Daniel Bensaïd |
Vivimos en tiempos de restauración. Lo sorprendente es que esa
restauración está hecha a la medida de los desórdenes. ¿De progreso? Cabe la
duda. El oscurecimiento de la lucha de clases es propicio para las seducciones
del mercado y para la escalada de los conflictos localistas. La renovación en
el análisis de estos fenómenos parece proceder de la corriente llamada
“marxismo analítico” o de “la elección racional”. En nuestra exposición examinaremos
críticamente las tesis planteadas por uno de sus principales teóricos, Jon
Elster.
En su Marx, une
interprétation analytique, Elster (1989) sostiene que Marx no previo
que el advenimiento del comunismo pudiera ser prematuro y que, a
semejanza del modo de producción asiático, se convirtiera en un callejón sin
salida de la historia. “Prematuro”: la palabra está dicha. Los debates sobre el
ritmo justo de la historia remiten generalmente a algunos pasajes conocidos del
Prólogo de 1859 a la Contribución a la crítica de la economía
política: