La
ortodoxia "anti-engelsiana" Atilio A. Boron
Friedrich Engels ✆ A.d. |
El centenario de la muerte de Friedrich Engels ofrece una oportunidad
inmejorable para re-examinar y reivindicar la figura y los legados teóricos de
quien fuera el alter ego intelectual y político de Karl Marx durante cuarenta
años. Reexamen y reivindicación que no pueden hacerse en términos puramente
conceptuales, como si se tratara de la obra de un geómetra como Euclides a un
siglo de su muerte, sino que deben ser hechos a la luz de lo efectivamente
acontecido en el siglo que concluye, es decir, teniendo como telón de fondo el
marco ofrecido por el desenvolvimiento histórico de las sociedades capitalistas
en sus transformaciones y en sus luchas sociales. Un siglo especial, cuya
"densidad" se proyecta en el doloroso tránsito que va desde las
iniciales revoluciones mexicana y rusa, la revolución china al promediar el
siglo, la descolonización de la India y de Asia y África, la revolución cubana,
la derrota norteamericana en Vietnam y el ignominioso "cierre" que le
pone la contrarrevolución neoliberal de los años ochenta y noventa en
cualquiera de sus variantes, desde los originales forjados por Ronald Reagan y
Margaret Thatcher hasta la vergonzante copia representada por la "tercera
vía" de Tony Blair y Gerhard Schroeder y la gaseosa y anodina
"centroizquierda" latinoamericana. La ventajosa perspectiva que
ofrece la culminación de un siglo tan "marxista" como el actual, según
viéramos en el capítulo anterior, crea el ámbito propicio para intentar una
evaluación objetiva del legado teórico de Friedrich Engels.