13/8/14

La definición marxista del concepto de sociedad en la obra ‘Trabajo Asalariado y Capital’

Ariel Mayo   |   La definición del concepto de sociedad es (resulta casi obvio decirlo) uno de los tópicos centrales de la sociología. Establecer qué es la sociedad no es una cuestión meramente técnica, en el sentido de que la respuesta que se dé a ese interrogante sirve únicamente para resolver los problemas prácticos de la disciplina (como, por ejemplo, desarrollar mejores indicadores). Representa, ante todo, una toma de posición política respecto a la relación de fuerzas existente al interior de cada sociedad.

Intentaré precisar con un ejemplo lo dicho en el párrafo anterior. El individualismo metodológico es una de las corrientes más influyentes de la teoría social contemporánea. Su postulado fundamental consiste en la afirmación de que el estudio de lo social debe comenzar por el del individuo; la sociedad es artificial, lo único natural son los individuos. Dicho en otros términos, cualquier fenómeno social puede explicarse a partir de procesos propios de los individuos (su esencia egoísta, sus preferencias, sus motivos, etc.), sin que sea necesario tomar en cuenta a los grupos sociales en la elaboración de la explicación. No se trata, por supuesto, de negar la existencia de los grupos sociales, sino de rechazar la influencia del grupo sobre el individuo o, si se reconoce que ésta existe, de relativizarla, dejando anclado el núcleo de la explicación en las características del individuo.

¿Para qué sirve 'El Capital'? | Introducción del libro

Chris Gilbert & Cira Pascual Marquina   |   El jaggernat –del sánscrito jagannatha, “señor del mundo”– es una enorme carroza consagrada a Krishna, avatar del dios hindú Vishnu, que se arrastra por las calles durante el festival anual de Ratha Yatra. En la Inglaterra del siglo XIX se creyó erradamente que, a forma de sacrificio, los hombres hindúes se lanzaban o empujaban a sus hijos y esposas ante las ruedas de las carrozas. Si en su trabajo periodístico sobre la India Karl Marx se topó con el término jaggernat y lo empleó con la carga propia de su tiempo –es decir, con el horror y el desprecio característicos en la Europa “civilizada” hacia los usos y costumbres de los pueblos “inferiores”–, más tarde utilizaría la imagen en El Capital con un sentido completamente diferente. Así el jaggernat, que en su artículo sobre la Revuelta de los Cipayos de 1857 Marx había asociado con “ritos sangrientos”, se convirtió en El Capital, una década más tarde, en símbolo de la crueldad capitalista. El capitalismo se presentó entonces como el “más mezquino y odioso de los despotismos”, cuyas ruedas trituran la vida del obrero [1] . Lo importante es que, a pesar de su desacierto al interpretar el rito hindú y de su contribución a la reproducción del exotismo orientalista, Marx revirtió su error en El Capital, llevando su proyección a donde debía estar: a la Europa industrializada.