20/7/14

La importancia de saber por qué la Revolución francesa no fue una “revolución burguesa” | Cuando la burguesía tomó el poder, suprimió las instituciones democráticas

  • “Ese pretendido paralelismo, que pretende dar a entender que la filosofía del derecho natural moderno, la teoría de la revolución de los derechos humanos y ciudadanos, habría sido la ideología de los capitalistas, está en manifiesta contradicción con el hecho de que esa filosofía fue, muy al contrario, expresión señera de la consciencia crítica de la barbarie europea.”
La libertad guiando al pueblo ✆ Eugene Delacroix 
Florence Gauthier   |   La tradición marxista ha solido ver en las revoluciones de la libertad y de la igualdad –que precedieron a lo que se ha llamado “la revolución proletaria” inaugurada por la Revolución rusa— “revoluciones burguesas”. Es sabido que Marx dejó elementos de análisis que presentan momentos diferentes y aun contradictorios de su reflexión, conforme a la evolución de sus conocimientos y de su comprensión de la Revolución francesa. El esquema interpretativo que discutiremos aquí fue producido, no por Marx, sino por la tradición marxista, y no es, como tal esquema, sino una interpretación de los distintos análisis dejados por Marx. Sin embargo, no me propongo aquí reconstruir el proceso que llevó a la cristalización de ese esquema interpretativo: ese trabajo está por hacer, y yo diría que es urgente hacerlo. Lo que me propongo es más bien discutir si ese esquema se corresponde con la realidad histórica. Para situar el problema, me limitaré al ejemplo de lo

El marxismo y la revolución bolivariana

“En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo y con ella la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades!” | Carlos Marx, Crítica del Programa de Gotha

Karl Marx & Hugo Chávez
✆ Etten Carvallo
Freddy José Melo   |   Cada 5 de mayo la parte progresista de la humanidad celebra el nacimiento, en 1818 en tierra alemana, de Carlos Enrique Marx, llamado el Prometeo de Tréveris y a quien pudiéramos denominar también el Fénix de la Revolución. Prometeo porque, emulando al titán que desafió la ira divina y su castigo implacable para robar el fuego sagrado y entregárselo a los humanos a fin de que dejaran de ser juguetes de los dioses, afrontó la no menos implacable furia de los poderes históricos dominantes, penetró en el entramado que pretendían invulnerable y extrajo el fuego de la verdad social para entregárselo a los oprimidos y explotados, con el fin de encenderles el alma e iluminarles la conciencia.

Fénix porque, como el ave mitológica que renacía de sus cenizas, ha sido refutado y demolido decenas de veces y de cada demolición ha resurgido siempre “más robusto, más potente y más vital”. La expresión es de Lenin, su genial discípulo y continuador, quien también es un muerto que no muere. Nadie ha sido, nadie es negado tanto como Marx, pero de sus

La Liga Comunista y su Primer Congreso | A Marx y Engels le encargaron la redacción del Manifiesto Comunista

Karl Marx & Friedrich Engels
✆ João Pinheiro
Manuel Taibo   |  En septiembre de 1847, Marx escribe a Engels desde Bruselas denunciándole la existencia de ciertas maniobras. “Por medio de los alemanes de aquí —le decía— todos los elementos descontentos de nosotros y de nuestra acción han formado una coalición para derribarnos, a ti y a mí, a todos los comunistas en general y hacer competencia a la Asociación Obrera”. (La asociación local creada por Marx y Engels). Marx le informaba que algunos elementos, con un tal Moras, se lamentaba por todas partes de que eran tratados con indiferencia. Moras está enfadado, de otra parte, “por no haber ganado para las ideas de Heinze el periódico Le Journal de Bruxeles, Cruger y Moras —añadía— se lamentan e intrigan.” Marx y Engels desde el primer momento tienen que luchar en contra de las maniobras de los “intrigantes”, los roedores en el seno del movimiento obrero.