26/9/14

‘Street Art’ y Teoría Social del Arte | Karl Marx: el Arte y su incoherencia en las sociedades burguesas capitalistas

Graffiti: Amor y dinero ✆ Bansky 
Álvaro González Cruz   |   El arte, como parte inherente al pensamiento humano, se desarrolla, se nutre y crece de las ideas que se generan en su entorno. Vida, pensamiento y arte son compañeros inseparables que no paran de entrelazarse y formar las bases sobre las que nace nuestra sociedad. Es de esta manera como toda teoría política ha tenido repercusión en la teoría del arte y de manera inevitable en el arte en sí mismo. Es interesante volver la vista hacia el pasado e intentar vislumbrar por qué   y de qué manera estos pilares han ido conformando al arte como un instrumento de lucha social y la manera en la que eso se refleja actualmente. Un buen punto de partida al triángulo política-arte-sociedad son dos interesantes obras de Arnold Hauser: Historia Social del Arte y la Literatura [1] y Sociología del Arte [2] en las que a grandes rasgos estudia como cada tipo de sociedad genera un estilo específico acorde con ella y que reforzará su propia identidad, según cita en la segunda obra: Tanto la religión como la filosofía, la ciencia y el arte tienen una función en la lucha por la existencia de la sociedad (…) Marx fue … el primero que formuló el pensamiento de que los valores espirituales son armas políticas. Es cierto que estas obras en ocasiones crean una relación un tanto forzosa y estereotipada que respalda la relación de algunos condicionantes sociológicos concibiendo un estilo artístico determinado, pero también es evidente que ponen de manifiesto el incuestionable nexo entre el arte y su naturaleza contestataria ante el poder político. 

La actualidad de Rudolf Hilferding y ‘El capital financiero’ para explicar la crisis actual

Rudolf Hilferding
✆ Otto Bauer
Arturo Ortiz Wadgymar   |   El objetivo del presente ensayo es disertar acerca de la enorme actualidad que para el mundo contemporáneo tienen los autores marxistas, considerados como olvidados o derrotados por la economía neoclásica que le concede a las leyes del mercado y del equilibrio automático la capacidad de ser leyes inmutables, naturales y eternas. Podemos afirmar que justamente a los 100 años que apareciera la magna obra de Rudolf Hilferding, El Capital Financiero, habrían de comprobarse en gran proporción las tesis que abiertamente mostraba en su obra. En efecto, en octubre del año 2008 se inicia una crisis financiera globalizada y solapada por negocios turbios del ex presidente Bush de los EU.

Para enero de 2009, se acepta la crisis global y que Europa, Asia, EU y América Latina se encuentran contaminadas por lo que siempre dijeron que nunca podría pasar, o que se trataría de asuntos transitorios, manejables y rápidamente superables asumiendo las libres fuerzas de un mercado cuyo imperio era eterno. Las leyes que movieron este colapso al igual que los de 1929 y otros fueron ampliamente detectados por los autores marxistas, como crisis financieras de dinero ficticio creado por una voraz banca insaciable de ganancias. En 1909, Hilferding lo explicaría con lujo de detalles, como lo es en 2009, frente a la crisis hipotecaria de EU que ha derivado en crisis del globalismo. 1

Las contradicciones del capital (según David Harvey)

Maciek Wisniewski   |   Tal vez lo que más perturbaba –y ocupaba– a Carlos Marx en su trabajo era la contradicción entre la realidad y la manera en que las cosas aparecían en la economía burguesa. Su propósito: trascender el fetichismo y revelar la verdadera cara de la circulación y acumulación del capital. Desde hace unos años David Harvey, el reconocido geógrafo y marxista inglés, trata de hacer lo mismo en el contexto de la crisis: ir más allá del fetichismo reproducido por la mayoría de sus explicaciones, entender los modos y las limitaciones del capital y pensar en cómo liberarse de él.

En The enigma of capital (2010), analizando el misterio de como éste logra superar diferentes barreras y seguir reproduciéndose, argumentaba –contrariamente a muchos marxistas– que no hay una sola teoría de las crisis (LTRPF, etcétera) –es una cuestión dinámica–, que éstas son esenciales para que el capitalismo regrese al equilibrio y que la burguesía no resuelve sus crisis, sino las desplaza. En su nuevo libro Seventeen contradictions and the end of capitalism (2014) desarrolla este argumento y tomando como central la idea de Marx que las crisis son manifestaciones de las contradicciones internas del capital intenta revelar el meollo de problemas que enfrentamos.