► El texto
reproduce, con alguna ligera variación, la ponencia presentada por el autor en el
encuentro internacional “Marx e la storia”, en el Palacio de Congresos de la
República de San Marino
Karl Marx ✆ A.d. |
Perry Anderson |
La noción de revolución burguesa, en el cuadro de la concepción de la
Historia que Marx nos dejó en herencia, constituye uno de los elementos más problemáticos
y controvertidos con los que se deben medir la teoría y la historiografía
marxistas del siglo XX. Mis observaciones intentarán sugerir, de forma muy sucinta
y sin duda incompleta, una respuesta al porqué la introducción de esta noción en
el seno de la concepción materialista de la Historia ha sido objeto de tantas
disputas, y de indicar algunas de las vías a través de las que se pueda llegar
a una definición de revolución burguesa que sea válida para una historiografía
marxista empíricamente rigurosa y fiable.
Es conveniente señalar, ya desde el inicio, un hecho paradójico
que, sin embargo, tiene más trascendencia de lo que a primera vista pudiera
parecer. Marx, al que se le atribuye convencionalmente la paternidad del
concepto de «revolución burguesa», vivió y observó, en primera persona, los
acontecimientos de aquel período que sucesivas generaciones de historiadores
marxistas han visto como una auténtica y verdadera cadena de revoluciones
burguesas a escala mundial.