Karl Marx & Friedrich Engels ✆ Natalia Rizzo |
Juan Duarte | Si bien las referencias a El Capital y
al marxismo en general recorren toda su obra y constituyen su “núcleo
duro” [1], en este breve recorrido nos centraremos en ilustrar en sus
rasgos más generales la utilización del método de “análisis por unidades” en su
última obra, Pensamiento y habla [2], donde el estudio del pensamiento verbal o
del significado toma el lugar metodológico, respecto al estudio de los procesos
de conciencia, de la mercancía respecto al capitalismo en El Capital, dando lugar, en palabras de
su autor a "una nueva teoría psicológica de la conciencia".
El proyecto de Vigotsky se enmarca dentro del proceso revolucionario soviético de 1917, como parte del cual llevará adelante la empresa de sentar las bases de una psicología científica que escape a los dualismos[3] y reduccionismos [4] que la caracterizaron, en crisis desde su constitución como disciplina científica a fines del siglo XXI, tironeada entre una tendencia materialista mecanicista y otra idealista, o, dicho de otra forma, entre las ciencias naturales y las ciencias del espíritu, dualismo ilustrado por Wundt y su propuesta de dos psicologías [5].
El proyecto de Vigotsky se enmarca dentro del proceso revolucionario soviético de 1917, como parte del cual llevará adelante la empresa de sentar las bases de una psicología científica que escape a los dualismos[3] y reduccionismos [4] que la caracterizaron, en crisis desde su constitución como disciplina científica a fines del siglo XXI, tironeada entre una tendencia materialista mecanicista y otra idealista, o, dicho de otra forma, entre las ciencias naturales y las ciencias del espíritu, dualismo ilustrado por Wundt y su propuesta de dos psicologías [5].
A partir del análisis crítico de la dialéctica del
desarrollo histórico de la disciplina, la clave investigativa para romper con
la psicología tradicional pasará por la construcción de un método propio. En
otras palabras, en “el desarrollo de un corpus conceptual específico, orientado
por premisas filosóficas [materialismo dialéctico] y metodológicas” [6].
Entre el sistema filosófico y la explicación científica debe
mediar un método propio de la psicología, lo contrario de la derivación del
objeto desde principios universales abstractos establecidos a priori. En
este sentido, en El significado
histórico de la crisis en psicología (1926), plantea que
la única aplicación legítima del marxismo en psicología sería la creación de una psicología general cuyos conceptos se formulen en dependencia directa de la dialéctica general, porque esta psicología no sería otra cosa que la dialéctica de la psicología […] Para crear estas teorías intermedias –o metodologías, o ciencias generales– será necesario desvelar la esencia del grupo de fenómenos correspondientes, las leyes sobre sus variaciones, sus características cualitativa y cuantitativas, su causalidad, crear las categorías y conceptos que les son propios, crear su El Capital [7].
Pero esto significará una apropiación del método de Marx y
una efectiva investigación científica, y no la aplicación directa de la
dialéctica o la mera acumulación de citas y extrapolaciones directas, que
llevarían a una especie de “escolástica”, tal como pretendían ciertos autores
(y que luego será la norma para el estalinismo, que hará de la reflexología su
psicología “marxista” oficial).
Se tratará de un método indirecto (que implica una
actividad científica) de abordaje de los fenómenos, característica que
comparten la experimentación y el análisis dialéctico utilizado por Marx. En
este sentido, señala que
Eso mismo dice en esencia Marx, cuando compara la fuerza de la abstracción con el microscopio y con los reactivos químicos en las ciencias naturales. Todo El Capital está escrito siguiendo ese método: Marx analiza la “célula” de la sociedad burguesa –a forma del valor de la mercancía– y muestra que es más fácil estudiar el organismo desarrollado que la célula. […] Al profano, dice, puede parecerle que su análisis se pierde en un laberinto de sutilezas. Y son en efecto sutilezas; del mismo tipo que nos depara, por ejemplo, la anatomía micrológica [8].
La elección de las unidades de análisis correctas permitirá
entender los fenómenos psíquicos, a partir de estudio del desarrollo concreto
de las “células” de aquellos, que contienen elementos en tensión irreductibles
entre sí, que encierran las propiedades estructurales de la totalidad (que solo
a partir de la investigación podrá desplegarse en sus “múltiples
determinaciones y relaciones” en tanto “concreto pensado”)[9].
El problema
de la conciencia y estudio del significado como análogo al de la mercancía
Si bien el campo abordado por la psicología
histórico-cultural vigostkiana es muy amplio, ubica como problema nodal de la
psicología humana el desarrollo de la conciencia, o sea el de las funciones
psicológicas “superiores”, para distinguirlas de las “inferiores” o presentes
en otras especies animales. La posibilidad de conciencia y voluntad son
justamente las características de la memoria, atención, pensamiento,
percepción, etc., propiamente humanas. EnPensamiento y habla se aboca a
esta tarea, y la clave para abordar el tipo de actividad mediada implicada
en aquellas será el de la relación entre pensamiento y el signo
lingüístico: “el aspecto menos estudiado y el de más difícil compresión” de la
psicología, respecto al cual todas las soluciones propuestas previamente
“oscilaron entre dos posiciones extremas: la identificación o total fusión
[como por ejemplo para el conductismo] pensamiento/palabra, y la más absoluta y
metafísica disociación y separación entre ambos [escuela de Wurzburgo, la
palabra como “revestimiento” del pensamiento]”[10].
El método de análisis por unidades permitirá dar cuenta de
las relaciones dinámico-causales implicadas en el surgimiento de la conciencia.
Al tipo de análisis basado en la “descomposición de los conjuntos psicológicos
complejos en sus elementos”, que “no es capaz de explicar la diversidad
concreta ni la especificidad de las relaciones entre palabra y pensamiento que
encontramos cotidianamente”, sino que termina en una universalidad abstracta,
contrapone “un análisis que divide la compleja unidad del conjunto en
unidades”. Estas son producto del análisis, y “contiene[n] en sí todas las
propiedades fundamentales inherentes al conjunto y representa[n] una parte viva
e indivisible de este”. Su carácter es molecular, y no atomístico. El
primer tipo de análisis obtiene “productos que han perdido las propiedades
del todo”, el segundo obtiene la complejidad del proceso.
Así como en El
capital Marx toma a la mercancía como “célula” del capitalismo que
permite desplegar sus contradicciones, o sea, su dinámica, la unidad que
propondrá Vigotsky será el pensamiento verbal o significado, el
aspecto interno de la palabra, la unidad del pensamiento discursivo que puede
ser observado tanto como fenómeno del habla como del pensamiento, que implica
una unidad de funciones de generalización (pensamiento) y comunicación
(social) [11]. Esta definición permitirá llevar adelante un abordaje complejo
en tres planos: génesis / desarrollo, funcionamiento y estructura de
esta unidad, la que le permitirá volver a encontrarlo, al final del recorrido
científico, ya no como abstracción inicial sino en tanto “concreto pensado”, o
unidad de múltiples determinaciones. Solo de esta manera “se hace posible por
vez primera un análisis genético-causal del pensamiento y el habla […] entender
el verdadero vínculo existente entre el desarrollo del pensamiento y el
desarrollo social del niño”. Otro aspecto clave que permitirá abordar este
método será el del vínculo entre intelecto y afecto, pensamiento y emoción,
reconstruyendo “un sistema semántico dinámico constituido por la unidad de los
procesos afectivos e intelectuales”[12].
A partir de allí expondrá el desarrollo filogenético del
pensamiento y el habla, con raíces diferentes e independientes que confluyen en
determinado momento del pasaje entre los homínidos superiores y
hombre [13], dando lugar a nuevas funciones comunicativas y de
pensamiento, emergiendo un nuevo tipo de actividad mediada por signos
lingüísticos internalizados, la estructura el pensamiento discursivo pasible de
conciencia y voluntad. Asimismo expondrá las raíces genéticas en la ontogenia,
donde el papel de la internalización del signo lingüístico y su
apropiación mediante procesos de imitación activa, dan lugar a la
emergencia de una estructura mediada en el funcionamiento mental. Este proceso
se da en zonas de desarrollo próximo.
Vigotsky llevará adelante un estudio experimental del
desarrollo del significado, del desarrollo de los conceptos en la infancia. Por
un lado de conceptos artificiales, creados experimentalmente, mediante el
“método de doble estimulación” (centrado en la utilización de signos
artificiales como mediadores del pensamiento) y, por otro, de la relación y
desarrollo de los conceptos espontáneos y científicos.
Un aspecto clave del método propuesto es el de permitir dar
cuenta de un fenómeno contradictorio y dinámico, que permita concebir la
relación entre el pensamiento y la palabra no como una cosa, sino un proceso,
el movimiento del pensamiento hacia la palabra, y, a la inversa, de la palabra
hacia el pensamiento. Permitirá dar cuenta de la serie de fases o estadios y
las modificaciones sufridas en el camino de su desarrollo funcional, del
movimiento del propio proceso del pensar, del pensamiento a la palabra. En este
sentido Vigotsky plantea que
El pensamiento no se refleja en la palabra, sino que se realiza en esta. Por esta razón, podría hablarse del proceso de formación (la unidad del ser y del no ser) del pensamiento en la palabra. […] todo pensamiento tiene movimiento, curso, despliegue, en una palabra, el pensamiento cumple alguna función, algún trabajo, resuelve alguna tarea. Este curso del pensamiento se da como un movimiento interno a través de toda una serie de planos, como el paso del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento […] El investigador se enfrenta aquí con mucho de lo que “ni siquiera los sabios podían soñar” [14].
Solo concibiendo una unidad compuesta de tendencias
contradictorias será posible captar la dinámica propia del fenómeno. Por
ejemplo, “La investigación muestra que el aspecto interno, significativo del
habla, y el externo, sonoro y manifiesto, sin bien conforman una auténtica
unidad, cada uno tiene sus propias leyes de movimiento […] el desarrollo de los
aspectos semántico y manifiesto avanza en direcciones opuestas”. Del todo a la
parte el primero, y de la parte al todo el segundo.
Hasta aquí la ilustración del modo en que Vigotsky hace
ciencia utilizando El Capital como inspiración metodológica. Para
finalizar, señalemos que se trata de un planteo que supone una totalidad más
amplia, la del ser humano como síntesis compleja emergente, biológica e
histórica:
Lo principal radica en que al reconocer el carácter histórico del pensamiento discursivo debemos incluir en esta forma de comportamiento todas las tesis metodológicas que el materialismo histórico establece en relación con todos los fenómenos históricos en la sociedad humana […] que el tipo mismo de desarrollo histórico del comportamiento dependa directamente de las leyes generales del desarrollo histórico de la sociedad humana [15].
En otras palabras, se trata de una constitución subjetiva
que no se resuelve en un plano individual ni meramente grupal, sino en la
posibilidad histórica de un modo de existencia distinto al impuesto por un
sistema social alienado y alienante, que supone la lucha de clases y la necesidad
de un cambio revolucionario.
Notas
[1] Esta interpretación es hoy minoritaria respecto del mainstream de
los estudios que se reclaman vigotskianos. Un texto significativo que puede
consultarse es el muy buen libro de Castorina, J.A. y Baquero, R., Dialéctica
y psicología del desarrollo. El pensamiento de Piaget y Vigotsky. Amorrortu,
Buenos Aires, 2005; y también la entrevista
a J. A. Castorina en Idz 10. Mohamed Elhammoumi y Andy Blunden
son otros autores ubicados en esta perspectiva. Al respecto puede consultarse
el interesante artículo de Luciano
García, “El descubrimiento de Vigotsky, un problema histórico y epistémico” en Revista
Culturas Psi.
[2] Vigotsky, Lev, Pensamiento y habla, Buenos
Aires, Colihue, 2005. En IdZ 14 nos
hemos centrado en la situación histórica y el planteo más general del programa
del psicólogo soviético.
[3] Centralmente el dualismo cartesiano mente/cuerpo y
dicotomías como innato/adquirido, naturaleza/cultura, intrasubjetivo/intersubjetivo,
individual/social, por ejemplo.
[4] Como por ejemplo la psicología introspectiva
subjetivista, el psicoanálisis, el conductismo y la reflexología, cada una
postulando sus propios –e incompatibles– principios explicativos para toda la
psicología.
[5] O los caminos antinómicos propuestos, por ejemplo, por
la fenomenología idealista de Husserl y el materialismo mecánico de la
psicología animal de Thorndike o el conductismo de Watson. Hoy, en nuestro
país, podríamos ubicar, a modo de hipótesis, a las neurociencias y el
psicoanálisis de corte lacaniano, respectivamente.
[6] Castorina y Baquero, ob. cit. p.141.
[7] Barcelona, Visor, 1991, p.388. Subrayado nuestro.
[8] Vigotsky cita acá el prólogo a la primera edición de El
Capital.
[10] Vigotsky, Lev, ob. cit., p. 11.
[11] Vale destacar podemos hablar de unidades mayores o más
abarcativas, como la unidad de líneas de desarrollo biológico, histórico y
ontogenético en el ser humano, o la zona de desarrollo próximo como
clave para explicar las relaciones entre desarrollo y aprendizaje cultural en
la ontogenia, que suponen una unidad entre procesos intrasubjetivos e
intersubjetivo.
[12] Vigotsky, Lev, ob. cit., p.26.
[13] En este punto aparece la productividad de las hipótesis
planteadas por Engels respecto al papel del trabajo en la transición del mono
al hombre. Es significativo cómo estas, vía su creativa utilización
vigotskiana, son retomadas por un fructífero campo de investigaciones
experimentales en psicología evolutiva, tal como muestra el trabajo de Michael
Tomasello centrado en explicar el proceso de hominización y humanización. Ver Los
orígenes culturales de la cognición humana. Buenos Aires, Amorrortu, 2008.
Respecto a la verificación de la hipótesis especulativa de Engels, ver Gould,
Stephen Jay, “La postura hizo al hombre”.
[14] Se trata, en este punto, de un desarrollo de gran
complejidad, que no podemos desarrollar aquí por cuestiones de espacio, que el
lector podrá encontrar en el capítulo final de Pensamiento y habla.
[15] Vigotsky, Lev, ob.cit., p.167.
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