4/9/13

El capital como relación social

Karl Marx ✆ Ellie Foreman Peck
Rolando Astarita  |  El objetivo de esta nota es presentar, de una manera accesible, la concepción de Marx sobre el capital y algunas conclusiones políticas que se desprenden para los marxistas del asunto. Tengamos presente que, según la representación habitual, la máquina, el dinero, las materias primas, etcétera, son “en sí” capital. Eso es, se los considera capital, al margen de las relaciones sociales en que se hallan inmersos. Por ejemplo, Böhm Bawerk define al capital como al conjunto de productos que sirven para adquirir bienes [>> Ver texto ]. En este enfoque, ni siquiera es necesario que haya sociedad para hablar de capital; después de todo, Robinson Crusoe pasa a tener su primer "capital" cuando posterga la recolección de frutos salvajes para construir el arco y la flecha. De esta manera, el capital queda desprovisto de todo contenido social e histórico. Se transforma en un presupuesto ineludible de la vida productiva del ser humano; pareciera “natural” entonces que haya capital para producir. Su raíz social se hace invisible. La concepción de Marx es la opuesta. Dice: “... el capital no es una cosa, sino determinada relación socia de producción perteneciente a determinada formación histórico-social y que se representa en una cosa y le confiere a ésta un carácter específicamente social” (1999, pp. 1037-8, t. 3). En lo que sigue, desarrollamos esta idea.

Gustavo Machado y los orígenes del marxismo en Venezuela

  • "Organizamos nuestro partido contra la bestial tiranía de Juan Vicente Gómez y contra el imperialismo. Hoy nos mantenemos, presos y perseguidos, torturados y desaparecidos, muertos en la horca o por fusilamiento, nos mantenemos, repito, en el camino del honor." | Gustavo Machado  
Foto: Gustavo Machado
Lino Morán Beltrán, Lorena Velásquez & Vileana Meleán  |  Gustavo Machado, pertenece a la generación de intelectuales que se nutrió fundamentalmente de la doctrina marxista e hizo de ella la herramienta para desarrollar la interpretación de nuestra realidad. Este estudio recoge referencias sobre su vida, analiza su postura antiimperialista y la defensa que hace de la democracia participativa. Además desarrolla su postura ante la educación, la iglesia y su concepción de la historia.

1. Breves consideraciones sobre el origen del pensamiento marxista latinoamericano

Pronta y profunda fue la resonancia de la Revolución Rusa (1917) en América Latina. Tanto en círculos intelectuales como en gremios obreros se acoge con simpatía el triunfo de los bolcheviques. Este hecho histórico viene a impulsar las fuerzas revolucionarias en toda América Latina. Su influencia potencia así en forma acelerada la propagación del marxismo, dando origen -durante la década de los años veinte del siglo XX- a la fundación de los primeros partidos comunistas latinoamericanos.1

Las investigaciones históricas2 demuestran que las ideas socialistas y comunistas se expresaron en algunos movimientos sociales y se dieron a conocer en la prensa de muchas ciudades latinoamericanas desde mediados del siglo XIX. Pero no se trataba de un simple proceso de información

¿Qué es la clase trabajadora?

  • Este artículo fue escrito en 1987, como aportación al debate en Gran Bretaña. Es una síntesis de la introducción de Alex Callinicos a la obra ‘The Changing Working Class’, 1987. Apareció en castellano en la revista Socialismo Internacional, No 3 (enero/febrero 1995). Aún y el tiempo transcurrido, este trabajo puede representar una contribución relevante a los debates sobre el carácter de la clase trabajadora hoy, cuando la crisis económica vuelve a poner en el centro la cuestión de quién tiene la fuerza para hacer frente a la oleada de ataques sociales. Parte de la izquierda argumenta que la tradición revolucionaria y el marxismo quedaron superados porque respondían a condiciones y a realidades ya caducas. Se postula que la clase trabajadora se ha aburguesado, ha perdido su consciencia o, directamente, que ha desaparecido.
Alex Callinicos | Director del Centro de Estudios
Europeos en el King’s College de Londres
Alex Callinicos  |  La cuestión de las clases sociales ha sido uno de los principales temas de debate político de la última década. Se ha planteado, sin embargo, de una forma paradójica: gran parte de la izquierda sostiene que, en general, los antagonismos de clase ya no constituyen la división fundamental de la sociedad y, en particular, que la clase trabajadora está en declive y no se puede esperar que juegue el papel de agente de la revolución socialista que Marx le asignó.

El telón de fondo de estos debates son las derrotas sufridas por el movimiento obrero desde finales de los años 70, sobre todo en Gran Bretaña y en Estados Unidos, pero también en el resto del mundo capitalista avanzado. La cuestión se planteó por primera vez durante el primer gobierno de Margaret Thatcher, con la publicación, en inglés, de un libro del escritor francés André Gorz. El menor número de huelgas, el aumento del paro y de los cierres de fábricas, junto con los avances electorales de los partidos conservadores, otorgaban credibilidad a la idea de que la clase trabajadora ya no representa una fuerza social y política.