Francisco Umpiérrez | Estoy estudiando el texto de David Harvey
titulado “Guía para leer El Capital”.
Aunque sigue al pie de la letra el discurso de Marx, su exposición es
deficiente. El Capital es
una obra lógico teórica de máximo nivel. Su orden, rigor y precisión no tiene
parangón en el ámbito de las ciencias sociales. Y justamente la exposición de David
Harvey representa todo lo contrario: incurre en errores de orden, precisión y
rigor. Creo que la causa es su deficiente preparación lógico filosófica.
Desconoce, por un lado, la epistemología de categorías como apariencia y
esencia, y por otro lado, la naturaleza de la percepción y las condiciones
lógico teóricas que concurren en la elaboración de los conceptos. Al presente
trabajo lo anima la defensa del pensamiento de Marx y de su obra cumbre: El Capital. No entro a valorar los
posicionamientos ideológicos políticos de David Harvey, sino su condición de
experto teórico en El Capital.
La mercancía
David Harvey hace dos afirmaciones contradictorias: Primero
afirma que “La mercancía es el punto de
partida a priori”. Y después que “Comenzar
con las mercancías resulta muy útil porque todo el mundo las conoce y tiene a
diario contacto con ellas”. La expresión “a priori” significa conocimiento
independiente de la experiencia.