- “No se
puede pinchar con alfileres lo que debería destruirse a mazazos.” | Karl Marx, 25 de enero de 1843
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Karl Marx ✆ Rhaego
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Ariel Mayo | Es imposible comprender el marxismo sin tomar en cuenta la experiencia
de lucha del movimiento obrero. Hablar de marxismo académico es,
por ello, un oxímoron. La obra de Marx, lejos de ser una producción meramente
intelectual, signada por las lecturas de otros autores y por la interpretación
marxiana de esas lecturas, está ligada a la militancia política de su autor y a
la necesidad de dar una respuesta adecuada a las luchas obreras. La complejidad
de los problemas tratados, la enormidad de la producción teórica de Marx,
obedecen a la ligazón entre dicha producción y el movimiento obrero.
La Comuna de París (1871), el primer gobierno obrero de
la historia, representó un hito en el pensamiento de Marx. Sobre todo,
significó una modificación sustancial su teoría del Estado. Hasta
1871, Marx pensaba que los revolucionarios tenían que apoderarse del Estado y
utilizarlo para la transformación socialista de la sociedad. Ahora bien, la
Comuna dio por tierra con esta concepción. En un contexto muy particular
(Francia había sufrido una derrota completa frente al ejército prusiano y París
se encontraba rodeada por los alemanes), los comuneros destruyeron el aparato
represivo del Estado burgués mediante la supresión del ejército y la policía, y
lo reemplazaron por el armamento general del pueblo.