23/2/15

Ni Hayek ni Keynes, hoy más que nunca Marx

Karl Marx universal ✆ Sergio Cena
Marcos Roitman Rosenmann    |   Vivimos tiempos de incertidumbre. Quienes valoran la extensión de la crisis del capitalismo son los movimientos alternativos, sus gestores y causantes. Los diagnósticos y proyecciones sobre la globalización neoliberal lanzados hace 20 años por los movimientos antiglobalización o antisistémicos han dado en la diana. Las políticas de privatización, apertura comercial, financiera y flexibilidad laboral escondían un enorme grado de explotación y especulación. El resultado sería inevitablemente el colapso general del planeta. Nada hacía presagiar otro sendero. Sin embargo, resulta extraño que los economistas neoliberales se queden perplejos y apunten a pecados bíblicos como la tacañería y la avaricia para explicar la crisis. ¿Acaso piensan en otra racionalidad del capitalismo? Su incultura parece situarse en las mismas cotas que la crisis. Son de hondo calado. De nada les ha servido obtener masters o doctorados en Chicago o la fundación Heritage. Lo recomendable hubiese sido darles a leer los cuentos de Charles Dickens y poner sobre su mesa los estudios históricos de Sombart relacionando el burgués con la propensión al lujo y el origen del capitalismo. Pero la mala memoria de los actuales tecnócratas de las finanzas coincide con la derrota de su doctrina del libre mercado. No les gusta reconocer que el derroche es parte de la mentalidad plutocrática de la evolución del capitalismo. No hay banquero que no haga ostentación de su riqueza en forma de yates, coches de lujo, organice viajes de placer, comidas opíparas, orgías, adquiera ropas de marca, participe de prostitución de alto copete, y se vanaglorie de comprar y vender obras de arte. De otra manera no serían capitalistas. El robo y la piratería es consustancial a los orígenes del capitalismo y precede la globalización neoliberal. 

L’inégalité est-elle un problème? | Rousseau, Marx, Piketty, Fukuyama & De Jouvenel

La justice serait-elle au côté du pauvre quand l’injustice assure les biens du riche?

Thierry Guinhut   |   Les inégalités se propagent et se creusent, fomentant monstrueusement la bassesse de la pauvreté. Prendre au riche pour enrichir le pauvre est alors, pense-t-on naïvement, la solution idoine. Cependant, en paraissant assurer la légitimité morale et économique de l’intervention étatique, au moyen de la redistribution, au service de l’égalité et du bonheur économique, l’argument des inégalités, cet argument apparemment éclatant, mais faux, destiné à tromper les naïfs, n’est-il pas spécieux ? Ne vaut-il pas mieux s’intéresser à la pauvreté, à ses causes, et lever les barrières qui l’empêchent de devenir richesse… Plutôt que de se servir de l’argument spécieux des inégalités pour transformer les sociétés en une contre-utopie corsetée, ne faut-il pas mieux se servir de l’argument de la pauvreté, scandaleuse en soi, pour rendre à la cité ses libertés ?