Aunque siempre se mantuvo en un segundo plano con respecto a
Marx, la labor teórica, organizativa y publicística de Engels tuvo una
importancia primordial tanto para el desarrollo del materialismo histórico como
del movimiento obrero moderno. Durante las tres últimas décadas del Siglo XIX
dedicó parte de su trabajo teórico a polemizar con los adversarios de la concepción
materialista de la historia así como a sistematizar algunas de las ideas
relativas a sus fundamentos, en la tentativa de unir la teoría revolucionaria
con el movimiento de la clase trabajadora.
A él se deben textos como el Anti-Dühring (1878), Ludwig
Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1888) o los borradores de
Dialéctica de la Naturaleza, obra publicada póstumamente y no en vida de
Engels. En estas líneas nos referiremos especialmente al primer texto. El
Anti-Dühring, que pasó a la historia como una especie de Manual de marxismo, es
en realidad una obra polémica. Su objetivo era demostrar la inconsistencia de
las “doctrinas” de Eugen Dühring (1833-1921), quien rivalizaba con el marxismo
y proponía un “socialismo” contrario a la lucha de clases y basado en una
teoría ecléctica que combinaba el materialismo mecanicista, el idealismo y el
positivismo. Buscando combatir esta corriente que había logrado cierta
influencia al interior del propio Partido Obrero Socialdemócrata alemán (fundado
en 1875), Engels realizaría una serie de contribuciones sobre la dialéctica.