31/7/14

Néstor Kohan y el pensamiento crítico | Marx siempre joven

Sebastián Zarricueta Cabieses   |   Néstor Kohan es un intelectual revolucionario argentino empeñado en rescatar las mejores tradiciones del pensamiento crítico latinoamericano. Su reciente libro Fetichismo y poder en el pensamiento de Karl Marx fue candidato al Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013, que ganó la chilena Marta Harnecker con su obra Un mundo a construir (nuevos caminos). La obra de Kohan (Editorial Biblos, 644 págs., Buenos Aires) recibió mención honorífica. El suyo es un valioso aporte para la formación de nuevas generaciones de militantes revolucionarios.

La obra de Kohan se distingue por no estar escrita desde y para la academia. Su público preferente no son por tanto profesores y estudiantes universitarios, aunque no necesariamente los excluye. Se dirige preferentemente a los nuevos militantes político-sociales que se inician en el estudio del pensamiento revolucionario; como también a aquellos antiguos militantes que desean reafirmar su compromiso político, sin que ello signifique caer en una lectura dogmática de los clásicos. Néstor Kohan propone una lectura sistematizadora y renovada de los antiguos debates al interior del marxismo -y del pensamiento revolucionario en general-, tratando de sacar conclusiones y elementos valiosos para el presente.

Lenin en 1914: La “nueva época de guerras y revoluciones”

Lenin ✆ Víctor Minca 
Lars T. Lih   |   En octubre de1914, poco después del estallar la Primera Guerra Mundial, Lenin escribe a su camarada Alexandre Chliapnikov (1885-1937): “En adelante odio y desprecio a Kautsky más que a nadie, por su vil, sucia y autosatisfecha hipocresía”. Este mordaz resumen de la actitud de Lenin respecto de Kautsky, que se mantendría sin cambios el resto de su vida, se cita a menudo. Pero, en última instancia, para comprender la visión de Lenin, hay otro comentario más útil. Cuatro días más tarde, Lenin escribía al mismo Chliapnikov: Busque sin falta y vuelva a leer (o pida que se lo traduzcan), “El camino del poder” de Kautsky y ¡mire qué escribió a propósito de la revolución en nuestra época!¡ Y cómo hoy juega al conformismo y reniega de todo eso!” [1]

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Lenin siguió su propio consejo. En diciembre del 1914, se tomó el tiempo de hojear el libro y reunió página y media de citas que incluyó en un artículo titulado Chovinismo muerto y socialismo vivo. Allí escribió: “He aquí lo que Kautsky escribía hace mucho, mucho tiempo, era hace cinco años. Esto era la socialdemocracia alemana o, más exactamente, lo que pretendía ser. Era el tipo de socialdemocracia que podía y debía ser respetada”. [2]

Marx y el Estado | Apuntes sobre el prefacio a la edición de 1872 del Manifiesto Comunista

  • “No se puede pinchar con alfileres lo que debería destruirse a mazazos.” | Karl Marx, 25 de enero de 1843
Karl Marx ✆ Rhaego 
Ariel Mayo   |   Es imposible comprender el marxismo sin tomar en cuenta la experiencia de lucha del movimiento obrero. Hablar de marxismo académico es, por ello, un oxímoron. La obra de Marx, lejos de ser una producción meramente intelectual, signada por las lecturas de otros autores y por la interpretación marxiana de esas lecturas, está ligada a la militancia política de su autor y a la necesidad de dar una respuesta adecuada a las luchas obreras. La complejidad de los problemas tratados, la enormidad de la producción teórica de Marx, obedecen a la ligazón entre dicha producción y el movimiento obrero.

La Comuna de París (1871), el primer gobierno obrero de la historia, representó un hito en el pensamiento de Marx. Sobre todo, significó una modificación sustancial su teoría del Estado. Hasta 1871, Marx pensaba que los revolucionarios tenían que apoderarse del Estado y utilizarlo para la transformación socialista de la sociedad. Ahora bien, la Comuna dio por tierra con esta concepción. En un contexto muy particular (Francia había sufrido una derrota completa frente al ejército prusiano y París se encontraba rodeada por los alemanes), los comuneros destruyeron el aparato represivo del Estado burgués mediante la supresión del ejército y la policía, y lo reemplazaron por el armamento general del pueblo.