Benjamin Balthaser
Visto el reciente apoyo por parte de la confederación
sindical AFL-CIO al oleoducto de Dakota (Dakota Access Pipeline, DAPL), parece
lícito pensar que estamos asistiendo a un nuevo episodio de la confrontación
entre los derechos indígenas por un lado y los activistas sindicales de
izquierda por otro. La cuestión se remonta por lo menos a comienzos de la
década de 1980, cuando Russell Means, cofundador y activista del Movimiento
Indio Americano (American Indian Movement, AIM), pronunció un discurso ante una
conferencia internacional de pueblos indígenas en los Black Hills de Dakota del
Sur. Puede parecer extraño que una figura tan prominente de la lucha por la
soberanía de los pueblos nativos de EE UU dedique un importante discurso al
marxismo, pero Means apuntaba más lejos: al rechazo de toda la tradición
intelectual europea, incluida la de su ala radical.