François Chesnais | El 16 de julio de 2007, el banco de
inversiones Bear Stearns anunció la quiebra de dos de sus filiales de inversión
de alto riesgo (hedge fund). Su propagación mundial no se hizo esperar. El 9 de
agosto, BNP-Paribas cerraba, a su vez, tres fondos de alto riesgo en situación
de quiebra. De Alemania llegó la noticia de las grandes dificultades que
atravesaban varios bancos regionales (Landesbank) a los que el Deustsche Bank,
que se suponía libre de sospecha, había vendido títulos basura bajo la forma de
"productos estructurados" que incluían prestamos hipotecarios
irrecuperables. Así comenzó la primera fase de la crisis económica y financiera
mundial, la de los títulos llamados "subprime". Quince días más tarde
en Londres y Nueva York el mercado de los préstamos a corto y muy corto plazo (money
market) quedaba paralizado e incluso bancos muy importantes dejaron de realizar
préstamos compartidos over-night (préstamos para cerrar cuentas formalmente en
equilibrio). A partir de principios de septiembre, uno de los indicadores
claves de la coyuntura financiera mundial, a saber, la tasa de interés
londinense sobre los préstamos a muy corto plazo, el Libor, aumentaba
fuertemente y no bajaba a pesar de la intervención coordinada de los bancos
centrales.
►Français |
El 27 de setiembre de 2007, el séptimo banco británico, el Northern
Rock, que se había implicado mucho en los préstamos hipotecarios, quebraba y
era puesto bajo control estatal (una forma incorrecta de nombrar la
"nacionalización", que no es sino una forma acabada de la socializar
las pérdidas a cargo de las y los trabajadores-contribuyentes)/1.