4/3/17

Las contradicciones del capital y los cuidados

Nancy Fraser 

La «crisis de los cuidados» es en este momento uno de los principales temas de debate público1. A menudo relacionado con ideas como «pobreza de tiempo», «equilibrio familia-trabajo» y «vaciamiento social», hace referencia a las presiones que desde diversos puntos están actualmente exprimiendo un conjunto clave de capacidades sociales: las disponibles para tener y criar niños, cuidar de amigos y familiares, mantener hogares y comunidades más amplias, y sostener relaciones más en general2. Históricamente, estos procesos de «reproducción social» han estado considerados trabajo de mujeres, aunque los hombres siempre han realizado también parte de los mismos. Los cuidados, que comprenden tanto trabajo afectivo como material y a menudo se realizan sin remuneración, son indispensables para la sociedad. Sin ellos no podría haber cultura, ni economía, ni organización política. Ninguna sociedad que sistemáticamente debilite su reproducción social logra perdurar mucho. Hoy en día, sin embargo, una nueva forma de sociedad capitalista está haciendo exactamente eso. El resultado es una enorme crisis, no solo de los cuidados, sino también de la reproducción social en su sentido más amplio.

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Entiendo esta crisis como uno de los componentes de una «crisis general», que incluye también vectores económicos, ecológicos y políticos, que se entrecruzan y exacerban mutuamente. El aspecto de la reproducción social forma una dimensión importante de esta crisis general, pero a menudo queda olvidado en los actuales debates, que se centran principalmente en los peligros económicos o ecológicos. Este «separatismo crítico» es problemático; el aspecto social es tan fundamental en la crisis en general que ninguno de los otros puede entenderse adecuadamente haciendo abstracción de él. Sin embargo, también puede afirmarse lo contrario. 

Marx y la crítica de la economía política — La negación como fundamento de la crítica

Karl Marx
✆ Ellie Foreman Peck
João Leonardo Medeiros

No hay consenso sobre la dimensión exacta de la actitud crítica de Marx frente a la economía, palabra que aquí se refiere más a la ciencia económica que a las relaciones económicas. Afirmar que Marx es crítico, de hecho, esclarece muy poco el contenido de su crítica, pues la crítica se expresa en diferentes niveles y no necesariamente asume un carácter científico. Sería posible inclusive afirmar que cualquier opinión contraria al sentido común constituido respecto de un determinado asunto es formalmente crítica y lo mismo se podría decir de cualquier par de entendimientos divergentes sobre un mismo tema; inclusive en la oposición entre dos opiniones conservadoras radicales (el liberalismo y el fascismo, por ejemplo).

El presente artículo propone justamente una reflexión sobre el contenido y la profundidad de la crítica de la economía política de Marx. Esta reflexión se concentra en una cuestión obviamente fundamental para el tema: ¿cuál es el carácter peculiar de la crítica de la economía política propuesta por Marx? O incluso, para quien busca un contraste: ¿en qué medida la crítica de Marx se diferencia del tipo de crítica encontrada en el interior de la propia ciencia económica, cuando una teoría económica confronta con otra (por ejemplo, en la polarización entre keynesianos y neoclásicos)?