20/8/15

Colletti y la dialéctica de la naturaleza de Engels

Friedrich Engels
✆ Ufuk Sucsuzer
Joseph Ferraro   |   Numerosos son los estudios, que, de un modo u otro, sostienen la existencia de diferencias fundamentales entre el materialismo de Marx, por un lado, y el de Engels, por otro, e incluso entre la dialéctica marxiana y la engelsiana. Para Marx la dialéctica es operativa sólo en la historia; para Engels también lo es en la naturaleza. Es Engels, y no Marx, el autor del materialismo dialéctico. Más aun, debido al interés del Engels tardío en las ciencias positivas y en la dialéctica de la naturaleza, el marxismo oficial ha concebido el materialismo histórico como si fuera una ciencia natural, con las consecuencias de imponer un determinismo en la historia y destruir la libertad transformadora del hombre en la misma tal como fue concebida por Marx.’ Implicada en la postura anterior es que la dialéctica de la naturaleza de Engels se reduce a una aplicación a priori de la dialéctica idealista hegeliana? Quizá quien más profundamente ha criticado a la dialéctica de la naturaleza de Engels por sus influencias hegelianas ha sido Lucio Colletti.

De acuerdo con Colletti, si abrimos el segundo libro de la Ciencia de la lógica de Hegel, encontraremos allí, expuesta con toda claridad, la dialéctica de la materia tal como se halla, por ejemplo, en el Anti-Dühring de Engels. Colletti explica a este respecto que “como coronación de su crítica del principio de identidad y de no contradicción, Hegel advierte que, contra ese principio, hay que afirmar que “todas las cosas son en sí mismas contradictorias”, precisamente en el sentido de que esta proposición expresa, frente a las otras, la verdad y la esencia de las cosas’.

La forma estatal del capitalismo financiero

► “Todo Estado está fundado en la violencia, dijo Trotsky. Objetivamente esto es cierto […] La violencia no es, naturalmente, ni el medio normal ni el único medio de que el Estado se vale, pero sí es su medio específico” Max Weber

Matari Pierre   |   Toda consideración sobre la dominación política contemporánea conduce inevitablemente a analizar dos características inherentes al poder estatal: por un lado, la articulación entre fuerza y consenso; y por el otro, la particularización del Estado como poder separado de la sociedad y por encima de ésta. Ambas condicionan la suerte de la intervención estatal en la reproducción del sistema económico, así como en la contención de los antagonismos sociales. El poder político reviste la forma de un “aparato público impersonal”, resumía Evgeny Pasukanis. Para entenderla es preciso examinar las formas de articulación entre violencia y consenso, y discernir los vínculos entre los poderes públicos y los intereses de la clase dominante.

La filosofía de la praxis como proyecto de emancipación

Diana Fuentes   |   La filosofía de la praxis de Sánchez Vázquez forma parte de una tendencia muy crítica en el marxismo y de la lista de autores que dedicaron relevantes reflexiones al asunto de la filosofía en la teoría marxista, tales como Labriola, Lenin, Gramsci, Korsch, Lefebvre o Lukács. Sin embargo,  su obra se caracteriza, como él reconoció, por tener como fuente primera y fundamental los textos de Marx, en concreto del joven Marx. Textos que, leídos bajo la influencia del marxismo de los años veinte y de los autores que criticaron el marxismo oficial de la Unión Soviética, le permitieron concebir al ser humano como ser práctico y creador, así como producir una reflexión profunda y metódica sobre los fundamentos de una filosofía marxista. Por ello, el impulso del análisis crítico de Sánchez Vázquez es inseparable de su intención por redefinir el marxismo en la perspectiva de la reivindicación de un proyecto de emancipación social que permitiera la superación del capitalismo.

Tal redefinición implicó un estudio concienzudo de los textos marxianos, de los cuales a su parecer no se había hecho una interpretación adecuada. El origen de este esfuerzo se remonta a una obra de 1961, Ideas estéticas en los Manuscritos económico-filosóficos de Marx. Al año siguiente (1962), gracias a la traducción al español de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 por Wenceslao Roces, inició un curso monográfico que contribuyó al texto que después se incluyó en el libro Las ideas estéticas de Marx, de 1965. Para 1967 publicó la primera edición de Filosofía de la praxis, que fuera el resultado del trabajo de su tesis doctoral y reeditado en 1980 con algunos cambios que buscaban actualizar el texto1. Ese año apareció otra obra de particular interés, Filosofía y economía en el joven Marx, que en 2003 volvió a ver la luz como El joven Marx: los Manuscritos de 1844.2