10/1/14

La izquierda sin sujeto | Participar en las diversas organizaciones de izquierda no es una garantía para afirmar que estamos en la verdad del camino

  • “En tanto que nosotros les decimos a los obreros: ‘’Ustedes tendrán que pasar por quince, veinte, cincuenta años de guerras civiles y guerras nacionales, no meramente para cambiar vuestras condiciones, sino con el fin de cambiarlos a ustedes mismos y volverlos aptos para el poder político’” | Karl Marx, 15 de setiembre de 1850
León Rozitchner
✆ Bob Row
León Rozitchner  |  La rigidez no es un atributo sólo de la derecha, así como el realismo no es una virtud que convenga siempre a la izquierda. Es fácil verificarlo: los que están a la izquierda —muchos de ellos— se complacen en hablar de las “leyes de la dialéctica”, de las “leyes del desarrollo económico”, de las “leyes de la lucha de clases” y de la “necesidad histórica de la Revolución”, todo lo cual encuentra su término en una certeza final: el necesario tránsito del capitalismo al socialismo. La lógica es aquí de hierro: cada revolución que triunfa confirma el determinismo de la historia. Pero ¿esta certeza es para nosotros suficiente? Porque, cabe preguntarse: cada revolución que no llega a realizarse, cada revolución que fracasa, ¿qué determinismo niega? ¿A cuenta de qué irracionalidad debe ser colocada? ¿Quiere decir, en resumidas cuentas, que no era entonces necesaria?

No es que querramos convertirnos en una excepción a la ley histórica. Sucede solamente que por ahora nuestra propia realidad nacional, así ordenada y regulada por esa necesidad irónica a la que también estaríamos sometidos, se niega tenazmente a seguirla sin más, para cer-tificar lo cual basta una mera inspección de lo que a nuestro alrededor aparece dado. Pero lo dado, a pesar de que su rostro no sea el que promete la esperanza que racionalmente depositarnos en él, para el optimismo obcecado de cierta izquierda tiene necesariamente que dejarse regular por estas leyes y esta necesidad exterior la cual, sin embargo, no alcanzamos a ver ni cómo ni cuando orientarán y

Néstor Kohan le dijo a Salvador López Arnal que ‘Los valores de la ética comunista que pregonaba el Che son los mismos que guiaron a Marx en su redacción de El Capital’

  • “El nuestro es, o al menos pretende ser, un Marx posible, no el único, sino el nuestro. Es el Marx del marxismo revolucionario, interpretado desde América Latina y el tercer mundo…”
  • “… Chávez […] logró reinstalar en la agenda de los movimientos sociales el debate del socialismo, horizonte ausente durante dos décadas que ya no era ni siquiera mencionado en el lenguaje del mundo progresista y revolucionario. La socialdemocracia abandonó hace largo tiempo hasta la sola mención del socialismo […] Por eso se incomodó tanto con la insolencia y la rebeldía de Hugo Chávez.
—Salvador López Arnal: Su último libro recientemente publicado en el estado español y en Argentina lleva por título ‘Nuestro Marx – Fetichismo y poder en el pensamiento de Karl Marx’. ¿Nuestro? ¿El de quién, el de quiénes?
—Néstor Kohan: Ese título lo elegí principalmente por dos razones. En primer lugar, a modo de homenaje a Antonio Gramsci. El 4 de mayo de 1918 el gran revolucionario italiano escribió un artículo titulado “Nuestro Marx”. Allí intenta rescatar al autor de El Capital como un historiador que se opone tanto al misticismo del culto a los héroes de Thomas Carlyle como a la metafísica positivista y evolucionista de Herbert Spencer. En el mismo movimiento Gramsci lo reivindica como “maestro de vida espiritual y moral”. Pero lo más interesante es que ese joven y entusiasta militante comunista, gran admirador de la revolución bolchevique y de Lenin, con ese artículo y otros de la misma época (como “La revolución contra «El Capital»”) se animó a discutirle a las “grandes autoridades” marxistas de su tiempo. Grandes popes prestigiosos que por entonces monopolizaban los saberes y las ortodoxias, las lecturas oficiales y canonizadas, convirtiendo a Marx y El Capital en algo completamente inofensivo frente al orden establecido. Algo no muy distinto de lo que ocurre hoy en día. Gramsci se anima a patear el tablero esforzándose por recuperar el espíritu radical del marxismo. Por eso con ese título quise homenajear al Gramsci revolucionario y su espíritu iconoclasta y desobediente frente a “sus mayores”.

Rosa Luxemburgo y la cuestión nacional

Rosa Luxemburgo
✆  Ingo Schmidt
Georges Haupt  |  Abordar el tema "Rosa Luxemburgo y la cuestión nacional" equivale bien a demostrar lo evidente, bien a introducir notas discordantes en un ámbito presuntamente armonioso. De un lado, el tema centrado en el análisis de las posiciones de Rosa Luxemburgo con respecto a la cuestión nacional en el marco del socialismo polaco ha sido extensamente abordado y tratado por sus biógrafos o sus exégetas a través de una interpretación de sus escritos. De otro, por qué esconderlo, el tema ha sido abordado con frecuencia en términos de proceso de intención, de juicio perentorio en el que se ha apelado a la Historia en calidad de juez, la lista de sus errores elaborada mediante una utilización descontextualizada de los escritos de Rosa Luxemburgo, la polémica con Lenin aportada como prueba y los méritos revolucionarios de Rosa Luxemburgo invocados como circunstancias atenuantes. 

Si el primer camino ha abocado ya a un fracaso, a pesar de la persistencia de divergencias considerables, la segunda vía desemboca en un callejón sin salida; se hunde en arenas movedizas o sirve de profesión de fe, de paliativo metafísico a la reflexión histórica o teórica. Aquí se intenta plantear la problemática desde otra óptica: situar la trayectoria de Rosa Luxemburgo en el largo y difícil proceso de desenterrar una cuestión durante mucho tiempo ajena al pensamiento marxista o desatendida por él. Partimos de la premisa de que el desarrollo de la teoría marxista acerca de la cuestión nacional no describe un movimiento lineal de enriquecimiento o

La teoría de las ondas largas y la crisis del capitalismo contemporáneo

Français
Michel Husson  |  No hay mejor manera de rendir homenaje a Ernest Mandel que aplicar su método: el de un marxismo vivo, no dogmático. Y la profundidad de la crisis actual hace tanto más necesaria una reevaluación crítica de las  herramientas de análisis que nos legó. Esta contribución intentará responder a esta cuestión: ¿la teoría de las ondas largas es un marco adecuado para el análisis de la crisis actual, de su génesis, y del nuevo  período que abre?

Italiano
Después de haber recordado las grandes líneas de esta teoría, intentaremos aplicarla al conjunto de la fase  neoliberal del capitalismo, alternando las consideraciones teóricas y las observaciones empíricas. Llevaremos a cabo  este examen siguiendo dos hilos conductores. El primero, que el capitalismo neoliberal corresponde a una fase recesiva cuyo rasgo esencial es la capacidad del capitalismo para restablecer la tasa de beneficioa pesar deuna tasa de acumulación estancada y demediocres aumentos de productividad. El segundo, que no están reunidas las condiciones para el paso a una nueva onda expansiva y que se abre un período de "regulación caótica".