Ariel Mayo | La definición del concepto de sociedad es (resulta casi obvio
decirlo) uno de los tópicos centrales de la sociología. Establecer qué es la sociedad no es una cuestión
meramente técnica, en el sentido de que la respuesta que se dé a ese
interrogante sirve únicamente para resolver los problemas prácticos de la
disciplina (como, por ejemplo, desarrollar mejores indicadores). Representa,
ante todo, una toma de posición
política respecto a la relación de fuerzas existente al interior
de cada sociedad.
Intentaré precisar con un ejemplo lo dicho en el
párrafo anterior. El individualismo
metodológico es una de las corrientes más influyentes de la teoría
social contemporánea. Su postulado fundamental consiste en la afirmación de que
el estudio de lo social debe comenzar por el del individuo; la sociedad es
artificial, lo único natural son los individuos. Dicho en otros términos,
cualquier fenómeno social puede explicarse a partir de procesos propios de los
individuos (su esencia egoísta, sus preferencias, sus motivos, etc.), sin que
sea necesario tomar en cuenta a los grupos sociales en la elaboración de la
explicación. No se trata, por supuesto, de negar la existencia de los grupos
sociales, sino de rechazar la influencia del grupo sobre el individuo o, si se
reconoce que ésta existe, de relativizarla, dejando anclado el núcleo de la
explicación en las características del individuo.