José Luis Lezama | Para
algunos sectores de la población en Estados Unidos el presidente Obama es
socialista. Hoy día se ha llegado a comparar al economista francés Thomas
Piketty, autor del bestseller Capital en
el siglo XXI, con Marx y con su obra magna El Capital. Es sorprendente esta comparación; sólo puede venir de
la ignorancia o del delirio. Nada puede haber más diferente que la idea de
ambos sobre el Capital y la crisis capitalista.
El Capital que preocupa a
Piketty, en su relación con la creciente desigualdad que se expande en las
sociedades del mundo moderno, tiene que ver con la riqueza acumulada, un stock,
algo fijo, una reserva. Es éste un capital que no fluye, que no circula como
inversión sino como renta y fuerza política, que instaura un orden social
oligárquico, que genera privilegios, cancela la movilidad, el ascenso social,
el American Dream. Para Piketty la contradicción principal del capitalismo
actual, que explica la crisis y amenaza al sistema, emerge cuando la riqueza
acumulada crece a una tasa mayor que el crecimiento económico, pudiendo llegar
a devorar al ingreso nacional. La economía se hace instrumento de esta riqueza,
generando al 1 por ciento de los más ricos y al 99 por ciento de los
perdedores. Marx ubica la crisis en el ámbito de la producción, no en el de la
distribución y la explica como consecuencia de una suerte de anomalía en el
mecanismo de la ganancia capitalista, resumido en la "tendencia
decreciente de la tasa de ganancia" que, al acercarse a cero, prepara el
colapso.