Karl Marx ✆ A.d. |
Joseph Ferraro [1990] | Una de las muchas personas que sostiene que
Marx era un humanista es el psicoanalista Erich Fromm. Fromm sostuvo que "la
filosofía de Marx […] representa una
protesta contra la enajenación del hombre, su pérdida de sí mismo y su
transformación en una cosa; es un movimiento contra la deshumanización y automatización
del hombre, inherente al desarrollo del industrialismo occidental”. Este
pensamiento de Marx encuentra su expresión más articulada en las obras de
juventud, especialmente en los Manuscritos
económico-filosóficos de 1844. Según
Fromm, la filosofía de Marx no sólo es una protesta, sino también un plan de
cambio social para librar a los hombres de sus condiciones enajenantes.
Contrario a la posición de Fromm, Louis Althusser, un miembro
del Partido Comunista Francés, sostiene que "el
marxismo, desde el punto de vista teórico, no es l...u]n humanismo"; es
más bien un antihumanismo o un a-humanismo, que debe rechazar el asalto
humanista que “desde hace [sesenta] años, no deja de amenazar al marxismo.” Para
él, el humanismo resulta ser una ideología cuya función en el capitalismo moderno
ha sido la de mantener la división antagónica de clases y la explotación que
esta división entraña. Hace que los explotados “acepten, como fundada en la voluntad de Dios, en la ‘naturaleza’, en
el ‘deber’ moral, etc., su su propia
condición de explotados”. Se forma,
pues, una ética justificante de la explotación. Más aun, con el humanismo, la
esencia del hombre se convierte en criterio supremo de todas las actividades humanas y, por tanto, de denuncias
éticas contra formas políticas, económicas, etc., existentes. Se buscan mejoras
en el sistema para ponerlo de acuerdo con la esencia humana, pero se deja
intacta la existencia del sistema. Michel Simon y Michel Vernet coinciden con
Althusser sobre el antihumanismo de Marx.
En el siglo XVIII, nos dice Simon, esta divinización del
hombre mediante el humanismo tuvo sus propios intereses. En ese siglo, la
burguesía quiso presentar bajo una forma universal sus pretensiones; por lo
tanto para emanciparse de las trabas del feudalismo, ofreció su revolución a
las otras clases como la revolución que realizaría la emancipación del hombre.
La burguesía liberó a los siervos sólo para imponer su propia hegemonía y para
explotarlos como proletarios. El humanismo filosófico, en este caso, desempeñó
un papel justificante del dominio de una clase sobre otra, es decir, de la
burguesía sobre los proletarios.
Además de servir a las clases dominantes en la forma que
hemos visto, el humanismo como ideología puede servirles, según Althusser, para
“dar lugar, en ciertas circunstancias, a la expresión de protesta de las clases explotadas contra su propia explotación”.
Pero cuando el caso es éste, la protesta se hace dentro de la ideología
burguesa dominante mediante el concepto burgués del humanismo, dentro de su
idea de la moral, el derecho, etc. La clase dominada, pues, puede “expresar su
protesta y sus esperanzas utilizando ciertos elementos de la ideología
burguesa, pero permanece prisionera de ésta, presa de su estructura dominante.
Tal es el caso del reformismo trade-unionista
y del socialismo utópico. Estos últimos, nos dice Althusser, al limitarse, en
efecto, a oponer a los principios (morales,
jurídicos) burgueses al sistema económico-político burgués están,
quiéranlo o no, prisioneros en el interior del sistema burgués. No podrán jamás
conducir a la revolución.
Sin embargo, según Jorge Semprún, el humanismo no sólo ha sido
utilizado para encubrir intereses burgueses, sino también intereses personales
en el sistema socialista. Durante el reino de Stalin en la Unión Soviética, “los temas del humanismo socialista llegaron
a ser estrictamente ideológicos” en sentido peyorativo “es decir, alienantes y mistificadores”. El discurso de Stalin
afirmaba que el hombre era “el capital
más precioso de la revolución socialista en le época de la celebración teórica
de la Constitución de 1936, es decir, en la época cuando Stalin desencadenó la
represión masiva y la liquidación de todos los elementos institucionales y
todas las personas que le podían estorbar en el goce y ejercicio del poder”.
En lo que se refiere al humanismo, pues, estamos viendo que,
históricamente, se ha empleado para fines políticos y económicos. En lo que se
refiere l humanismo de los socialistas utópicos, este, en efecto, no era
revolucionario, y dejó al sistema intacto. Según Althusser, el humanismo del
joven Marx tuvo resultados iguales. Para llegar a ser el fundador del
socialismo científico Marx tuvo que romper con el humanismo de su juventud.
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