►“Los breves rayos de luz que se encuentran en las Tesis
sobre Feuerbach encandilan a todos los filósofos que se le acercan, pero todos
sabemos que un rayo enceguece en lugar de iluminar, y que nada es más difícil
de situar en el espacio de la noche que un estallido de luz que la rompe. Será
sin duda necesario hacer visible, algún día, lo enigmático de esas once tesis
falsamente transparentes” | Louis Althusser (1967,
29)
Karl Marx ✆ JiWyCi |
Miguel Candiotti | Como se sabe, Marx no escribió las Tesis sobre Feuerbach (TF) con la idea de publicarlas, sino más bien como
un material preparatorio para la redacción de La ideología alemana (IA), que iniciaría más tarde durante el mismo año
–1845– junto a Engels. Sin embargo, esta voluminosa obra no pudo ser editada en esos
tiempos, y sus autores, conformes con haber logrado a través de ella esclarecer
sus propias ideas, abandonaron la pretensión de publicarla (cf. Marx, 1981a,
519). Paradójicamente, en 1888, más de cuarenta años más tarde, el viejo Engels se decidió a dar a conocer las TF, pero silenciosamente retocadas
por su pluma y completamente aisladas de IA, cuya publicación desestimó
alegando que “en el manuscrito no figura la
crítica de la doctrina feuerbachiana”. Hoy sabemos que esto último
es falso, aunque sea cierto, en efecto, que “la
parte dedicada a Feuerbach no está terminada” (Engels, 1981, 354).
Debieron pasar otros cuarenta años hasta que por fin se publicaron –entre 1924
y 1926– tanto la versión original de las TF redactada por Marx como la
parte de IA que contiene las críticas a Feuerbach 1. Esto significa que durante unos ochenta años –que es casi la mitad del tiempo que lleva
vivo el materialismo histórico– tanto sus seguidores como sus detractores se
vieron privados de la lectura y la confrontación de estos dos textos mellizos,
en los que nuestros autores llevaron a cabo nada menos que su “ajuste de cuentas” con la “conciencia
filosófica anterior” (Marx, 1981a, 519).