1/9/13

Todas las madres son marxistas...

Ternura
✆ Oswaldo Guayasamín
Javier Romo  |  Siempre quieren lo mejor para sus hijos. Reparten todo lo que tienen a partes iguales entre sus hijos. Trata a todos sus hijos por igual. Se alegran con sus triunfos, sufren con sus desgracias. Si tienen un hijo  más afortunado que otro, siempre hacen lo que pueden para que su hijo menos afortunado este en las mismas condiciones que el más afortunado. Gracias a ellas sus hijos pueden sobrevivir, hasta que ellos puedan valerse por sí mismos, y si uno no puede valerse por sí mismo, ella cuidará de él durante toda su vida. No se guían por elementos materiales a la hora de darles cariño. Si una madre tiene un hijo discapacitado, dedica más tiempo a ese porque él verdaderamente lo necesita, para que al fin y al cabo con su ayuda disponga de las mismas oportunidades y condiciones de igualdad en la sociedad que sus otros hijos sin discapacidad alguna. Se encargan de fomentar la igualdad, la libertad y la fraternidad entre sus hijos.

Eso sí, nunca piden ni pedirán nada a cambio. Los padres al igual que las madres también se mueven por esa lógica natural, que emana de la madre naturaleza desde que un hijo nace, una lógica que les hace ser marxistas por naturaleza con sus hijos e hijas. Por eso incluso llegan a adoptar hijos desafortunados, para aplicar ese amor marxista con ellos. En conclusión, las madres viven y se desviven por y para sus hijos.

Al igual que las madres, lo natural y ético sería tener una “madre estado” que impulsara esos ideales ¿Por qué hemos de seguir empeñados en defender una madre estado que ayuda y quiere más a los hijos que más tienen, y que les pide más sacrificios y discrimina más a sus hijos minusválidos?

La madre © Cristina Alejos Cañada
No sería más natural y ético tener una madre estado que repartiera la riqueza entre todos sus hijos, especialmente entre los menos afortunados, al igual que una madre cede todos sus bienes a sus hijos cuando muere. Una madre que dedicara más tiempo a sus hijos minusválidos, que quisiera a todos por igual, sin distinción de condición, raza o sexo como hace una madre. Una madre estado que garantizara la supervivencia de sus hijos desde que nacen hasta que mueran, que se desviva por ellos, que no permita que ninguno sufra en sus carnes la pobreza, que garantizara a sus hijos una vivienda, comida y trabajo. Una madre estado que sufriera con cada injusticia que se reflejara en cada uno de sus hijos, y que intentara solucionarla, no dejándolos desamparados en ningún momento.

Por qué hemos de seguir empeñados en fomentar una madre estado que no nos quiera, que nos aparte de la sociedad, que nos engañe constantemente, que se ría de nosotros, que nos maltrata, que nos robe, que sólo quiera a aquellos que se apropian de los recursos de los demás hijos. Una madre no querría nunca eso para sus hijos ¿Por qué no nos esforzamos en unirnos y crear una madre estado a imagen y semejanza de una madre natural, en vez de echarnos tierra encima nosotros, los hijos? Creamos una madre estado basada en la madre naturaleza, una madre marxista movida por ese amor fraternal, de igualdad y libertad.

La suerte es que madre solo hay una, y no se puede elegir, pero hay varios sistemas de madres estado, que sí se pueden elegir.