Ternura
✆ Oswaldo Guayasamín |
Javier Romo | Siempre quieren lo mejor para sus hijos.
Reparten todo lo que tienen a partes iguales entre sus hijos. Trata a todos sus
hijos por igual. Se alegran con sus triunfos, sufren con sus desgracias. Si
tienen un hijo más afortunado que otro, siempre hacen lo que pueden para
que su hijo menos afortunado este en las mismas condiciones que el más
afortunado. Gracias a ellas sus hijos pueden sobrevivir, hasta que ellos puedan
valerse por sí mismos, y si uno no puede valerse por sí mismo, ella cuidará de
él durante toda su vida. No se guían por elementos materiales a la hora de
darles cariño. Si una madre tiene un hijo discapacitado, dedica más tiempo a
ese porque él verdaderamente lo necesita, para que al fin y al cabo con su
ayuda disponga de las mismas oportunidades y condiciones de igualdad en la
sociedad que sus otros hijos sin discapacidad alguna. Se encargan de fomentar
la igualdad, la libertad y la fraternidad entre sus hijos.
Eso sí, nunca piden ni pedirán nada a cambio. Los padres al
igual que las madres también se mueven por esa lógica natural, que emana de la
madre naturaleza desde que un hijo nace, una lógica que les hace ser marxistas
por naturaleza con sus hijos e hijas. Por eso incluso llegan a adoptar hijos
desafortunados, para aplicar ese amor marxista con ellos. En conclusión, las
madres viven y se desviven por y para sus hijos.
Al igual que las madres, lo natural y ético sería tener una
“madre estado” que impulsara esos ideales ¿Por qué hemos de seguir empeñados en
defender una madre estado que ayuda y quiere más a los hijos que más tienen, y
que les pide más sacrificios y discrimina más a sus hijos minusválidos?
La madre © Cristina Alejos Cañada |
No
sería más natural y ético tener una madre estado que repartiera la riqueza
entre todos sus hijos, especialmente entre los menos afortunados, al igual que
una madre cede todos sus bienes a sus hijos cuando muere. Una madre que
dedicara más tiempo a sus hijos minusválidos, que quisiera a todos por igual,
sin distinción de condición, raza o sexo como hace una madre. Una madre estado
que garantizara la supervivencia de sus hijos desde que nacen hasta que mueran,
que se desviva por ellos, que no permita que ninguno sufra en sus carnes la
pobreza, que garantizara a sus hijos una vivienda, comida y trabajo. Una madre
estado que sufriera con cada injusticia que se reflejara en cada uno de sus
hijos, y que intentara solucionarla, no dejándolos desamparados en ningún
momento.
Por qué hemos de seguir empeñados en fomentar una madre
estado que no nos quiera, que nos aparte de la sociedad, que nos engañe constantemente,
que se ría de nosotros, que nos maltrata, que nos robe, que sólo quiera a
aquellos que se apropian de los recursos de los demás hijos. Una madre no
querría nunca eso para sus hijos ¿Por qué no nos esforzamos en unirnos y crear
una madre estado a imagen y semejanza de una madre natural, en vez de echarnos
tierra encima nosotros, los hijos? Creamos una madre estado basada en la madre
naturaleza, una madre marxista movida por ese amor fraternal, de igualdad y
libertad.
La suerte es que madre solo hay una, y no se puede elegir,
pero hay varios sistemas de madres estado, que sí se pueden elegir.