► “Pese a su fraseología supuestamente
“revolucionaria”, los ideólogos neo-hegelianos son, en realidad, los perfectos
conservadores” | Marx
&
Engels, La ideología alemana
► “Más que otros, Marx escribió en la
coyuntura. Esa toma de posición no excluía ni la “paciencia del concepto” de la
que hablaba Hegel, ni el rigor de las consecuencias. Pero sin duda era
incompatible con la estabilidad de las conclusiones: Marx es el filósofo del
eterno recomienzo, que deja tras de sí varias obras en construcción. El
contenido de su pensamiento no puede separarse de sus desplazamientos” | Etiénne Balibar, La
filosofía de Marx
Graciela Inda &
Celia Duek | En el mundo académico de las décadas del
ochenta, noventa y la primera década del nuevo siglo, al compás de la hegemonía
neoliberal y la denominada “crisis del marxismo”, el concepto marxista de
ideología resultó menospreciado o abiertamente abandonado a favor de otras
categorías, menos sospechadas de “determinismo estructural” (identidades, discursos,
violencia simbólica, subjetividad, etc.). Ese concepto de ideología es
inseparable del concepto de lucha de clases, y ambos corrieron la misma suerte:
se los identificó sin más como antiguas piezas de una teoría obsoleta y
mecanicista: la teoría marxista. Sin duda, una de las “fantasías posmodernas”
más recurrentes consistió en plantear, en aras de la ambigüedad, la
indeterminación y el rechazo de toda postulación de verdades absolutas, la inutilidad
del concepto de ideología (Eagleton, 1997: 22 y 63).