Karl Marx ✆ Simón Jatip |
Nicolás Lascours |
La historia de la filosofía y la historia de la ciencia social enseñan
con claridad que el genio de Marx consistió en haber dado soluciones a los
problemas que habían sido planteados ya por el pensamiento avanzado de la
humanidad. Él fue heredero de lo mejor que desarrolló la reflexión humana del
siglo XIX en la obra de la economía política inglesa, el socialismo francés y
la filosofía alemana. A partir de 1844-1845, época en que se forman sus ideas,
Marx se hizo partidario del materialismo de Ludwig Feuerbach. Para él, la
importancia de éste autor consistió en haber roto resueltamente con el
idealismo de Hegel y en proclamar el materialismo, que todavía en el siglo
XVIII, sobre todo en Francia, representaba la lucha no solo contra las
instituciones políticas existentes, contra la religión y la teología, sino que
también, contra toda metafísica. Escribió Marx: “Para
Hegel, el proceso del pensamiento, que él convierte incluso, bajo el nombre de
idea en sujeto independiente, es el demiurgo (el creador, el engendrador) de lo
real… Para mí, por el contrario, lo ideal no es más que lo material transpuesto
y traducido a la cabeza del hombre” (Capital, t. I. Prólogo de la 2da
edición).