo, al análisis de El
capital (1867). No obstante, para Marx su militancia política se
encontraba al mismo nivel que sus trabajos teóricos, puesto que el propósito
fundamental de toda su actividad era la lucha por el socialismo. Además, y no
menos importante, la escisión entre teoría y política se contrapone a los
principios del método dialéctico, cuya aplicación supone tratar a la sociedad
como un todo, evitando la división del trabajo, propuesta por la burguesía,
entre teoría (reservada a los académicos) y política práctica (a cargo de los
políticos profesionales).
El punto cumbre de la militancia política de Marx es su
participación en la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT a partir de
aquí; también llamada Primera Internacional). La AIT se constituyó en 1864 y
desde el principio Marx jugó un rol primordial en ella, a punto tal que tuvo a
cargo la redacción del Saludo Inaugural y de los Estatutos de
la AIT. El trabajo de Marx en la Primera Internacional tuvo dos principios
rectores: a) mantener unificado al movimiento obrero, dividido en varias
corrientes ideológico-políticas; b) dirigir dicha unificación hacia la
construcción de una alternativa política obrera, autónoma de la burguesía. En
otras palabras, la acción de Marx estuvo orientada a la superación del momento
corporativo del movimiento obrero (v.gr., lucha por mejoras salariales) y por
lograr el pasaje al momento de la lucha política. En este sentido, Marx tuvo
como contrincantes a los partidarios de la otra gran estrategia obrera de la
época, el abstencionismo político.