3/9/17

Una defensa marxista de la interseccionalidad

Sharon Smith

Muchos militantes que han seguido el debate en la izquierda acerca del término "interseccionalidad" ven difícil defirnirlo, por una razón muy comprensible: diferentes personas lo explican de manera distinta con propósitos distintos. Por esta razón -junto con el hecho de que es una palabra de siete sílabas- interseccionalidad puede aparecer como una abstracción con solo una vaga relación con la realidad material. Sería un error, sin embargo, descartar totalmente el concepto. 
Hay dos interpretaciones muy distintas de la interseccionalidad: una desarrollada por las feministas negras y la otra por el ala postestructuralista de la posmodernidad. Quiero tratar de dejar claras las diferencias en este artículo y explicar por qué la tradición feminista negra plantea el proyecto de construcción de un movimiento unido para luchar contra todas las formas de opresión que es central en el proyecto socialista, mientras que el postestructuralismo no lo hace.
Un concepto, no una teoría
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Quiero empezar dejando claras algunas cosas. Primero, la interseccionalidad es un concepto, no una teoría. Es una descripción de cómo diferentes formas de opresión -racismo, sexismo, opresión a LGTBI y todas las otras formas- interactúan entre sí y se fusionan en una sola experiencia. De modo que las mujeres negras, por ejemplo, no están "oprimidas doblemente" -esto es, oprimidas por experiencias separadas de racismo, que también afecta a hombres negros, y además de sexismo, que afecta también a las mujeres blancas- sino que el racismo afecta al modo en que las mujeres negras son oprimidas como mujeres y también como gente negra. La interseccionalidad es otra forma de describir la "simultaneidad de la opresión", el "solapamiento de opresiones", el "entrelazamiento de opresiones" o cualquier otro término que las feministas negras hayan usado para describir la intersección de raza, clase y género.