16/9/15

La fase deductiva del método materialista dialéctico

Elí de Gortari   |   Presentamos aquí un fragmento de uno de los temas incluidos en la investigación acerca de La generalidad y la particularización del método materialista dialéctico, sobre la cual trabajamos actualmente en el Centro de Estudios Filosóficos de la Universidad Nacional Autónoma de México. El programa que nos hemos propuesto comprende tres partes principales. En la primera parte -que ya se encuentra terminada- estudiamos los aspectos generales del método científico. Así, han quedado tratados los siguientes temas: 1. El método como procedimiento planeado para la investigación científica; 2. Objetividad del método científico; 3. Racionalidad del método científico; 4. Constitución histórica y sistemática del método materialista dialéctico; 5. La dialéctica como síntesis superior de la deducción y de la inducción; 6. La fase deductiva del método dialéctico; 7. La fase inductiva del método dialéctico, y 8. La generalidad del método materialista dialéctico.

En la segunda parte -que se encuentra ahora en trance de realización- se estudian detalladamente los varios aspectos lógicos y epistemológicos del método materialista dialéctico. Por Io tanto, esta parte abarca los temas que siguen: 9. Universalidad y particularidad de la contradicción; 10. Relaciones de determinación y de conversión recíprocas, entre la cualidad y la cantidad; 11. Interpenetración de los opuestos; 12. La negación de la negación y su evolución; 13. Procedimientos metódicos de investigación; 14. Observación y experimentación científicas; 15. Conexión sistemática de los resultados experimentales; 16. Interpretación racional de las conexiones sistemáticas; 17. Estructura lógica de las teorías científicas; 18.Prueba experimental de las hipótesis; 19. Demostración metódica del conocimiento científico, y 20. Exposición metódica del conocimiento logrado en las investigaciones científicas.

Finalmente, en la tercera parte culminará la investigación nuestra, con el estudio de la particularización del método materialista dialéctico en la física -tomada como un ejemplo de las ciencias naturales- y en la economía -considerándola como ilustración en el dominio de las ciencias sociales-. De esta manera, quedará mostrada en su misma actividad la función que desempeña el método materialista dialéctico, como operador cognoscitivo, en dos de los campos en que la crítica filosófica. se agudizay en donde existe una amplia controversia de interpretaciones. En sus rasgos más destacados, los resultados de esta investigación han sido sometidos a la discusión penetrante y fecunda de los catedráticos y de los alumnos que participan en el Seminario sobre el Método del Materialismo Dialéctico, que viene trabajando bajo nuestra dirección, en la Escuela Nacional de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, desde el año de 1953. Por ello, expresamos nuestro cumplido reconocimiento para los asistentes a dicho Seminario, por las sugestiones presentadas y por los esclarecedores desarrollos que han suscitado. Hechas estas explicaciones necesarias, pasamos a exponer el fragmento de la fase deductiva que hemos escogido para su publicación anticipada.
1. Formulación del juicio
El juicio tiene, en rigor, únicamente dos términos lógicos, que se encuentran ligados funcionalmente. En virtud de esta relación funcional, se puede hacer variar uno de los términos en forma independiente, determinando entonces variaciones correspondientes en el otro término, que dependerán de las que experimente el primero, para el mantenimiento de la relación establecida. Pero toda función que se establezca entre dos términos conceptuales es recíproca y, por lo tanto, lo que puede hacerse con uno de los términos también podrá ejecutarse con el otro. Así, en un caso se puede asignar a uno de los términos el carácter de variable independiente,resultando ser el otro, entonces,una variable dependiente; pero, inversamente, también se siguecumpliendola función cuandoes el segundo término el que asume el papel de variable independiente, haciendo que el primero sea el que sufra variaciones condicionadas. En consecuencia, por medio del juicio se determinan mutuamente sus dos términos; ya que tanto se establece cierta determinación para un término, definida por el carácter de la relación, como también el otro término resulta determinado, a su vez, por el primero, sólo que en distinto sentido. Por lo tanto, si sucediera, como se afirma por parte de algunos lógicos, que la determinación radicara exclusivamente en uno de los términos, en tanto que el otro sólo tuviera el carácter de ser una "materia del conocimiento" que fuera lo único por determinar, entonces el juicio no sería una función, porque carecería de una característica fundamental e indispensable en toda función, o sea, la reciprocidad de la conexión establecida entre sus términos. Además, en semejante suposición se encuentra involucrada la consideración del predicado como un concepto definitivo e inmutable, lo cual jamás ocurre con los conceptos científicos. Ahora bien, la relación formulada en el juicio es simétrica en cuanto a la inversión de la conexión funcional; pero, en cambio, generalmente es asimétrica en cuanto a la mutua determinación de sus términos. Es decir, que uno de los términos puede ser determinante del otro, en mayor grado de lo que éste sea determinante del primer término, o viceversa. En esta asimetría de la determinación es en lo que se apoya la distinción aparente de los términos, por la cual se destaca a uno como sujeto y al otro como predicado del juicio. No obstante, en sentido estricto, nunca se puede considerar uno de los términos judicativos como determinante exclusivo, ni tampoco el otro como simple determinado, porque la conexión funcional del juicio constituye una determinación mutua entre sus dos términos. De esta manera, ambos términos del juicio son simultáneamente determinados y determinantes y, por consiguiente, cada uno de ellos es a la vez sujeto y predicado; o, mejor aún, ninguno de los dos es propiamente sujeto, ni tampoco es definidamente predicado.

El juicio científico se formula como una relación que identifica dos términos diversos. Como identidad determinada, el juicio es una identificación de lo diferente. La simple enunciación de la identidad de un concepto' consigo mismo, esto es, la expresión de que: x =x, carece de la cualidad peculiar del juicio, que es su carácter determinante. Por lo tanto, la tautología rigurosa no constituye un juicio; aunque su expresión sí puede ofrecer tal apariencia, cuando se utilizan dos vocablos sinónimos para representar el mismo concepto. En el juicio, lo que se establece es la equiparación lógica entre dos términos conceptuales diferentes, o sea, que se expresa la ecuación: x =y. Por consiguiente, el juicio mismo contiene el meollo de una contradicción, puesto que identifica relativamente a un término con otro término diverso. Es decir, que el juicio formula una identidad entre un cierto término y aquello que dicho término no es y que, por lo tanto, constituye un término opuesto; porque el otro término, y, es no-x y, entonces, la ecuación judicativa presenta el aspecto de que: x =no-x. Pero, a la vez, el propio juicio expresa la solución de la contradicción entre sus dos términos, la cual está representada justamente por la relación determinante entre ambos términos. De este modo, el juicio es una determinación sintética, que comprende los dos términos contradictorios y su mutua oposición.

Para expresar con mayor facilidad y, a la vez, con pleno rigor y necesidad a las formas del juicio, recurrimos a su representación simbólica, valiéndonos de las ecuaciones matemáticas. Con esta precisión en su expresión, se hacen' mucho más sencillas las inferencias deductivas, resulta ser mucho más estricto su manejo y se ponen al descubierto una gran cantidad de formas de inferir, que la lógica tradicional ni siquiera pudo sospechar. Para la expresión simbólica de las formas del juicio, utilizamos la notación introducida por Boole,' por ser la más simple y fácil de operar -debido a su estrecha analogía con el álgebra elemental- y porque ella permite ejecutar todas las operaciones deductivas de la lógica simbólica, con mayor sencillez y elegancia que cualquiera otra de la multitud de notaciones propuestas por los lógicos matemáticos posteriores. Por lo tanto, únicamente hemos introducido algunas modificaciones menores en la notación de Boole, que han sido indispensables para poder representar y conectar también las formas del juicio no descubiertas por Boole, para sintetizar las otras formas y, al propio tiempo, para poder practicar en estas ecuaciones todas las operaciones deductivas posibles. En todo caso, el resultado ha sido el de obtener todavía mayor simplicidad en la representación simbólica y en la ejecución de las operaciones y, sobre todo, se ha conseguido la construcción de expresión es más generales, desde el punto de vista lógico y matemático.

Nota del Editor: Este trabajo del eminentísimo profesor mexicano Elí Eduardo de Gortari (Ciudad de México, 28 de abril de 1918 – 29 de julio de 1991) lógico, filósofo de la ciencia, historiador de la ciencia e ingeniero, fue publicado en ‘Diánoia’, revista de Filosofía del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), correspondiente al Vol. 1 N° 1 de 1955.
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