Fotos: Karl Marx & Mijaíl Bakunin |
Michael Löwy |
Marxistas y anarquistas (términos que no eran habituales en ese momento)
formaron parte de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) —la I
Internacional— desde su origen, en 1864. Los desacuerdos entre los partidarios
de Marx y Bakunin condujeron a una amarga escisión en 1872. Poco después la AIT
“marxista” se disolvió, mientras los partidarios de Bakunin crearon su propia
AIT, que aún sigue existiendo, en la Conferencia celebrada en Saint-Imier,
Suiza (1872). Para Marx, las razones de la escisión residían en las tendencias
paneslavistas y el fraccionalismo antidemocrático y conspirativo de Bakunin.
Por su parte, Bakunin consideraba que la escisión se debía a la orientación
pangermánica de Marx, así como a su autoritarismo e inaceptable comportamiento.
Más allá de las exageraciones obvias, ambas acusaciones contienen algo de
verdad y es difícil situar la respon- sabilidad solo en uno de los dos campos.
Historiadores marxistas y anarquistas continúan reproducien- do estos argumentos,
acusándose mutuamente de la crisis de la AIT. Aun sin tomar partido por unos u
otros, los investigadores académicos también enfatizan el conflicto de ideas
entre unos y otros/1.