19/12/13

El cuerpo humano, objetivo fundamental del asedio capitalista | Una complejidad hecha de la biopolítica de Foucault y del concepto de alienación de Marx

Karl Marx ✆ Santi Goma Rodríguez 
Armando B. Ginés  |  El cuerpo humano como objeto político, cada día, desde la cuna a la tumba. Trabajando o en paro técnico, enclaustrado en el tiempo o en un recinto espacial específico fabricado ex profeso, el capitalismo domeña el cuerpo de muy variadas formas y con mecanismos sutiles o a lo bravo. La mente, ese reducto mal llamado de la libertad, la voluntad y la realización personal, no es más que una actualización intangible del cuerpo que sufre, doliente, enfermo, disciplinado, sometido o abocado a la condición de pasividad absoluta del régimen capitalista. La democracia, esa ideología estructural de toma y daca ficticia y puesta en escena teatral,solo permite la opción de integrarse en el sistema o del grito negativo estético o suicida. No existencial como lamento extremo o radical que se pierde en la inmensidad del individualismo, una postura de rebeldía puntual desamparada, de desagüe de inmundicias para volver a empezar con la memoria borrada, desde un cero funcional digitalizado para caer otra vez en el círculo de la explotación laboral.

El tiempo de trabajo, circunscrito a reglas absurdas e inapelables, un producir sin metas, alienante, entrada y salida de un acontecimiento lineal para obtener un crédito mínimo de supervivencia. El ser humano no es dueño de su quehacer, viene